La novela nos narra, siempre en primera persona, un conjunto de historias que al final acaban entrelazándose. Sin grandes aspavientos ni subterfugios asistimos a la salsa de la vida. Ante nosotros pasan fragmentos de la vida de los personajes, presenciamos tanto las cosas buenas como las cosas malas y cómo las afrontan dichos personajes, sin darte cuenta te adentras en el corazón de los mismos. La novela, no sé muy bien cómo, te atrapa, y las páginas se suceden unas tras otras sin que te des cuenta. Personalmente lo que más me ha gustado es el tono agridulce que se desprende a lo largo de la novela, dicho tono es el resultado de esa mezcla de las maravillas y miserias que tiene de por sí la vida.
En resumen, una novela corta, que engancha, y que disfrutas leyendo, otro libro a tener en cuenta a la hora de hacer regalos estas navidades, eso sí, de momento sólo está en formato digital, lo podéis conseguir en la web de Impostores.