Impepinable

Publicado el 01 junio 2011 por Carmentxu

¿Y si todo no fuera tan impepinable como se nos presenta? La prueba está en el pepino, una fruta que particularmente a mí no me dice nada, aunque he leído sus propiedades y voy a redoblar esfuerzos por ingerirlos. Lo que sí me dice bastante es la crisis abierta en los últimos días, o al menos así lo veo yo desde mis “alteraciones visuales”, ajenas totalmente al consumo de alcohol o drogas.

Poco importan las razones cuando quien habla es Alemania, modélico país con salud de hierro al que la crisis no abaten y aún le inmunizan más y, ya reforzado, echa la culpa de una infección, que ya lleva 14 víctimas mortales, a un inocente pepino español. Acto seguido, la Europa central y del norte, junto a Estados Unidos, siempre dispuesto a ver un enemigo en cualquier fruta, también cerraron sus fronteras y colocaron el cartel de culpable a España, olvidando todos los sacrificios presupuestarios que hemos hecho y que, en el fondo, han probado no aportar ninguna credibilidad. La medida ha parado en seco las exportaciones y desplomado los precios, volviendo a poner la semilla de un nuevo virus, aún más pernicioso: la sospecha.

Ahora, los agricultores andaluces están tirando al vertedero toneladas de comida sana, fresca, la mejor, la que se destina a la exportación. De eso sí son culpables, cuando, desde 1990, según la FAO e Intermon Oxfam, los precios de los alimentos se han más que duplicado y la tendencia se acelerará en los próximos 20 años, lo que implica que cada vez más millones de personas no tendrán nada que llevarse a la boca, mientras aquí, en el primer mundo, se nos llena de mentiras. Según Intermon-Oxfam, los más pobres del mundo destinan actualmente el 80% de sus pocos ingresos a comida, casi cuatro veces más que, por ejemplo, los británicos. Aparte de enseñarles a pescar, no estaría de más, tan indignados como estamos, enviarles todos estos alimentos que aquí tan alegremente tiramos. Si el transporte va a ser un problema, tampoco hace falta irse tan lejos…