Impresiones con Panzer Paladin; plataformas y acción de vieja escuela con una vuelta de tuerca

Publicado el 05 agosto 2020 por Retromaniac @RetromaniacMag

Probamos la versión para Switch del nuevo juego de Tribute Games



Desde hace unos días está disponible para Switch y ordenadores en Steam a través de descarga digital, Panzer Paladin, la última creación de Tribute Games. El estudio independiente canadiense, especializado en juegos con gráficos tipo pixelart y el mimo por las mecánicas clásicas, parece que definitivamente se ha reconducido abandonando las mecánicas excesivamente complicadas como en Mercenary Kings, para hacer lo que mejor saben: un videojuego divertido y accesible.

Y es que ya desde que se mostraron las primeras imágenes e información de este Panzer Paladin, la cosa prometía. Un aspecto pixelado sublime, dotado de una paleta de colores reducida e inspirada en la NES, aunque con las obvias limitaciones del viejo sistema de 8 bit pasadas por encima y usadas solo como recurso gráfico, abrazaban un juego a caballo entre los plataformas de toda la vida de desplazamiento lateral y las aventuras con escenarios algo más enrevesados de la época.

El primer nivel servirá para hacernos con los controles y sistema de armas


Al final, quizás Panzer Paladin se parezca más a los grandes cartuchos de Capcom de los 90 que tenían sobre todo a personajes de Disney como protagonistas, o al recalcitrante Mega Man, el robot azul marca de la casa de la nipona. El ritmo, la acción, el planteamiento de niveles seleccionables y la manera de presentarnos los retos, nos recuerdan mucho a grandes clásicos ya como Ducktales, Darkwing Duck o, ya en otro plano, Blaster Master, del que toma prestada esa mecánica de poder salir del vehículo y enfrentarnos a los peligros protegidos solo por nuestra armadura. Pero dejémonos de referencias y vayamos por partes, porque por debajo del capó hay muchas más cosas de lo que aparenta en un principio...

Algo nos dice que nos volveremos a ver más adelante, "hombre caballo"


La historia comienza cuando sobre la Tierra comienzan a aparecer multitud de armas venidas del espacio, y junto a ellas multitud de tipos malos con ganas de quedarse en el planeta y destruir a todo bicho viviente. Como no nos podemos quedar quietos, encarnaremos a la androide de rescate Flame, quien, conduciendo un imponente mecha bautizado como Grit, tendremos que recorrer 17 niveles repletos de enemigos, obstáculos, jefes mitad de fase y los inevitables bosses al final del nivel. Nuestro robot posee además una característica muy interesante, y es que puede manejar diferentes armas para defenderse o para invocar algunos hechizos que nos permitan recuperar vida, aumentar nuestro poder defensivo o invocar un rayo destructor.

La ambientación del juego es espectacular


Lo interesante de Panzer Paladin, además de su fantástico diseño y puesta en escena, es precisamente la estrategia que subyace sobre este sistema tan original de armas. En un principio, digamos que no soy precisamente un seguidor de «armas que se destruyen con su uso» o que «no tienen munición limitada», y es cierto que en los primeros compases en el juego andaba algo desorientado con multitud de opciones que se presentaban y las técnicas de uso de las armas. En algunos de los niveles no es necesario estar pendiente del poder del arma que portemos, de las que tenemos guardadas, de sus poderes o de si hemos usado una (o no) para guardar nuestro progreso en alguno de los escasos puntos de checkpoints, pero con el paso del tiempo, y cuando lleguemos a fases algo más duras, será necesario dominar el arte de la espada como dios manda.

Si queremos activar los checkpoints, tendremos que perder una de nuestras armas en el proceso


Pero no nos asustéis, por fortuna esto no es un follón como en Mercenary Kings. En Panzer Paladin todo es más laxo y relejado, no faltarán armas con las que equiparnos y pronto nos haremos con sus mecánicas. ¿Qué sabemos que más adelante nos espera un tramo complicado en el nivel? Usamos un arma que permita regenerar nuestra energía al usar su hechizo correspondiente hasta que casi se agote su fuerza vital, la guardamos y usamos otra y tras pasar por ese tramo, volvemos a equipar la primera con la intención de usar el hechizo para recuperar salud. Hay que tener en cuenta, que el hechizo provoca la destrucción del arma, así que estaría bien tener siempre un ojo puesto en su barra de energía. En esencia, esta es la táctica a seguir durante el juego. También estará bien reservar algunos armas para cuando toque enfrentaros al jefe final, y otras tantas para canjear su valor entre fases en una suerte de tienda, donde podréis adquirir, por ejemplo, más poder para vuestro robot.

Dominar el arte de los hechizos será esencial


Es muy interesante que Tribute haya conseguido diseñar el juego de manera notable teniendo en cuenta las diferentes capas que subyacen durante el transcurso de la partida, aunque en ocasiones esto de las armas pudiera parecer anecdótico. Incluso podremos diseñar nuestras propias armas en la forja, que luego aparecerán al jugar cuando derrotemos a algún enemigo en concreto. El modo speedrun, el torneo contra jefes y el modo historia remixed, completan un esfuerzo digno de tener en cuenta que los diseñadores han querido implementar para alargar la vida del juego.
Más allá de sus mecánicas, el control de nuestro mecha se sentirá pesado y algunos saltos serán más complicados de lo que puedan parecer en un principio. Sin tener esa inercia tan característica de títulos como Robocop en consolas de 8 bit, hay que tener en cuenta que carece de mucha agilidad y que por tanto podremos perder alguna vida en algún salto traicionero, teniendo que volver atrás en un checkpoint. Por fortuna no tendremos vidas infinitas, y cuando se acaben y queramos continuar, habrá que hacerlo desde el principio del nivel. No todo tenía que ser un camino de rosas, ¿verdad?

Seguro que ese ataque de la imagen os trae más de un recuerdo ;)


Cuando salimos de nuestro robot, nuestra androide sí que es más ágil y posee una especie de látigo eléctrico que funciona como arma al tiempo que nos permitirá colgarnos de algunas argollas dispuestas por los escenarios, desde las que balancearnos al estilo Castlevania IV. Lo malo es que Flame posee un escudo mucho menos efectivo, por lo que cualquier golpe recibido supone una peligra pérdida de energía. Mucho cuidado al salir de la protección que ofrece vuestro robot, pues os puede costar la vida en menos que canta un gallo. Algunos movimientos extras, como poder arrojar las armas a distancia o saltar sobre nuestro enemigos apuntando hacia abajo al estilo Ducktales, completan un título más versátil en este sentido de lo que podría parecer.

Cuando salimos de Grit somos mucho más vulnerables


Todo esto se complementa con un envoltorio simplemente fantástico. El diseño gráfico es espectacular y muy conveniente, con múltiples animaciones y detalles, escenas cinemáticas y escenarios que cambian lo suficiente entre ambientaciones de los diferentes países por los que discurre la aventura. Los enemigos finales, aunque pecan de cierto mimetismo, os recordarán a los enfrentamientos en la serie Mega Man (mucho más sencillos aquí, ojo), con patrones a estudiar y un arma especial que dejaran una vez acabemos con ellos. La banda sonora también es muy adecuada, con un sonido tipo chiptune actualizado, y temas que van desde lo pegadizo a lo algo anodino. Los efectos sonoros son geniales, y se nota que Tribute ha estudiado muy bien esos efecto que nos han acompañado desde los 80.

La banda sonora en digital también está disponible


Panzer Paladin es un juego muy notable. Desde su justa dificultad hasta unas mecánicas algo más contemporáneas y originales, que se han sabido asociar (esta vez sí) bien a la jugabilidad de toda la vida. Poco a poco nos introducimos en un mundo muy interesante en el que la táctica simple y nuestra habilidad con los botones se confunden por momentos, dándole una vuelta a lo que podría ser el típico plataformas de desplazamiento lateral y acción non-stop. Puede que los enemigos se empiecen a repetir en exceso una vez llevemos la mitad de la aventura completada, que los cambios en el desarrollo de los niveles podrían ser más acuciados y que algunos enemigos finales son algo más sosainas que otros, pero en conjunto es un delicioso título muy disfrutable y divertido, que merece mucho que le echéis el guante.

Encontraréis más info en la web oficial de Panzer Paladin