Una película que aunque su argumento este ya muy manido, y basado en hechos reales, no deja de entretener. Tony Scott, lo suele hacer, muchas de sus películas, son puro artificio, pero la mayoría, con un alto grado de entretenimiento, como es en este caso.
Puede que los diálogos, no sean una mayoría, y que nos quedemos a medias con las historias personales de los dos protagonistas, que bajo mi punto de vista, son bastante interesantes: Denzel Washington, tiene dos hijas que trabajan en Hooters (el famoso restaurante americano, donde las chicas, van bastante ajustadas, y son muy bien parecidas), y Chris Pine, esta a punto de divorciarse, por un error con su mujer.
Las escenas de acción, son puro Scott, rodadas con nervio videoclipero, y sin dejar descanso. Son una buena arma contra el aburrimiento, que podría provocar ver la película sin ellas. Además, es impresionante oír rugir al tren desbocado, cargado con unas cuantas toneladas, arañando las vías.