Es imposible evitar el contagio de ese falso espíritu de generosidad, empatía y solidaridad que estas fiestas estimulan, más por afán comercial que por asunción de tales valores, para no quedar como un extraño hereje antisocial ante los que nos rodean en convivencia. Tampoco se puede evitar en un medio escrito de participación colectiva, como es este blog, que atrae a seguidores de las tradiciones y a quienes las denuestan.
Es imposible evitar el contagio de ese falso espíritu de generosidad, empatía y solidaridad que estas fiestas estimulan, más por afán comercial que por asunción de tales valores, para no quedar como un extraño hereje antisocial ante los que nos rodean en convivencia. Tampoco se puede evitar en un medio escrito de participación colectiva, como es este blog, que atrae a seguidores de las tradiciones y a quienes las denuestan.