La corriente de los pensamientos cesó. Desde el silencio oí los llantos y las risas. Percibí la angustia y la alegría. La lucha por retener dejó al descubierto las cicatrices del apego. Desde la oscuridad vi formas efímeras que se difuminaban entre las voces, voces desgarradas, voces serenas, voces…
La madre tierra mostró la danza continua de la creación. La lluvia ablandó el sufrimiento, el aire lo arrastró lejos, la luna acogió nuevos sueños, les dio forma y el sol los avivó.Somos la estrofa de un gran poema. En tu mano está la pluma.Texto y fotografía, Verónica Grau.