“Implosión de Venezuela y sus implicaciones estratégicas para los Estados Unidos ” (I)

Publicado el 24 enero 2017 por Jmartoranoster

Juan Martorano.
Había señalado en mi más reciente artículo, que me referiría sobre un artículo publicado por el Dr. Evan Ellis, de fecha 07 de octubre de 2015, con el título con el que acabo de entrecomillar esto que a continuación produzco. Lo importante de esto, es que el mismo, fue publicado nada más y nada menos que por The Strategic Studies Institute, que traducido al idioma de Cervantes sería, el Centro de Estudios Estratégicos del Ejército de los Estados Unidos de Norteamérica. Si esto es así: ¿Quién puede dudar que la República Bolivariana de Venezuela vive una Guerra No Convencional, para destruir la forma republicana que soberana y libremente se ha dado?
Pues bien, señala Ellis que “la respuesta de los Estados Unidos a la cada vez mayor crisis política y económica profunda en Venezuela, además del comportamiento agresivo de esta con sus vecinos y la comunidad internacional, es evidencia más que convincente que , la administración de Barack Obama (la cual llega hoy a su fin) es sincera con respecto al respeto de la soberanía de los países de la América Latinocaribeña, y que permite que la región se haga cargo a sus propios problemas de gobernabilidad”.
Llama poderosamente la atención que el Dr Ellis se refiera a una “implosión” en nuestro país, y sobre todo, que pretenda reforzar la farsa de que el gobierno estadounidense respeta la soberanía de los países del mundo.
No obstante, continua Ellis expresando lo siguiente: ” Mientras que los analistas en Washington D.C. y América Latina han calificado la participación de funcionarios venezolanos en el narcotráfico, las aseveraciones hechas por los “altamente creíbles” The Wall Street Journal y otras, demuestran ser ciertas las investigaciones de las autoridades estadounidenses en la actividad delictiva del Presidente de la Asamblea Nacional (en aquel entonces) Diosdado Cabello, y otros líderes políticos y militares venezolanos y de la Revolución Bolivariana en esta clase de delitos.
Aquí, Ellis enfila abiertamente sus baterías, al tratar de vincular a funcionarios venezolanos en el delito de narcotráfico. Todo ello, con la finalidad de buscar el quiebre de la autoridad y fractura al seno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, a objeto de buscar un baño de sangre en nuestro país.
Ellis le da una valoración muy baja a Venezuela, producto de lo que él califica como un país muy “problemático”. Nada señalan de la persecución económica, del bloqueo financiero, humanitario y político que el mismo gobierno estadounidense ha promocionado contra nuestro país. Hablan de crisis humanitaria, más no expresan las prohibiciones que ha dado el gobierno de Estados Unidos, el chantaje que ese gobierno ha hecho a países enteros a los fines de que no accedamos a medicamentos, medicinas, y los bienes esenciales para nuestra calidad de vida y subsistencia.
Incluso, Ellis trata de realizar un paralelismo entre la situación venezolana con la de Panamá de 1989, durante el mandato de Manuel Noriega, cuando este fue acusado de narcotráfico por tribunales y grandes jurados en Miami y Tampa, en Florida, lo que allanó el camino de la invasión de los Estados Unidos a ese país en ese año.
Pero Ellis, quien trata de lavarle la cara al imperialismo, tratando de mostrar a un gobierno gringo que “ahora respeta la soberanía de los países de América Latina y del Caribe”, bajo un conjunto de consideraciones y en el marco de un contexto estratégico muy diferente en la actualidad, considera muy improbable que la dirigencia política revolucionaria llegue a un fin similar al de Noriega de Panamá, más sin embargo, si se promueve toda clase de ataques y lobbys diplomáticos a objeto de ir aislando a nuestro país del concierto internacional. Además de ello, destaca la activación del 4to Grupo de Operaciones Psicológicas, manejando toda la industria cultural para subyugar a nuestros pueblos, y sobre todo, el rol del Subsecretario de Estado, Thomas Shannon, quien en un aparente tono de conciliación y de diálogo, busca y negocia la rendición de los personeros de la Revolución Bolivariana. Aún en todo este contexto, el paralelismo entre Panamá con respecto a la República Bolivariana de Venezuela, es un asunto no menos grave.
Ellis trató de preconizar una “venidera crisis” en Venezuela, luego del pronunciamiento de un conjunto de ex presidentes de derecha latinoamericanos, respecto a la situación política y económica venezolana.
Ellis pretende hacer creer en sus análisis que hay un consenso en la región respecto a la crisis venezolana en lo concerniente a la combinación de la “criminalidad, la represión política y el colapso económico”, problemas estos, en buena medida, inducidos por ellos mismos, para que en nuestro país se aplique la teoría de la necesidad de proteger, a los fines de justificar una intervención militar extranjera, como lo fue en el caso de Libia. Expresa Ellis que el problema de Venezuela está resultando demasiado oneroso como para que sus vecinos los sigan ignorando como “hasta ahora ha ocurrido”.
No obstante, resalta este analista que, ya algunos presidentes y presidentas de la región se han mostrado particularmente dispuestos a ir mucho más allá de un lenguaje cauteloso que las declaraciones de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), que en el año 2014 mostraba profunda preocupación por la situación venezolana.
Ellis no tiene claro el por qué del silencio de los países vecinos respecto de la situación que vive Venezuela. Cita presuntos estudios realizados en Venezuela, que mucho antes del año 2012, se habrían anticipado a un “caótico y violento final de la situación venezolana”, lo cual, a criterio de Ellis, es cada vez más probable a medida que transcurren los días, con claros efectos indirectos para los países vecinos de Venezuela y la región toda.
Expresa este analista que el gobierno venezolano se encontraría encerrado en una espiral de violencia, y de “muerte económica y política” de la cual, y pese a haber adoptado múltiples dinámicas, se ha tornado verdaderamente difícil “escapar a esa calamidad”. Además de ello, califica las políticas implementadas por la Revolución Bolivariana como de “16 años de fracasos, políticas anti comerciales, incluyendo las expropiaciones, controles de precios y de la moneda, la corrupción gubernamental, además del aumento de la criminalidad, lo que ha destruido la actividad productiva en el país, aparte del sector petrolero. En la agricultura, de acuerdo a esta visión, los productores lucha en contra de las invasiones de tierras y las expropiaciones, las dificultades de obtener divisas para comprar suministros y las demandas de los agentes de compras del gobierno para “los sobornos que deben ser pagados por los dólares escasos”. La producción (la cual estructuralmente ha sido inexistente) se ha derrumbado, así como la agricultura rural. El país “debe importar casi las ¾ partes de los alimentos que necesita su pueblo, con el resultado que, a medida que las reservas en dólares del gobierno se agotan, los pobres de Venezuela la tienen cada vez más difícil para comer.
Confiesa Ellis el crimen, de que esto es lo que está ocurriendo en Venezuela, a raíz de la merma de la “producción” y precios petroleros, además de los costos de la industria petrolera. Destaca que el petróleo ha sido durante mucho tiempo el principal motor de la economía venezolana, pero que las ganancias que PDVSA ha obtenido con la venta de este recurso estratégico “se ha desviado hacia programas de bienestar social a corto plazo (las misiones) y programas para comprar influencia en la región como Petrocaribe, pero que la Nación ha descuidado mantener la infraestructura de producción existente o de invertir para traer nuevas tecnologías de punta para aprovechar mejor económicamente las ganancias del petróleo, como el petróleo pesado encontrado en las arenas bituminosas del Orinoco”.
Es decir, invertir en nuestro pueblo, es desvio de recursos, como lo interpreta Ellis, y menciona “arenas bituminosas del Orinoco”, con la intención de venir a saquear el petŕoleo muy bien cotizado en nuestra Faja Petrolífera del Orinoco “Hugo Chávez”. Es decir, pagar ese petróleo a precios del carbón pues.
Responsabiliza Ellis al Gobierno Bolivariano de Nicolás Maduro de la “mala gestión en la explotación de los yacimientos petroleros, lo que ha inhibido la producción y acelerado el declive de los campos petroleros”. Además, señala que hay inversiones diferidas en el sector petrolero, adoptándose prácticas que aumentan los costos de producción. Señala Ellis, que las inversiones de PDVSA en adquirir instalaciones “upgrader”, por ejemplo, ha obligado a que la empresa se vea en la necesidad de adquirir “crudos ligeros” para mezclarlo con los pesados de la Faja Petrolífera del Orinoco “Hugo Chávez”, para poder venderlo a refinerías comerciales. Asimismo, responsabiliza al Gobierno Bolivariano de la caída de la producción petrolera, que según élm en el pasado se ubicaba en 3,1 millones de barriles diarios antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, y posteriormente, y en la actualidad “esta en 2,6 a 2,7 millones de barriles diarios”.
De acuerdo al análisis de Ellis, esta “mezcla” que hace PDVSA de crudos livianos con pesados, haría que el Gobierno Bolivariano reciba un ingreso neto significativamente menor por cada barril vendido. Además de satanizar las ventas de nuestra producción petrolera a China, ya que supuestamente esto se haría para pagar el saldo pendiente de 14.5 mil millones de dólares de los 56 mil millones en préstamos desembolsados al país durante los últimos 8 años.
“Tales prácticas, combinadas con la mala administración financiera, la importación de 40.000 barriles de gasolina refinada para abastecer el mercado interno con una gasolina subsidiada, significa que el gobierno se está quedando rápidamente sin dinero. Al 15 de junio de 2015, de acuerdo a los reportes de bancos extranjeros, las reservas internacionales de Venezuela habrían caído por debajo de los 16,7 millones de dólares, dos tercios de su nivel 3 meses antes.
De acuerdo a la información de algunos analistas, por la falta de estadísticas oficiales, expresaron que habría que hacer un ajuste, producto de “información errónea de los activos en Venezuela”, por lo que señalan que “las reservas líquidas no comprometidas en nuestro país ya estaban en cero”, afectando la capacidad del gobierno para pagar la deuda externa e insumos necesarios para administrar nuestra economía, además de la necesaria importación de artículos básicos como alimentos y medicinas.
Es decir, acá esta la confesión de la Guerra Económica que actualmente nos está azotando, además de imponer una matriz de “default” o cesación de pagos en Venezuela, la cual es totalmente falsa. Venezuela no solo ha honrado puntualmente sus compromisos con sus acreedores a nivel internacional, sino que lo ha hecho de manera anticipada, además.
“El impacto en la caída de la producción nacional y la falta de disponibilidad de moneda extranjera han sido evidentes con el transcurrir de los años desde la muerte del padre del socialismo bolivariano, Hugo Chávez (aunque los problemas comenzaron mucho antes): largas colas y la escasez para adquirir los productos básicos; devaluación de la moneda, que a tasa oficial se cotiza en 2,16 bolívares por dólar, pero en el mercado negro se cotiza en más de 431 bolívares por dólar en junio de 2015, además de la aceleración de la inflación , superando el 200% en abril de 2015”.
Habría que ver de donde saca Ellis estas cifras, porque en su artículo, nada dice sobre ello.
Pero igualmente continua señalando Ellis: “Incluso en regímenes marginalmente democráticos, un gobierno que manifiesta un nivel tan brutal de corrupción e incompetencia en el manejo de su economía y bienestar de su gente, sería rápidamente desalojado del cargo. Si se demostrase que un gobierno de ese tipo ponía en peligro a su propio pueblo y su estabilidad, los militares, como guardianes del orden público, intervendrían para salvar al país. Es alarmante que en Venezuela, ninguno de estos mecanismos correctivos parezca capaz de funcionar a tiempo para evitar la tragedia. Las encuestas independientes, muestran la popularidad del Presidente Maduro justo por encima del 20%”.
Acá a Ellis se le ve el “bojote”, llamando abiertamente a nuestros oficiales de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, a que se levanten en contra de su Comandante en Jefe, a que violen la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Ellis trata en sus opiniones de victimizar a la oposición, puesto que el Gobierno Bolivariano tiene una “chequera petrolera” que le provee de una base económica para obtener recursos para financiar sus actividades y movilizaciones; la oposición “no tiene recursos ni para su movilización de calle ni una prensa independiente para poder transmitir su mensaje. Además, el régimen vigente controla todas las ramas del Estado”, incluyendo el CNE y todo el sistema electoral, lo que habría generado múltiples irregularidades en comicios de años anteriores, lo que motivó a que el Presidente Obama dictará su Orden Ejecutiva donde se sanciona a siete funcionarios venezolanos”.
Una de las conclusiones a las que llegó Ellis es que el gobierno de Nicolás Maduro ha criminalizado a la oposición. “El gobierno ha utilizado su capacidad combinada para aprobar leyes en la Asamblea Nacional, decidir a quien procesar y condenar por su control al Poder Judicial, a los fines de encarcelar a opositores al régimen, haciendose de la vista gorda y quizás facilitando la violencia de las bandas progubernamentales contra las protestas políticas de la oposición”. ¿Que tal?
Pero este cuadro se complicaría, de acuerdo a Ellis, por las divisiones internas de la oposición venezolana, fundamentadas por lo programático y lo conceptual, lo que dificulta que ésta se enfrente a un “gobierno corrupto y arraigado en un campo de juego desigual. Un gobierno antidemocrático que no puede ser enfrentado en proceso electorales”.
Un momento clave de esas diferencias, señala Ellis, y que fue un elemento fundamental a su criterio por el que no se acabó con la Revolución Bolivariana, fue cuando el candidato central de la oposición en las elecciones presidenciales sobrevenidas del año 2013, Henrique Capriles, se obtuvo un margen tan estrecho, que el mismo las desconoció, tildando que “le habían robado dicha elección”, producto de diversas “irregularidades” como por ejemplo estadísticas improbables, mesas en las que el gobierno habría ganado con el 100% de la votación, más votos emitidos que electores en mesa, municipios con más votantes que pobladores entre otros.
Esa división de la oposición en la forma de actuar durante dichos comicios del año 2013 fue fundamental para las derrotas sufridas en ese año. Su organización central, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se negó a alinearse con las llamadas actividades “La Salida” lideradas por figuras de la oposición tales como Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma, y más recientemente en mayo de 2015, cuando la MUD declinó reunirse con el Gobierno en apoyo a una huelga de hambre de Leopoldo López y Daniel Ceballos.
Más allá del alcance de las alternativas democráticas, expresa Ellis que el liderazgo militar de Venezuela parece estar muy comprometido en la participación de actividades criminales, y no les interesa intervenir en la restauración del orden democrático pérdido. Como se destaca en un artículo publicado en The Wall Street Journal del 18 de mayo de 2015.
Pero esto lo comentaremos en nuestra segunda y última entrega de este trabajo. Así que, pendientes y alertas.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Si se prende el peo, con Maduro me resteo!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!

Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
jmartoranoster@gmail.com @juanmartorano