Incendios Provocados

Publicado el 29 diciembre 2015 por Lordagar

El norte de España está en llamas, es una catástrofe ambiental importante, con mas de ochenta fuegos simultáneos producidos en unas condiciones de  alrededor, de 100 km/h. de viento.

Se hacen llamamientos a la ciudadanía, para concienciarlos en adoptar una actitud cívica y colaboradora en lo posible, ya sea en la extinción, prevención, o descubrimiento de los autores.

Se cree que la inmensa mayoría de los incendios son provocados, y especialmente calculados en su ejecución, en base a condiciones climatológicas  y características del terreno, para facilitar un incendio de la magnitud más grande posible.

España es el país europeo más castigado por los incendios provocados por el ser humano. No existe una política forestal común, en la Unión Europea.

El fuego en si mismo, contribuye al ecosistema en su regeneración, porque una superficie quemada hay que repoblarla, pero cuándo esto deja de suceder de forma natural, entramos en la perversión originada por el ser humano. La prevención es fundamental y la ausencia de esta, genera un incremento de incendios peligrosos para el ecosistema y la población.

Los incendios provocados suelen provenir desde intereses tales cómo:

-Beneficios económicos.

-Venganzas.

-Vandalismo.

Después de los incendios los políticos entran en acción, con su habitual discurso de ataques mutuos sobre la mala gestión, corrupción,  e inversiones destinadas a la extinción.

Que una persona psicologicamente afectada de impulsos incontrolados de hacer fuego, disfrutando de ellos (pirómano), no explica el gran número de fuegos producidos ni la meticulosidad con la que se realizan.

Los conservacionistas de la naturaleza se inclinan por culpabilizar a los ganaderos, en su afán de conseguir mejores pastos y subvenciones. Los conservacionistas demandan, que se prohíba el acceso de ganado a los terrenos quemados, y se retiren las subvenciones a aquellos que se les sorprenda realizando, las habituales quemas anuales controladas, de zonas de pastoreo.

El precio de mercado de las masas forestales es muy bajo, por lo que se pueden dar casos de  propietarios, que tras un incendio vendan la madera que quede a los aserraderos, y con el dinero que el Estado paga cómo indemnización, planten unos arboles en sustitución de los que anteriormente no eran, o dejaron de ser rentables.

Es difícil encontrar culpables si no son sorprendidos de forma     “in fraganti”,  con la cerilla en la mano; se hace complicado legalmente encontrar causalidad para probar el hecho.

La especulación financiera que nos rodea, con pérdidas de dinero público asociadas a beneficios privados, podrían establecer la figura única de beneficiarios-culpables, cómo los responsables de los incendios.

La aparición en escena de empresas privadas, cuya única actividad es la extinción de incendios forestales, hace sospechar de la existencia de incendios forestales inducidos, existiendo datos constatados de alguna empresa (Faasa), que paso de facturar en el 2003  veinte millones de euros,  a casi sesenta en el 2012.

Si nos detenemos en analizar que se factura, horas y desplazamiento, hipotéticos individuos sin escrúpulos, estarían interesados en demorar el tiempo de sofocamiento de los incendios.

La administración pública tiene la responsabilidad de la dotación de recursos, investigación, gestión y  participación en los procesos judiciales, que muestran un número de detenidos insignificante, y muchos menos condenados.

El servicio público que desarrolla el cuerpo de bomberos, se encuentra mermado de recursos, y las reivindicaciones expuestas por estos profesionales, incluida la precariedad laboral, no  son debidamente atendidas.

No suelen existir planes de emergencia tanto para casas aisladas en la montaña, o urbanizaciones y campings, dónde la prevención y actuaciones a seguir en caso de incendio,

brillan por su ausencia.

Hay que insistir en la prevención, y respetar e imitar el funcionamiento natural del ecosistema, tener en consideración el cambio climático y la diversidad de los arboles. Aproximadamente un 70% de las zonas forestales en España, son de propiedad privada.

¿ Los propietarios deben mantener sus espacios en óptimas condiciones ?

¿ Son responsables de un mal mantenimiento de sus propiedades ?

¿ Debe el Estado obligarlos a ello ?

Lamentablemente la realidad esta sujeta al nivel de influencia y poder del que se disponga, derivándose de esta circunstancia, lo que se hace o deja de hacer.

Los bosques son el hábitat de muchos animales y plantas, protegen los recursos acuíferos de la tierra, y también son la economía de muchas zonas rurales.

Es imprescindible evitar esta catástrofe, este desastre consumado en tragedia.