En los últimos años, la impresión en tres dimensiones se ha popularizado entre el público general gracias al abaratamiento progresivo de las impresoras de filamento. (Las más baratas se pueden encontrar por unos 400€).
En ésta línea de tecnología (impresión por filamento ABS o PLA fundido), aparecieron los lápices 3D (quizá la marca más conocida, y se podría decir que nombre genérico es 3Doodler), de los que podemos encontrar muchas marcas y modelos en el mercado, aproximadamente con las misma prestaciones.
El nuestro es un “yaya3dpen” con filamento de 1.75mm. En su página web nos explican claramente las diferencias entre los dos tipos de plástico.
En nuestro caso utilizamos filamento ABS.
Así pues esta vez me voy centrar en dibujos hechos sobre superficies de referencia.
En el primer caso se trata de un cuenco utilizando como base un tazón de desayuno.
Para poder hacer un diseño sobre una superficie, es conveniente aplicar una fina capa de pegamento de barra. Será suficiente como para conseguir adherencia y que no resbale el plástico, pero después se despegará fácilmente y los restos que puedan quedar (tanto del pegamento como de papel, si es el caso) se irán con agua.
Tras hacer una rejilla que sirva de base con un poco de resistencia, hice un dibujo con un rotulador para tener un diseño que seguir.
Como veis, a parte de la definición que seamos capaces de conseguir (que es básicamente cuestión de práctica) el principal problema al que nos enfrentamos es la aparición de esos “pelillos” de plástico fundido cuando retiramos el lápiz de la línea que hemos dibujado. Ésta vez decidí dejarlos todos para, al final cortarlos. No lo recomiendo, ya que, aunque se trabaja más rápido, porque no tienes que soltar el lápiz y coger las tijeras cada vez, al final se acaban convirtiendo en una maraña difícil de recortar cuando hemos acabado.
Éste fue el resultado final:
Como segundo ejercicio me propuse dibujar a partir de una fotografía, dándole algo de relieve. Para ello hice un boceto (calcando de una fotografía) con las líneas principales de una iglesia (la de Villavieja de Yeltes, Salamanca).
Una vez más, apliqué el pegamento de barra, procurando no dejar grumos y dejándolo un rato que se seque, para que no se quede todo el papel pegado a la pieza. Os aconsejo que utilicéis bolígrafo, rotulador o impresora de chorro de tinta. En los dibujos a lápiz, el grafito impide que pegue bien, y se nos puede resbalar el plástico, aún con el pegamento, y las impresiones láser con el calor se derriten y se desvanece el dibujo.
Como quería doblar las dos partes que representan dos paredes, utilicé una caja para que bajase por su propio peso al darle calor.
Por último, como lo iba a colocar en un marco, hice unas líneas diagonales que sujetasen las dos partes dobladas en un ángulo fijo, así como algunas “patas” dibujadas perpendicularmente (éstas al aire), que sirvieran de sujeción a la base a enmarcar.
Lo pegué con cianocrilato (loctite).
Utilicé un marco con cierta profundidad, para que quedase encuadrado todo el volumen, y así fue como quedó:
El cuadro gana mucho cuando en la iluminación se juega con las sombras. Aquí tenéis un ejemplo de la sensación de profundidad que se produce con el cambio de iluminación (Hay que hacer click en la imagen para ver el gif animado):
Por último, una sencilla mariposa, también dibujada sobre papel y después montada sobre el cuerpo central.
Podéis encontrar por internet muchas plantillas para hacer vuestros primeros trabajos, y más tarde se os ocurrirán nuevas aplicaciones.
Éste tipo de lapices 3D se puede usar también para pegar piezas impresas con impresoras 3D, ya que muchas veces hay que hacer los diseños en varias partes, bien por el tamaño de la máquina o por la complejidad de las piezas.