Era más que lógico que este disco apareciera por esta sección tarde o temprano, y que mejor día que hoy que se cumplen veinte años de su lanzamiento. Algo con lo que se han volcado los medios de comunicación de todo el mundo durante estos últimos días; webs y periódicos de todo el planeta han tirado de archivo, y han sacado sus correspondientes reportajes de aquellos días en los que Nirvana se convirtieron en una de las bandas más grandes de la tierra. Por supuesto, su compañía discográfica esta aprovechando toda esta historia, y con la colaboración del propio Krist Novoselic, han sacado la típica edición 20 aniversario con grabaciones en directo; algunas caras b, y mixes diferentes de las canciones. Vamos, para que los fans se dejen la pasta en lo mismo de siempre.
No creo que pueda decir mucho más de lo que se ha dicho ya de este disco a lo largo de todos estos años. Al igual que para muchos millones de chavales en todo el mundo, para mi también supuso un cambio radical en la música que yo escuchaba allá por 1991. Y aunque no considero que yo escuchase mala música en aquella época – era fan de Depeche Mode y el tecno-pop de los ochenta -, sí que empece a interesarme por otros tipos de música, y por mis manos empezaron a caer cintas de Sonic Youth o Pixies. No es que fuera un cateto en lo que a rock se refiere, ya que tenia un hermano heavy, y además, ya era seguidor de R.E.M. y de grupos más clásicos como The Doors, pero con 14 años uno se deja llevar por las masas, y esto es lo que me paso a mi. Supongo que si el lanzamiento de este disco te pillo con 20 años y siendo fan de los grupos que menciona Cobain como influencia, la cosa no seria igual.
Lo que no se le puede negar a Nevermind, es su importante papel en la historia de la industria de la música: cuando este álbum desbancó a Michael Jackson del nº1 en USA, algo cambio para siempre. Quizás estaban en el sitio y en el momento adecuado, y tarde o temprano eso tenia que pasar, pero por suerte, o por desgracia, fueron ellos los que lo consiguieron. También es cierto que Smells Like Teen Spirit es la canción adecuada para este tipo de cambios. Además, en aquella época en la que los grupos de rock llevaban pelucones; eran machistas y tremendamente homofobos, ellos hacían campaña en apoyo a los gays, y en contra del machismo, todo tras ocho años de un gobierno conservador como el de Reagan, y en plena legislatura de Bush padre. Algo que ahora parece que no tiene mucho valor, pero en aquellos años, todavía estaba muy lejos la corrección política de mitad de los noventa.
La calidad del segundo álbum de Nirvana es innegable, y aunque sus composiciones eran bastante simples e imitaban a Frank Black y compañía hasta la saciedad – Kurt Cobain dijo más de una vez que Smells Like Teen Spirit era un intento de hacer una canción como las de los Pixies -, la frescura de este disco, y lo bien que sonaba (Butch Vig tuvo mucho que ver), nos dejaron a todos de piedra.
Sinceramente, creo que lo que lo que hace diferente a este disco del resto trabajos de sus compañeros de escena – los meteremos en el Grunge, aunque no creo que tuviesen mucho que ver -, es el toque pop de las composiciones de Cobain, que no olvidemos que era fan de The Vaselines o The Pastels: grupos que avergüenzan a cualquier amante del rock más duro. Y es que no sé puede negar que Drain You, On A Plain, Lounge Act e incluso Come As You Are y Lithium son puro pop, y el que no lo vea es que está más que ciego. Puede que las guitarras distorsionadas, y los desgarrados berridos de Cobain estén en primer plano, pero las buenas, y pegadizas melodías, son de lo mejor de este disco. Además, demostraban una sensibilidad en canciones como Polly o Something In The Way, que les hacia diferentes. Evidentemente, la rabia punk y los temas más duros, también tuvieron su parte de culpa en el éxito de este álbum. Canciones como Breed, Territorial Pissings o Stay Away conectaron muy bien con el sector del rock más duro – mi hermano el heavy acabo robandome la cinta -. Y es que conseguir que todo tipo de público se interesase por tu música, es sin duda el gran mérito de Nevermind.
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