Ayer conocíamos la noticia de la muerte de Roy Clark (aquí podéis ver su biografía) a los 85 años de edad. Miembro del Grand Ole Opry desde 1987 y del Salón de la Fama de la Música Country desde 2009, destacó sobre todo como estrella televisiva merced a su programa Hee-Haw, que presentó junto a Buck Owens y se mantuvo en pantalla entre 1969 y 1997. Su carrera se inició a los 17 años, cuando apareció por primera vez en el Opry y tocó con Hank Willams.
Aunque también tocaba el banjo y la mandolina, fue la guitarra el instrumento con el que se sintió más cómodo: “Cuando toqué sus cuerdas por primera vez, algo se encendió dentro de mí”. Hoy decimos adiós a uno de los más afables embajadores de la música country, cuya sonrisa era irresistible: “Creo firmemente en el poder de la sonrisa. Es muy poderosa”, dijo en una ocasión.
Escuchemos algunos de sus éxitos.
En 1982 consiguió un Grammy por su versión instrumental de Alabama Jubilee, una alegre canción que fue compuesta hace más de cien años. Veamos este vídeo de Roy Clark en el show de Porter Wagoner en 1969.
Sirva el siguiente tema como homenaje también a Charles Aznavour, que nos dejó hace poco más de un mes. Fue él quien la escribió junto con Georges Gavarentz. Clark incluyó Yesterday When I was Young en su álbum homónimo de 1969. En esta magnífica balada, el narrador recuerda con nostalgia sus años jóvenes.
Uno de los primeros éxitos de Roy fue la versión de The Tips of My Fingers. La escribió Bill Anderson en 1960 y él la interpretó tres años después. El protagonista se lamenta de que, tras tener el amor de su pareja en la punta de los dedos, dejó que se le escapara de las manos.
Otra de sus canciones más características es Thank God and Greyhound, escrita en clave de humor por John Edward Nix y Larry Kingston. Aquí, un hombre enumera todos los defectos de su pareja y concluye: “Gracias a Dios y a Greyhound (compañía de autobús muy conocida en Estados Unidos), te has ido”.
I Never Picked Cotton habla de la inutilidad de ganarse la vida con el trabajo físico en el campo, ya que hay otras oportunidades más suaves en la ciudad. En el estribillo se dice: “Nunca recogí algodón, pero mi madre, mi hermana y mi hermano sí, y mi padre murió joven en la mina”.