Incluso el ejército de EEUU está interesado en dosis alimenticias personalizables y adaptables a cada situación
Cuando los investigadores finalizaron el mapa de la genoma humano en 2003, muchos preveían una revolución en la sanidad impulsada por los nuevos conocimientos adquiridos acerca de nuestro código biológico. Efectivamente se han producido avances en la medicina de precisión, que considera las variantes genéticas del individuo, su estilo de vida y su entorno a la hora de tratar y prevenir enfermedades. La aplicación de estos mismos principios a un aspecto más básico de la salud - la nutrición - ha resultado ser un proceso mucho más lento.
Pero gracias a una investigación reciente, la extendida tecnología móvil, sensores médicos más baratos y nuevos métodos para la producción alimentaria, el concepto de la nutrición personalizada está haciendo progresos. El gigante de la industria alimentaria internacional Nestlé, a través de su rama de investigación el Instituto de la Salud Pública de Nestlé (NHIS, de sus sigles en inglés), y en colaboración con la empresa Water de Massachusetts (EEUU), fabricante de equipos de uso científico, está desarrollando herramientas que sacan una especie de instantánea nutricional individual. Se trata de un proyecto en curso que intenta definir un método capaz de medir las deficiencias vitamínicas y minerales de una persona de forma rápida y precisa para el desarrollo posterior de un suplemento nutricional individualizado.
Una herramienta diseñada por investigadores de la Universidad de Purdue (Illinois, EEUU) llamada Technology Assisted Dietary Assessment (TADA) utiliza software y técnicas de procesamiento de imágenes para analizar una fotografía de un alimento obtenida con la cámara de un smartphone. El software calcula el volumen de comida ya ingerida, ayuda a identificar los alimentos que se encuentran en el plato, y repasa bases de datos nutricionales para proporcionar información acerca de las calorías y los nutrientes consumidos.
Un obstáculo para la nutrición personalizada es que mientras que podemos medir muchas cosas, el profesor de Ciencias Nutricionales de la Universidad de Cornell David Levitsky asegura: "La pregunta es esta: ¿realmente tenemos conocimientos suficientes para resolver estos problemas mediante una dieta especial?". Consumimos una amplia variedad de alimentos después de todo, y l as conexiones entre dieta, genes, entorno y la salud son difíciles de desentrañar.
Por ahora, un mercado con necesidades especiales, como la tercera edad, puede representar la aplicación más viable de la nutrición personalizada. Una empresa llamada Biozoon lidera la exploración conjunto de un consorcio de investigación europea de la producción de alimentos mediante técnicas de impresión 3D para las personas con dificultades para masticar y tragar - un mal común para las personas de tercera edad, y uno que con frecuencia está asociado a la malnutrición.
Enfermeras y médicos introducirían recomendaciones nutricionales para cada paciente - por ejemplo alto contenido de proteínas y calcio- en una aplicación de software que se comunica con una impresora 3D. Entonces la impresora fabrica la comida diseñada con una textura que facilite la acción de tragar, y personalizada con nutrientes específicos para cada paciente. La meta sería que cada impresora 3D produjera 600 comidas personalizadas al día.
El ejército estadounidense también está en proceso de probar la comida producida mediante impresión 3D. Una de las posibles aplicaciones sería la utilización de impresoras 3D y sensores biométricos para proporcionar comidas a medida. "Las necesidades nutricionales de un soldado de infantería varían según el contexto", afirma Lauren Oleksyk, una técnica alimentaria del Centro de Investigaciones, Desarrollo e Ingeniería del ejército de EEUU en Massachusetts (EEUU). Alimentos producidos mediante impresión 3D, dice Oleksyk, pueden cumplir con las necesidades exactas de los soldados - las cuales pueden cambiar, por ejemplo, durante una misión difícil que requiera gastar energías adicionales - de una manera que las raciones "listas-para-comer" actuales no pueden. Pronto las comidas impresas podrían incorporar compuestos diseñados para mejorar el rendimiento como la cafeína y los omega-3.