Impresiones con Hyper Light Drifter para Switch

Publicado el 12 septiembre 2018 por Retromaniac @RetromaniacMag

Probamos esta mezcla de rol con juego de acción y gráficos pixelados cautivadores


Desligar al creador de su creación a veces es complicado, por no decir imposible, y en el caso de Hyper Light Drifter esta máxima cobra aún más sentido, toda vez el juego de gráficos pixelados y cuidada estética parece ser una extensión mental y física de Alex Preston, la cabeza pensante detrás de este producto único que no atiende a razones: o lo amas o lo odias...

A principios de año YoYo Games anunciaba por fin la compatibilidad de su conocida herramienta para la creación de juegos, Game Maker Studio, con la consola Switch. Un gran abanico se abría ante los usuarios de la consola híbrida de Nintendo, fuente de acogida de multitud de títulos de estudios y desarrollos independientes que ven en el aparato de Nintendo un buen escaparate. Unos días después de este anuncio, Abylight hacia lo propio y se mostraba como editora de Hyper Light Drifter en Switch. Un fichaje de lujo para un juego que se había ganado ya el reconocimiento del público en otros sistemas, y que viviría así una segunda juventud.

Si viajamos al norte el escenario se volverá frío y blancuzco


No ha tardado mucho en ver la luz dicha conversión. A los habituales ajustes aquí y allá, adaptación a los controles y a la CPU de la máquina, se unen los necesarios trabajos administrativos y de certificación para colocar un juego en uno de los repositorios digitales de las consolas actuales. El juego de Heart Machine llegaba hasta los usuarios de Switch, por fin, tras haberse caído la versión de Wii U por causas de producción de la campaña Kickstarter donde nació este juego.

Tiene pinta de que algo bueno nos espera... ¿o no?


Ámalo u ódialo
Hyper Light Drifter es un juego muy personal, el juego que Preston llevaba rumiando desde hacía años tal y como ha declarado en varias ocasiones en algunas entrevistas y en la descripción de su propia campaña de crowdfunding en 2013. Un juego oscuro que se inspiraba en títulos y sagas conocidas como The Legend of Zelda o Diablo, pero que al mismo tiempo incorporaba un componente contemporáneo verdaderamente necesario, y un toque único que hace que este no sea un juego para todos, y no solo por la legendaria dificultad de la que seguro has escuchado hablar ya, o de esa comparaciones con la saga Souls, aunque en 2D, sino porque en realidad, el mundo y el protagonista de este onírico mundo que nunca llega a contextualizarse, parece más una extensión de su creador que solo él sabrá comprender por completo. Tan bello como poco natural. Tan especial como solo los juegos indies actuales se atreven a concebir.


El diseño del juego es cautivador


En la piel de una especie de guerrero (un drifter), nos veremos abocados a luchar por nuestra supervivencia y a recorrer un gran mundo divido en áreas interconectadas buscando algo que nos permita superar lo que parece ser una enfermedad que nos está carcomiendo por dentro. Poco más que una acongojante introducción a base de gráficos pixelados nos servirá  para situarnos en este particular universo. Leves animaciones difíciles de comprender se intercalan aquí y allá a medida que avancemos, pues Preston ha decidido dejar deliberadamente a la imaginación (y a la experiencia de los jugadores) la interpretación de lo que cada uno vive en su obra.


¿Dioses decadentes o el tormento de un ser humano?


La enfermedad de Preston, aquejado de varias dolencias cardiacas desde que nació, y que incluso le mantuvo apartado del proyecto a finales de 2015, se deja notar en el mundo de pesadilla, extraño y antinatural (pero reconocible de alguna manera) de Tiempo Enterrado, aparentemente el lugar donde nos encontramos en el juego. Nada nos ayuda, nada nos indica qué hacer o no hacer. Está en nuestra mano explorar nuestro alrededor, decidir si viajar al principio hacia el norte, sur, este u oeste, descubrir los secretos que se esconden aquí y allá y derrotar a los malos que nos vayamos encontrando y a los temidos bosses.

Eso parece una espada gigante de alguno de los titanes...


El sistema de combate; el alma del juego
Porque a pesar de su apariencia rolera, ayudada por la perspectiva a lo Zelda, los movimientos y esos toques aventureros que nos proporcionan los paisajes y las mejoras de nuestro equipamiento, lo cierto es que Hyper Light Drifter gira en torno a su milimétrico sistema de combate, una mezcla estudiada entre los combos salvajes, los deslizamientos y las mejores estrategias para vencer a los grupos de enemigos que se interponen en nuestro camino a lo largo de nuestra aventura. No valdrá darle a los botones a lo loco, esto hay que currárselo y a veces puede ser un poco frustrante; si señor. Para paliar las veces que moriremos (que serán bastantes), hay colocados también numerosos checkpoints desde los que continuar cuando caigamos en combate, así como una suerte de medkits para recuperar nuestra salud que también podemos recoger y añadir a nuestro inventario. Saber como va a atacar cada tipo de enemigo, usar sabiamente el control para deslizarnos y escapar y utilizar el disparo a distancia (de uso limitado), serán la base sobre la que se asienta un sistema más precioso de lo que podría intuirse al principio.


La mecánica de combate se basa en nuestro movimiento para esquivar,
espadazo y algún disparo certero.


En su contra juegan que también puede volverse bastante repetitivo, y que el escenario, con ese estilo pixelado de neones entre lo sublime y lo rudimentario, puede jugar en su contra, y casi siempre tropezaremos con elementos que no se pueden atravesar en los numerosos combates que nos veremos obligados a superar. Por otro lado, también es cierto que habrá que apelar a la habilidad del jugador, a tomarse las cosas con calma y a encomendarse a los dioses del mando. Por mucho checkpoint que haya dispuesto, si no sois capaces de superar un jefe o un grupo de determinado de enemigos, acabaréis por frustraros. ¡Calma!


A veces los diseñadores nos regalan con escenas como esta



Los momentos de exploración son, por otro lado, ciertamente interesantes, sobre todo la primera vez que juguéis. Los píxeles rezuman arte y alma gracias a la composición de un mundo que no ha perdido su entidad con las nuevas máquinas y esos titanes que parecen haber asolado la tierra. Dispondremos de un mapa que puede valernos para orientarnos un poco mejor, pero que tampoco nos va a sacar las castañas del fuego, ojo. Simplificado y difícil de leer en un principio, nos lo tomamos más bien como un apoyo a nuestro devenir. Esto nos lleva a la interfaz, excesivamente confusa y minimalista, consecuencia obvia de una decisión de diseño por parte del autor, pero que vuelve a ponernos en ese peligroso equilibrio constante al que nos obliga Hyper Light Drifter entre lo conocido por nuestra experiencia en videojuegos y el desconocimiento absoluto de lo que ocurre.

La versión para Switchincluye algunas novedades jugosas


No podíamos dejar de lado al apartado musical, a cargo de  Rich «Disasterpeace» Vreeland, compositor a la sazón de otras obras interesantes como Fez o Mini Metro, con el apoyo de Will Wiesenfeld. Una banda sonora a caballo entre el synthwave más galopante del momento y esos tonos lúgubres, desacompasados y en ocasiones cálidos gracias al uso de instrumentos como el piano, que de vez en cuando se suceden a tono con el resto del juego. Aunque algunos pasajes nos seguirán recordando a su trabajo en el juego de Polytron, lo cierto es que el trabajo de Rich ha ido evolucionando durante estos últimos años, y es una pena que el artista haya decidido tomarse un descanso de los videojuegos toda vez termine con el trabajo actual.

Una aventura única y especial
Tanto por forma que tiene el juego de arrojarnos a su universo, sin ayudas, prácticamente despreciando al jugón, Hyper Light Drifter puede parecer un juego arcade llevado a la actualidad, pero la sensibilidad que subyace por debajo, el apartado gráfico y sonoro y el diseño general, nos llevan hasta un título único y que no es, necesariamente, para todos. Si te gusta una historia críptica jalonada con una alta dificultad, buscarte la vida y un sistema de combate más parecido a los juegos 3D actuales, seguro que el juego de Heart Machine te cautivará, de lo contrario no podrás disfrutar de todas las capas que ofrece el juego. Se trata, en efecto, de una decisión arriesgada por parte del autor,una nueva rareza que casi nunca tiene cabida fuera de los círculos independientes, que se viste como un juego de 16 bits pero que ofrece una jugabilidad moderna y actualizada.

Los tonos de neón son una constante


Por otro lado, la edición especial con que ha sido bautizada esta conversión para Switch, incluye un nuevo traje, un desafío bautizado como Tower Climb, el arma Crystal Shot con la que congelar a los enemigos o la Blade Caster.
Hyper Light Drifter está editado en Switch por Abylight, y podéis obtenerlo en formato digital por 19,99 €. Encontraréis más info en la web oficial.