En el corazón del mar es la nueva película de Ron Howard, la cual nos cuenta la historia que inspiró a Herman Melville para escribir el clásico de la literatura, Moby Dick. Considerado por muchos una verdadera epopeya estadounidense, el naufragio del barco ballenero Essex representó durante generaciones uno de los acontecimientos más sombríos y enigmáticos consignados en los anales de la navegación. Con esto como antecedente, todo apuntaba a que una representación cinematográfica de dicho suceso, podía resultar en una adaptación de proporciones épicas... pero no, no lo fue así.
Filmada en su mayoría en las Islas Canarias, y no en Nantucket o en el Pacífico como se nos hace suponer, esta película está protagonizada por Benjamin Walker (Abraham Lincoln: Vampire Hunter) como el capitán George Pollard, Chris Hemsworth (Thor) como el oficial Owen Chase, Cillian Murphy (Batman Begins) como el segundo oficial Matthew Joy y Brendan Gleeson (Braveheart) en el rol de un adulto Thomas Nickerson.
La cinta comienza presentándonos la entrevista que Melville sostiene 30 años después del accidente, con el entonces único sobreviviente del naufragio, Thomas Nickerson, quien al momento de zarpar en el Essex contaba con apenas 14 años de edad. El viejo Nickerson, no era más que un alcohólico sumido en la pobreza con pocas ganas de contar sus vivencias, pero la insistencia de su esposa y la necesidad de dinero, hacen que empiece a relatar a Melville lo que aquella tripulación tuvo que pasar.
Desde el principio, la cinta nos deja muy en claro que la trama se va a centrar en la tensión existente entre los dos personajes principales, Owen Chase y George Pollard, quienes provienen de dos extractos sociales totalmente diferentes. Mientras Chase fue criado en una granja y abandonado por su padre a temprana edad, Pollard forma parte de una familia de navegantes perteneciente a la alta sociedad de Nantucket. Partiendo de esto, el relato nos va dando a entender que Chase es un buen hombre por haber llegado hasta donde está sin haber tenido nada y Pollard no es más que un niño mimado enojón que quería ser capitán porque su papi, abuelo y bisabuelo lo fueron también.
Debido a estas diferencias, Chase y Pollard se encuentran en constante conflicto, lo que los lleva a tomar decisiones apresuradas y muchas veces basadas en el orgullo, provocando que la embarcación se demore en su recorrido y encuentren pocas ballenas en el trayecto. Al no tener una carga de barriles de aceite lo suficientemente grande como para regresar a Nantucket y mantener sus trabajos, deciden oír los relatos de un loco navegante español que les cuenta sobre una zona donde hay muchísimas ballenas, pero que esta resguardada por una ballena de tamaño monstruoso que le encanta atacar barcos y defender a los de su especie.
Es así como capitán y primero al mando unen sus fuerzas en nombre del amor... por el dinero, y se embarcan a aguas desconocidas en busca de ese delicioso y nutritivo aceite de ballena. Ya en ultramar, la tripulación eventualmente encuentra más ballenas y los marineros se encargan de hacer lo suyo, cazar, matar, abrir cabezas de ballenas, sacar aceite preciado y demás cosas de balleneros. Todo parece ir en orden hasta que de repente llega nuestra amiga la ballena gigante, la cual se encarga de destruir el barco y a partir de ahí todo se vuelve una odisea.
Es en este punto de la película donde uno se dice así mismo, "Aquí viene lo bueno", pero no, todo sigue igual. La ballena aparece y se va como el cometa Halley, viene y va, viene y va, pero nunca se queda lo suficiente como para apreciar su relevancia. Físicamente la ballena luce imponente, de eso no hay duda, el CGI es bueno a secas y el sonido ayuda a agregar dramatismo, pero uno nunca siente que la ballena te transmita ese poder o ese miedo que en teoría los creadores de la cinta buscaban imprimir.
Uno ingresa a la sala pensando que verá una historia llena de acción, donde una grandísima ballena saciará su sed de venganza en contra de una tripulación avara, amante del aceite y las caminatas bajo la luz de la Luna, pero nada de eso pasa. Sí, la ballena destruye el barco, pero después de eso no hay más que rescatar, a lo largo de la película sólo siguen pasando cosas de balleneros y una vez destruido el barco todo se enfoca en la supervivencia de los tripulantes.
La película tiene buenas tomas, sobre todo aquellas que tienen lugar bajo el agua, la escena en la que el Essex es destruido por la ballena fue llevada correctamente y hay pocas cosas que reprochar en ese sentido. Siento que la saturación en ciertas tomas se pudo haber evitado, lo único que esto produjo fue que muchas escenas parecieran estar filmadas sobre una pantalla verde.
En cuanto a las actuaciones no hay mucho que criticar negativamente, fuera de ciertos acentos y entonaciones raras, los actores hicieron lo suyo y se entregaron totalmente al papel, muchos de ellos bajaron dramáticamente de peso y sacrificaron su escultural cuerpo en pro de la película. A pesar de esto, en mi no surgió empatía alguna hacia los personajes, pero creo que esto fue más una debilidad del guión que de las actuaciones.
Si te gustan los relatos históricos de aventuras de marineros o si en la secundaria te obligaron a leer Moby Dick, creo que le puedes sacar jugo a esta película y entretenerte un rato. Fuera de esto no hay mucho que rescatar, quizás en esta ocasión la ficción no pudo superar a la realidad o simplemente la realidad no era tan entretenida como pensábamos. En conclusión, In the Heart of the Sea es una película que puede dejar de ser vista sin ningún problema.