Hay discos que por una cosa o por otra, te marcan y se convierten en un clásico al que siempre se puede recurrir a lo largo de toda tu vida. Uno de ellos es este Rock Action de Mogwai que hace diez años me dejó con la boca abierta, y a día de hoy, todavía lo sigue haciendo. No es que los descubriese con este disco, ni mucho menos, ya era un fan acérrimo de sus dos trabajos anteriores – todo gracias a una actuación en el FIB 98 que me dejó a cuadros -, pero el cambio que dieron en este tercer trabajo me impacto muchísimo, y sinceramente, creo sigue siendo su mejor disco junto con el Young Team.
Después de ver el concierto de la semana pasada en Madrid – podéis encontrar mi crónica aquí -, pensaba que se habían olvidado de él, ya que no tocaron ninguna canción de este disco, y yo al menos esperaba un Dial: Revenge con Gruff Rhys, que ejercía de telonero, pero ya he visto que en Barcelona si lo hicieron y además tocaron la obra maestra de este disco. Así que me alegro de que no se olviden de él, pero también me jode que yo no lo haya visto – aunque ya pude ver su presentación en el FIB 2001 -
Lo primero que sorprende de este Rock Action es la tranquilidad que reina en prácticamente todo el disco y la cantidad de sintetizadores que tiene. Además del hecho de que por primera vez, Mogwai juegan a hacer canciones más cortas y con estructuras más normales. Algo que al parecer no les resulto fácil, ya que a este ese momento estaban acostumbrados a extender sus temas hasta lo que les daba la gana. Mucho de la culpa de estos cambios la tiene, una vez más, Dave Fridmann que como ya hemos comentado más de una vez, en esos años se convirtió en el productor por excelencia. Gracias a las buenas labores de este hombre en el estudio y a la ayuda de varios amigos – El ya mencionado Gruff Rhys, The Remote Viewer o Willie Campell de Astrid -, el grupo logró el ansiado cambio en su música que tanto estaban buscando – Come On Die Young no recibió muy buenas críticas –, y de paso uno de los mejores discos de la década pasada.
De todas formas hay que decir que tampoco se salieron mucho del tiesto del post-rock y salvo excepciones como Dial: Revenge o en esa preciosidad llamada Take Me Somewhere Nice, la base de sus canciones sigue siendo la misma, y siguen tirando de esos crescendos y esos paisajes sonoros que terminan estallando a mitad de canción. Eso sí, el instrumento principal ya no es una guitarra eléctrica con bien de distorsión – bueno, en You Don’t Know Jesus, sí – y adaptan su música con una facilidad pasmosa a una buena cantidad de instrumentos que no habían utilizado antes.
Sin duda alguna, la mejor prueba de esto es 2 Rights Make 1 Wrong: la mejor canción de este disco, y para mi gusto la mejor de la banda junto Mogwai Fear Satan. Esta maravilla a base de cristalinas guitarras; extraños samplers y estupendas melodías de teclados que estallan a mitad de canción, es uno de esos temas que bien valen por todo un disco, y a mí particularmente, me sigue emocionando como el primer día.
Desde luego, a mi me parece todo un lujo recuperar este trabajo cada cierto tiempo, y poder comprobar que no ha perdido ni una pizca de esa frescura que encontré la primera vez que puse este cd en mi reproductor.
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