Impresiones Devil May Cry 5 – Muchos demonios van a llorar

Publicado el 21 septiembre 2018 por Jorge Farinós Ibáñez @Living_PS

Tenemos nuestro primer contacto con el esperado Devil May Cry 5 y su acción trepidante.

De todos los juegos que probamos en las oficinas de Koch Media hace poco, es evidente que este Devil May Cry 5 era el protagonista de la fiesta. Se trataba, al fin y al cabo, de la primera vez que la gran mayoría de la prensa íbamos a poder jugarlo y de ahí que hubiera mucho interés por catar la demostración jugable que nos habían preparado.

No en balde, la última vez que vimos aparecer en el mercado un juego de la franquicia fue el infame DmC, un título que, sin ser malo, no terminó de agradar a mucha gente. Con estos antecedentes, la idea de este Devil May Cry 5 que reúne a su creador original, Hideaki Itsuno, y a su equipo, para el desarrollo, resulta golosa. Pero aún más dulce es ponerse al mando del juego y comprobar que estamos ante una secuela directa de Devil May Cry 3 y 4.

La culpa de esto la tiene la jugabilidad, que desde el primer minuto resulta familiar, como un reencuentro con un viejo amigo que se marchó hace tiempo. Controlar a Nero, el único personaje jugable de nuestra demo, era instintivo tras tantas horas dedicadas al cuarto juego de la saga. Allí estaba la espada con motor que podemos acelerar y que hace daño de fuego cuanta más velocidad le demos, y con ella muchos de sus golpes y habilidades ya conocidos.

El cambio más grande en el repertorio de movimientos de Nero era su brazo demoníaco ausente. Su sustituto mecánico, el Devil Breaker, comparte algunos poderes, como poder atraer enemigos o catapultarnos cerca de las bestias más grandes, pero en su amplia mayoría introduce un elenco de movimientos y poderes nuevos. Muchos de los cuáles no son infinitos, pues funcionan con cargas que hay desperdigadas por el escenario.

Las diferentes cargas tienen efectos distintos, como Overture que hace daño eléctrico, o Gerbera, que lanza ondas de choque; ambos efectos potentes que además pueden romper ataques enemigos, pero que su limitado uso los convierte en recursos que querremos medir cuándo utilizar.

Por supuesto, todos estos artilugios y habilidades de Nero, y suponemos que de los otros dos protagonistas, se pueden mejorar. Esto se hace en nuestra caravana, a la que podemos llamar cada vez que encontremos una cabina de teléfono, y en cuyo interior espera Nico, una artista en esto de modificar armas y habilidades. Esta función, sin embargo, estaba desactivada en nuestra demostración, y no podíamos modificar al personaje de forma alguna.

Nos bastó con saber de su existencia, teniendo en cuenta que era un porción jugable dedicada a mostrar el combate y la jugabilidad desenfrenada de Devil May Cry 5. Sabiendo esto, nos dejamos llevar por las diferentes secciones del mapa, interrumpidas por zonas de combate, una estructura jugable clásica de anteriores juegos, que impedía seguir avanzando hasta haber acabado con todo los demonios de un área cerrada. Es aquí dónde la saga brilla, y dónde se ha respetado el sistema de calificación por estilo.

Una característica que va directamente ligada a nuestro ego como jugadores, y que te exige enlazar combos y luchar con estilo, en lugar de aporrear botones sin ton ni son. A más habilidad, mejor puntuación y mayor recompensa final. Un sistema simple que ha sido una de las mayores virtudes de esta franquicia y que en este quinto juego que aspira a devolver a la saga el sabor clásico no podía faltar.

La demostración jugable terminaba con una batalla final contra Goliath, un inmenso demonio al que Nero, como no podía ser de otro modo, le hacía de rabiar con su actitud chulesca antes de pelear. Fue aquí dónde nos percatamos hasta qué punto el RE Engine va a hacer de este Devil May Cry 5 un juego espectacular en lo gráfico.

El combate tenía lugar en un entorno cambiante, a medida que el gigantesco demonio iba destruyendo el escenario. Así, se empezaba en el tejado de una catedral, para posteriormente pelear en el interior. Unos cuantos espadazos y disparos más, y Goliath destruía el suelo, haciéndonos caer al piso inferior, dónde echaba abajo la pared y finalizaba la pelea en una especie de plaza en ruinas. Todo esto en tiempo real, sin escenas de vídeo o pantallas de carga de por medio, menos aún ralentizaciones en la tasa de frames; y mientras nosotros exprimíamos nuestro repertorio de habilidades para hacer menguar una barra de vida que no descendía tan rápido como nos gustaría. Épico se queda corto.

Pero precisamente otra de las virtudes de la saga ha sido también la de presentar combates complicados y memorables contra jefes finales, y es una alegría ver que eso mismo se está cuidando en este Devil May Cry 5.

Será el 8 de marzo de 2019 cuándo tengamos en nuestras manos la versión final de Devil May Cry 5 en PlayStation 4 y otras plataformas. Aún queda mucho hasta entonces, y no dudamos que Capcom se guarda más datos por revelar del juego. Por nuestra parte, tras probar esta porción del mismo, nos atrevemos a decir, que aunque sea triste para los demonios, Dante y Nero están de vuelta con el juego que se merecen, si nada se estropea por el camino.