Impepinables: Smashing Pumpkins – Siamese Dream

Por Homeboy


No soy nada fan de los Smashing Pumpkins, y la verdad es que se me atragantan bastante, sobre todo la voz de Billy Corgan, que me resulta de lo más cargante. No siempre ha sido así, cuando tenía dieciséis años este disco me encantaba, y me sigue pareciendo una autentica maravilla llena de grandes canciones. Es una pena que el ego desorbitado de su cantante estropease una de las carreras más prometedoras del rock alternativo de los noventa. Y es que aquel Mellon Collie And The Infinite Sadness que sacaron dos años después, era de lo más irregular; le sobraban la mitad de las canciones, y los hizo excesivamente famosos. Vamos, que a Corgan se le subió el éxito a la cabeza.

Siamese Dream salió en 1993, cuando el rock alternativo ya estaba más que asimilado, y grupos como Nirvana, Pearl Jam o Alice In Chains, vendían millones de discos en todo el mundo, y estaban todo el santo día en la Mtv (sí, por aquella época ponían video-clips). Es un disco hecho para triunfar, ya que Corgan estaba obsesionado con éxito y las ventas de discos, y llego a decir que si este disco no triunfaba, se separarían. Lo consiguieron, ya que solo en Estados Unidos vendió cuatro millones de discos.

Butch Vig, que ya había producido su primer disco (Gish), les hizo un disco ruidoso y sin fisuras, en el que había muchos grandes momentos. El talento de Corgan nunca llegó a ser tan grande como en este disco, bueno, sí, en 1979. Los de Chicago se sacaron de la manga un disco lleno de temas redondos, y con un potencial tremendo para convertirse en hits inmediatos, que fue lo que pasó con Today o Disarm. Acertaban tanto en el rock contundente y ruidoso (Cherub Rock, Geek U.S.A. o Silverfuck), como en los temas más tranquilos (Spaceboy o Luna), pero si me tengo que quedar con una, es con Soma, y su explosión de guitarras al final de la canción.

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