Terriblemente deprimida se va a su rincón favorito del templo. Allí, de repente, se le aparece Uka-no-mitama-no-kami, la diosa que reside en ese santuario. En agradecimiento por haber rescatado al cachorro de aquella mañana, una cría de zorro en realidad, le concede un deseo. En ese momento, lo que más querría Inari es ser Sumizome y, dicho y hecho, se transforma en ella. Las cosas se complican porque ese deseo pronto da problemas. Como Uka no puede deshacer la transformación recurre a darle parte de su poder para resolver el entuerto. A partir de entonces, Inari se podrá transformar en cualquier persona humana que ella quiera. Aunque sea sólo cosa mía, me ha recordado enormemente a los anime shojo de hace unos cuantos años en los que la protagonista tenía también el poder de transformarse en quien quisiera, dando una cantidad de líos increíbles. Así, que recuerde, estaba Himitsu no Akko-chan, o Epotrans! Mai (sólo manga, de Yuu Watase), por no hablar de series en que la protagonista también se transforma de una manera u otra como Hana no ko Lunlun, Sailor Moon (con el boli mágico que creo que sólo usa al principio de la serie), Creamy Mami o Full Moon wo Sagashite (ambas con transformaciones en idols). Y la lista seguirá con más títulos que no recuerdo o no conozco. Toda esta parrafada viene a decir que me ha parecido un bonito homenaje a esas series, antiguas en su mayoría.
A pesar de su brevedad, como ya he dicho, la cantidad de personajes que aparecen es bastante alta pues juega con el mundo humano y con el mundo de los dioses. Ya sean más o menos tópicos, todos caen bien. Punto extra para la historia al incorporar a una chica rellenita, Maru, una de las dos mejores amigas de Inari, de manera natural.Otro punto fuerte de esta serie es un precioso trabajo de animación, diseño de personajes, fondos, colorido... Ha sido una delicia visual que, sin pretender ser nada espectacular, ha estado bien cuidada y trabajada. Por el contrario, el apartado musical me ha dejado más fría y ni OP ni ED me han dicho gran cosa, aunque de animación ambos son preciosos.En definitiva, Inari, Konkon, Koi Iroha ha sido una serie que he disfrutado mucho. Pasa de ser romántica a ser divertida, de ahí al dramón, luego se centra en la mitología para, a continuación, hablar de la amistad. Quizás son demasiadas cosas y no funcionará con todo el mundo, pero a mí me ha encantado. Por suerte hay scans del manga para saber cómo sigue la historia *jojojo*.