Impacto de un cometa podría explicar el aire de Neptuno

Por Cosmonoticias @Cosmo_Noticias
La gran catidad de monóxido de carbono en la atmósfera del planeta indica que fue el impacto de un cuerpo helado lo que provocó un aumento en la cantidad de este compuesto.
¿Impactó un gran y helado cometa en Neptuno hace dos siglos? Esa es la hipótesis que está surgiendo a partir de las últimas mediciones de los gases en la atmósfera del planeta azul gigante.
En una reunión celebrada esta semana de la Sociedad Astronómica Americana en Miami, Florida, Paul Hartogh, científico del proyecto para la misión Herschel, el Observatorio-satélite infrarrojo de la Agencia Espacial Europea, expuso los primeros resultados de la misión sobre el Sistema Solar. Estos incluyen las mediciones de niveles anormalmente altos de monóxido de carbono en la estratosfera de Neptuno, un posible rastro del impacto de un cometa.
Emmanuel Lellouch, un astrónomo del Observatorio de París, publicó por primera vez esta idea hace cinco años, a partir de mediciones menos fiables realizadas con el radiotelescopio de 30 metros en la montaña Pico Veleta en España. "Tenemos datos cada vez más fiables", señala Lellouch, coautor con Hartogh de un futuro artículos sobre los resultados del Herschel en la revista Astronomy & Astrophysics.
Una posible explicación para la abundancia de monóxido de carbono es que Neptuno tiene un profundo y estable depósito de gases que poco a poco escapan de su interior. Pero en sus mediciones anteriores, Lellouch midió el doble de monóxido de carbono en la estratosfera que en la troposfera. Debido a que la estratosfera es mayor en la atmósfera del planeta, la hipótesis de una fuente interna parece menos probable.
"Ahora estamos seguros de que debe haber una fuente externa de monóxido de carbono", dice Leigh Fletcher físico planetario de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, que no participó en esta investigación. A principios de este año, Fletcher publicó un estudio que describía las abundancias más altas de monóxido de carbono de la atmósfera de Neptuno, medidas por la misión infrarroja japonesa AKARI. "El método más espectacular es teniendo impactos cometarios de cuerpos helados", señala.
Pero Fletcher afirma que existe una segunda fuente externa posible de monóxido de carbono: la lluvia constante de polvo y micrometeoritos que sufren todos los planetas. Cuando estas partículas erosionan la atmósfera de Neptuno, es probable que aporten el agua que contienen, junto con pequeñas cantidades de monóxido de carbono. Sin embargo, Lellouch ha descubierto que la estratosfera de Neptuno está mucho más enriquecida de monóxido de carbono que de agua, lo que favorece la teoría de los cometas. Esto es así puesto que la temperatura del impacto de un cometa es mucho más alta que la alcanzada por los micrometeoritos, proporcionando un entorno para una "química de choque", en la que el oxígeno de los hielos del cometa es liberado para formar monóxido de carbono.
Aunque Fletcher dice que la química de estas interacciones es poco conocida aún, Lellouch apunta al evento del cometa Shoemaker Levy 9, que en 1994 se estrelló contra Júpiter y que enriqueció su atmósfera con monóxido de carbono más que agua.
Lellouch dice que para que las mediciones con Herschel sean coherentes con sus cálculos iniciales, en los que proponía que un cometa de 2 kilómetros de diámetro impactó el planeta hace 200 años, un tamaño y un período de tiempo que permite que el monóxido de carbono se distribuya en los niveles que vemos ahora en la estratosfera.
Debido a que Neptuno es más pequeño, no tiene la atracción gravitatoria de Júpiter, pero su proximidad al cinturón de Kuiper de desechos helados del Sistema Solar exterior, significa que grandes cuerpos helados tienen más probabilidades acercarse, dice Lucas Dones, un científico planetario en el Southwest Research Institute de Investigación en Boulder, Colorado. Él sugiere que un cometa de 2 kilómetros podría golpear Neptuno cada 2.000 años en promedio más o menos, lo que significaría que sucedió un impacto en los últimos 200 años, algo sorprendente, pero "perfectamente plausible".
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