Importancia De Las Grasas En El Sistema Hormonal

Por Paleosop

¿Te has preguntado a qué se refieren exactamente cuando hablan de lípidos o grasas?

Los lípidos son un conjunto amplio de sustancias que se encuentra en la naturaleza y son incapaces de disolverse en agua, aunque si en un tipo de solventes denominados “polares”.

Aunque estas palabras lípidos y grasas frecuentemente son utilizadas de manera indistinta como sinónimos, esto no es completamente correcto.

Si bien es cierto que todas las grasas son lípidos, no todos los lípidos son grasas.

Entre las sustancias que forman parte de los lípidos se encuentran:

  • Los más abundantes en la naturaleza denominados lípidos simples que incluyen las grasas, las ceras y los aceites (estos últimos son las grasas en su estado líquido).
  • Los principales constituyentes de la membrana de las células denominados lípidos complejos. Entre estos se encuentran los fosfolípidos, los glucolípidos y las lipoproteínas.
  • Otros componentes derivados de los lípidos de vital importancia para el buen funcionamiento del ser vivo, como las vitaminas (A, D, E y K), los ácidos grasos y de manera destacada algunas hormonas.

¿Cuál es la relación entre las hormonas y los lípidos?

Las hormonas son sustancias que se encuentran dentro de nuestro organismo cuya principal función es proveer la comunicación entre las células de todo el cuerpo y regular su funcionamiento.

Estas hormonas pueden estar formadas por diversos compuestos. Fundamentalmente, pueden estar constituidas por aminoácidos, péptidos (que es la unión de varios aminoácidos) o lípidos.

Las constituidas por lípidos a su vez pueden derivarse del colesterol y se llaman hormonas esteroideas. Otras pueden originarse a partir de los ácidos grasos y reciben el nombre de eicosanoides.

Entre las hormonas que juegan un papel importante en las mujeres que presentamos síndrome de ovario poliquístico (SOP) se encuentran los estrógenos, los andrógenos y la progesterona, todas ellas del grupo de las llamadas hormonas esteroideas.

Es por esto que nuestro organismo necesita ciertas cantidades de estos compuestos lipídicos para poder fabricar las hormonas, tanto esteroideas como eicosanoides, que mantienen la función normal del cuerpo.

¿Los lípidos pueden ser dañinos para las hormonas?

Como con la mayoría de los componentes de nuestro organismo, se pueden presentar alteraciones cuando hay un exceso o un déficit.

  • La grasa acumulada en nuestro cuerpo, denominada grasa corporal, produce una hormona, la leptina, que interviene en el funcionamiento del ciclo menstrual. Cuando el porcentaje de grasa corporal se incrementa por encima de 29,7 %, aumenta la producción de leptina. Normalmente se produce un retraso en la menstruación. Por eso vemos muchas veces como mujeres con sobrepeso simplemente perdiendo un 5% del peso empiezan a tener ciclos regulares de nuevo.
  • De manera similar, cuando el peso se encuentra por debajo del 15 % del peso ideal, los niveles de leptina caen de manera significativa y llevan a la suspensión de la menstruación por más de 90 días, en lo que se denomina amenorrea.

Todo esto ocurre debido a la actividad regulatoria que ejerce la leptina sobre una hormona muy importante que se fabrica en nuestro cerebro, específicamente en el hipotálamo, denominada GnRH que es la que controla los niveles de FSH y LH.

Estas dos últimas hormonas, producidas en la hipófisis, antes llamada pituitaria, son las que directamente controlan nuestra producción y regulación tanto de estrógenos, andrógenos como progesterona, que frecuentemente se encuentra alteradas las mujeres soperas como nosotras.

¿Cómo afecta el sobrepeso a las mujeres con SOP?

El depósito excesivo de grasa a nivel del abdomen, conocido como obesidad central, incrementa el riesgo de presentar trastornos de los lípidos circulantes en sangre.

Estas alteraciones conocidas como dislipidemias incluyen incremento del colesterol LDL (conocido como colesterol malo), aumento de los triglicéridos, disminución del conocido colesterol bueno (denominado HDL), o cualquier combinación de las anteriores.

La obesidad central también incrementa el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina que nos puede llevar a un aumento en la producción de andrógenos por parte del ovario, como sucede en el síndrome de ovario poliquístico (SOP)

Esta resistencia a la insulina, derivada de la obesidad, también nos podría llevar al síndrome metabólico y hasta a padecer diabetes tipo 2.

¿Es bueno o malo ingerir grasas en la alimentación?

Desde el punto de vista de la utilidad o las consecuencias en nuestro organismo, los lípidos se han clasificado en dos grupos: grasas buenas o ácidos grasos poliinsaturados (los conocidos omega 3, EPA, DHA, ALA), que son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Estas se encuentran contenidas principalmente en:

  • Aceites vegetales líquidos de oliva, canola
  • Semillas de girasol, calabaza
  • Nueces, almendras
  • Aguacates
  • Pescado: salmón, trucha, atún, anchoas
  • Vegetales de hoja verde
  • Etc

El segundo grupo denominado grasas malas está constituido por las conocidas grasas trans que se han relacionado con el aumento del riesgo de sufrir de infarto, hemorragias cerebrales, hipertensión arterial y cáncer. Estas se encuentran fundamentalmente en:

  • Derivados lácteos
  • Carnes provenientes de rumiantes de mala calidad
  • Aceites vegetales industriales, margarinas
  • Alimentos procesados
  • Bollería industrial
  • Sopas y salsas preparadas
  • Etc

Conoce los beneficios del estilo de vida Paleo en el control de los lípidos y el funcionamiento hormonal

El estilo de vida Paleo no sólo concuerda con las recomendaciones de estilo de vida saludable de los organismos internacionales, sino que adicionalmente mejora el consumo de carbohidratos, de proteínas no dañinas para el organismo y la ingesta de grasas buenas necesarias para el mejor funcionamiento de todo nuestro organismo.

De esta manera, previene la aparición de sobrepeso u obesidad, intolerancia a la glucosa, aumento de triglicéridos y colesterol, de obesidad central, y sus consecuencias en las mujeres con SOP. Esto se encuentra avalado por múltiples investigaciones.

Mellberg encontró que una dieta Paleo resultó más beneficiosa que las recomendaciones nutricionales nórdicas en la corrección de las alteraciones metabólicas relacionadas con la grasa corporal, obesidad y triglicéridos.

Por su parte Fontes‑Villalba demostró la disminución de los niveles de leptina con la implementación de una dieta Paleo.

De manera que ahora tenemos una razón más, con aval científico, para vivir un estilo Paleo y mejorar el funcionamiento de nuestro cuerpo, sentirnos saludables y contribuir a nuestra felicidad.

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