La Comisión Europea acaba de presentar una propuesta de Directiva comunitaria para fomentar el desarrollo del vehículo eléctrico, que entre otros aspectos, urge a los estados miembros a instalar 8 millones de puntos de recarga para 2020.
La propuesta consiste en un paquete de medidas para promover el uso en la Unión Europea de combustibles limpios, como el hidrógeno, y menos sucios, como el gas natural licuado y comprimido, además de la comentada construcción de puntos de repostaje adecuados para estos vehículos. A expensas de que reviva el visto bueno de los 27 y del Parlamento Europeo, este plan establece objetivos de obligado cumplimiento para desarrollar un nivel mínimo de infraestructuras para estas fuentes de energía alternativas. Además, las nuevas estaciones de recarga deberán cumplir con unos estándares comunes europeos sobre su diseño y uso.
En el caso de España, uno de los países líderes en el sector junto con Alemania, Francia, Holanda y Reino Unido, la Comisión propone un mínimo de 82.000 puntos de recarga de aquí a 2020, frente a los 1.356 que ya están operativos. Estas estaciones de recarga deberán estar equipadas con un mismo enchufe, el conocido como tipo 2, que el Ejecutivo europeo ha establecido como el conector universal en la Unión Europea.
Apostar por el coche eléctrico redundará en una mayor independencia energética
El principal argumento del texto se refiere a la excesiva dependencia de la Unión del petróleo destinado al transporte: en 2010 el 94% del combustible utilizado en el sector del transporte era petróleo y el 84% del mismo era importado.
La Comisión también indica que el vehículo con energías alternativas podría crear 700.000 empleos para 2025, generando nuevas oportunidades para la industria europea y reforzando la competitividad europea en el mercado global emergente. Asimismo, el texto afirma que esta medida contribuiría al objetivo de reducción del 60% de las emisiones de CO2 provenientes del sector transporte marcado para 2050.
El fomento del coche eléctrico viene ligado al desarrollo de las energías renovables y al potencial que tienen las mismas para adaptarse a picos fuertes de demanda de electricidad y a producir electricidad en el lugar donde se consume.
En este sentido, una combinación adecuada de energías renovables, eólica para los picos nocturnos de demanda y fotovoltaica sobre tejado para la demanda in situ diurna, es imprescindible para un desarrollo del coche eléctrico de manera eficaz y sostenible.
El mayor potencial del vehículo eléctrico redunda en la posibilidad de nutrirse de energías renovables sin necesidad de utilizar energías sucias. Si el fomento del coche eléctrico no va ligado a un aumento de las energías renovables, únicamente se trasladará la quema de combustibles fósiles del coche a las grandes centrales. En pocas palabras, no estaremos en la línea de los Objetivos 20/20/20 que tiene la UE para 2020.
La Comisión Europea intenta así romper el círculo vicioso que impide un mayor desarrollo de los combustibles alternativos. No olvidemos que por su parte China y Estados Unidos planean poner seis millones de vehículos eléctricos en las carreteras de aquí a 2020, por lo que interesa que Europa aproveche esta oportunidad para establecerse como líder en un mercado de futuro.