http://www.intemporesueborum.es/es/
Ahora casi me da la risa al recordarlo pero cuando a comienzos del año 2014 decidí escribir un relato sobre los últimos años del reino suevo en Hispania me resultó desesperante no encontrar prácticamente nada, pero nada de nada sobre aquellos pueblos germánicos. En el Museo Arqueológico Nacional de Madrid nada, ni un triste plano, en Galicia nada, ni en Orense ni en Lugo ni en Compostela. Rebuscando por librerías encontré trabajos universitarios como la obra de don Álvaro Rodríguez Resino titulada Del Imperio Romano a la Alta Edad Media y poco más. Tuve que recurrir a buscar datos en Portugal.
Menos mal que nos queda Portugal. Estábamos en el 2014 y tuve que tirarme directamente por el terreno de la fantasía pues nada de intentar una novela de tipo histórico con tan escasos mimbres.
¿Quienes fueron los suevos, los bárbaros?
https://www.imperivm.org/articulos/guerras-marcomanas.html
En la zona del Mar Báltico encontramos a Suevos y Godos y en el interior de lo que hoy día es Polonia a los Vándalos, estos tres pueblos germánicos se encontrarían siglos después peleando por la posesión de Hispania, y además los Alanos, que se podrían considerar Sármatas, gentes de la zona del Mar Negro.
Prácticamente todo lo que nos han contado sobre los tiempos tardorromanos y paleocristianos son unas trolas de mucho cuidado y llevará mucho tiempo y dedicación arrojar luz sobre aquellos siglos para nosotros oscuros.
¿Me acompañan en la visita guiada?
Como nos contó esa agradable eminencia que es don Jesús Manuel García una de las cosas que más llama la atención de estos pueblos es cómo abandonaron rápidamente lo que hoy llamaríamos moda propia, germánica, y se apuntaron en bloque a lo que denominan moda del Danubio y el Mar Negro, moda Sármata diría yo ignorante como soy.
En próximas entradas pondré más fotos sobre el increíble muestrario de impactantes joyas donadas para este proyecto por varios museos europeos pues todo lo que sea investigar en la Tardorromanidad será bienvenido.
Una de las primeras sorpresas que me he llevado es que lo que denominamos Suevos era más bien un conjunto de pueblos cuados, marcomanos y alamanes dominados por unas élites aristocráticas que no paraban de pelear entre sí, y a rey muerto rey puesto. Ser godo o ser suevo era como decir ahora que eres del Real Madrid o del Barsa para entendernos, pero era un cajón de sastre donde cabía de todo y todo son muchos pueblos con características diferenciadas que se fueron sumiendo poco a poco en el pueblo hispanorromano, para que lo vayamos comprendiendo algo mejor.
E así mesmo, yo, Amalarico rex, declaro que tu hijo Radamiro, que vive en tierra de bretones, herede tus torreones e tierras e...
E por ello concedo a ti, Gundemaro e los tus descendientes bretones el Condado de Arbolia para que bien gobiernes y defiendas las fronteras del reyno.
Amalarico rex, Anno 585 de la época cristiana.
Este texto es el hilo conductor de un relato que titulé Gundemaro, el último conde suevo y que publiqué en la antología Milagro en Benarés y otros cuentos prodigiosos. Es el recuerdo de uno de los cuentos que escuché relatar en Aviados y otros pueblos de Las Encartaciones, río Curueño, allá por los años 70; lo que intenté reflejar en esa carta de un rey suevo a uno de sus condes y como cualquiera hoy día puede comprender es una de tantas falsificaciones de la historia que se han ido pasando por muy diferentes modos y maneras.
Sí, hubo suevos en Hispania, tuvieron un reino privativo que llegó a abarcar la Provincia Gallaecia e incluso la Lusitana pero casi todo lo demás es falso, nos contaron cuentos, incluso en los libros de texto. Lo primero que me llamó la atención al pasar esta leyenda leonesa a relato fue que Gundemaro, ¡era un nombre godo! Sus enemigos mortales; los suevos, alamanes por más señas, se pasaron décadas patrullando la frontera galaica del río Esla, primero para protegerse de los Vándalos y después de los Visigodos; La Puerta de Galicia es como yo hoy nombrar a ese territorio leonés. Pero, claro, en León ¡nunca hubo suevos!
Como soy muy cuentista disfruté intensamente escribiendo este relato; mañana subiré más fotos sobre In Tempore Sueborum, el tiempo de los Suevos.
Que los Hazos Suevos cuiden de vosotros hasta entonces, ya os iréis dando cuenta de la importancia, sobre todo cultural, que los pueblos germánicos tuvieron sobre el devenir de Hispania.
Daniel Paniagua Díez