Incógnitas sobre Pablemos

Publicado el 03 noviembre 2014 por Vigilis @vigilis
Ayer Don Ermeguncio, aquel pedante locuaz, declamador, a verme vino en punto de las diez y me dijo que a falta de los datos que proporcione el CIS, buenas son tortas. Sin duda en el CIS tienen un problema debido a la aparición de resultados anómalos. Está por ver si un resultado anómalo se convierte en una tendencia que deja poso o si simplemente se trata de eso, de un resultado anómalo, tan conocido para quien trabaja con estadísticas y tan desconocido para quien no lo hace. El segundo problema derivado de este problema de origen es la interpretación posterior que se le de a los datos. Tengamos presente la cantidad de personas en este país que pagan el impuesto de los que no saben matemáticas juegan a la lotería.

Caronte llevando a los españoles (vía tuiter).

Cierta encuesta de mesa camilla publicada por La Gacetilla de Soraya y el tremendo esfuerzo que las productoras Atresmedia y Mediaset ponen en el pablémico monotema obligan a marear el proceloso mar de la opinión política. Se trata de la España Cuñada on the move. Una España Cuñada de la que todos en cierta medida participamos. Es esa cosa tan inserta en el alma española (a los dos lados del océano) que hace que las señoras pongan a parir al cura después de misa.
Evidentemente yo igual que tú, seas un amable lector o un espía filosoviético, tengo una opinión sobre el monotema. Una opinión que va cambiando según cambia el contexto, los actores, los operadores y las funciones. Pero más allá de la opinión directa sobre el monotema a mí me atrae la opinión de los demás. Parece, por lo que voy leyendo, que comienzan a asentarse algunos puntos en común sobre El Fenómeno.

Fran Carrillo:

La propaganda como medio, el no pensamiento como fin. No queremos que reflexionéis, sino que sintáis. No queremos discutirlo, sino que vibréis con cada “casta”, que os retorzáis con cada “troika” y que os supuren las heridas de desahuciados y damnificados de la crisis cada vez que decimos “la elite que vive como Dios”. Esa es la estrategia. No hay programa, no hay debate, no más que el líder mesiánico travestido de parásito contra un sistema viciado. Es la nueva moda. Piensas, luego ‘casta’.

Un ex-candidato del Partido Carlista de conocida barba:

Su gran fortaleza, como la de todos los populismos, es el hartazgo de los ciudadanos en esta España en crisis sistémica. Abominar de todo lo que observamos es requisito imprescindible para atraer a los descontentos, que son muchos. Diferencias económicas en expansión favorece el rechazo para quienes están y gobiernan las instituciones. Pero hay más requisitos para el éxito: afirmar lo que la mayoría quiere oír y evitar pronunciarse sobre los asuntos que un pronunciamiento claro generarían división o rechazo.

Luis Arroyo:

El populismo, dice también el manual, crece con la angustia, con la crisis económica y con la corrupción. Porque la corrupción vendría a demostrar que el pueblo es bueno y los que mandan malos. Así, sin precisar mucho más. Estos días los viejos partidos dicen que si las alcantarillas huelen mal no hay que taparlas, sino limpiarlas. Podemos dice que hay que dinamitarlas, porque cuando sean tomadas por el pueblo y reconstruidas, el agua correrá cristalina por ellas. Es un argumento tan simple que duele escribirlo, pero, como saben bien los profesores de mi facultad, en comunicación política no trabajamos con la verdad, sino con lo verosímil.
Hay muchas más columnas de opinión sobre Pablemos. En ellas prosperan los términos de indefinición, populismo, carencia de ideas, carencia de soluciones, marketing, producto de laboratorio, etc. Ante esto y palpando el estado de indignación impostada que se percibe en la sociedad cabría concluir que Pablemos se trata de una cáscara hueca producto del enfado. Yo añadiré que seis años con más del 20% de paro ayudan a levantar este estado de ánimo. Luego está el tema de los casos de corrupción y de los fraudes relacionados con la banca pública, que yo creo que se tratan de buenas noticias pues que la gente desfile por los tribunales significa que la justicia funciona.
Sea producto de tantos años de crisis, sea producto de la indignación por la parálisis del gobierno, la esperada crisis del bipartidismo parece que por fin llama a la puerta. Cabe preguntarnos ahora si el adanismo en forma de coleta es una cáscara hueca o no.

En mi opinión, en lo importante, que es la política económica, parecen tenerlo claro. En Pablemos defienden una ortodoxa y ya inaplicable política keynesiana. Que el gasto público tire de la demanda. La misma receta que a comienzos de los años 30 metió a Estados Unidos en la Gran Recesión. Un planteamiento ortodoxo en aquellos tiempos de posguerra en la que existían estados soberanos, aranceles y política monetaria. Tal vez este planteamiento tenga algún futuro en países como Albania o Tailandia, pero en ausencia de los mecanismos que determinan la cantidad de dinero en circulación, esto es como acudir al druida.
Ok, estoy haciendo trampas: sí existe una forma de aplicar esa política económica que llevó al Reino Unido a finales de los 70 a ser intervenido por el FMI: abandonar el euro. Fuera del euro y utilizando en su lugar bolsitas de sal, conchas de mar o billetes del monopoly, en teoría podría un país devaluar esta nueva moneda para aumentar artificialmente la competitividad frente al exterior. Es decir, lo que los países normales hacen mediante la robotización, la eficiencia energética y la formación, aquí lo pasaríamos a hacer por el conocido método de empobrecernos. De empobrecernos todos, ojo. Si existe una medida absolutamente regresiva es aquella que empobrece por igual al rico y al pobre, pues el rico seguirá siendo rico y el pobre acabará comiendo plasta de serrín. Eh, es una opción, no digo que no. Aunque eso de ser de izquierdas y defender políticas regresivas ya estamos cansados de verlo en el PSOE. ¿Os acordáis del PSOE? ¿No? Da igual, yo tampoco.
Esto es lo único que no se vota en los aquelarres de la oclocracia. Eso sí, las chorradas se votan todas: desde toros de lidia hasta la homeopatía pasando por la democracia líquida, la permacultura y el clima cambiático. Hay que tener a los chavales entretenidos.
Más movidas

Aludía unos párrafos atrás a cierta encuesta de mesa camilla. En ella aparece El Fenómeno™ como primera fuerza en intención de voto. Aquí lo fundamental es definir qué significa "intención de voto" en una encuesta realizada a nivel nacional. Pero la gente se toma esto como Palabra de Dios. Sus detractores puede que hagan cábalas en torno a la idea del miedo frente a la Guardia Roja. Sus partidarios los lees en sus foros llamando a la calma y diciendo que se trata de una estrategia de sobreexposición que beneficia a la casta. Chavales, que es Metroscopia, que hacen las encuestas con unos dados y una botella de pacharán.

Aquí hemos venido a jugar así que aceptemos la hipótesis de que Pablemos es primera fuerza o segunda. Planteemos que tienen muchos apoyos electorales. ¿Hace falta recordar cómo actúa D'Hondt? Un 20% de los votos esparramados por toda la geografía pueden ser 40 o 60 escaños. El PCE de Carrillo tuvo en el año 79 23 escaños con un 10% de los votos. Anguita en el 93 con el mismo 10% otros 18 escaños. En el 2008 con la mitad de votos Supergaspi sacó 2 escaños. Es decir, ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de traducción a escaños? Simplemente no lo sabemos.


Que no pongo en duda que hoy Pablemos tendría muchos apoyos, pero para juzgar ese nivel de apoyos todavía nos faltan datos, así que sugiero que la gente se vuelva a meter sus penes en las cartucheras.

Entre la incógnita del apoyo real que pueden recibir los revolucionarios del iPad y su indefinición estratégica surge además en ciertos lugares otro eje en el que no sabemos lo que pasaría en unas elecciones. Pensad por un momento en que Pablemos compite con Bildu. Baila esa pieza. Pablemos compite con Bildu, con ERC y con como-se-llame lo que tengan ahora los de Beiras.
Sabemos que en Pablemos defienden el imaginario derecho de autodeterminación, pero a ver si —como le sucede al PSOE— su posición en las provincias del Borde Exterior les crea una contradicción con los cuadros cercanos a Coruscant. Ese es un melón que todavía no han abierto. En política hundes a tu adversario exponiendo sus contradicciones. Pablemos está postergando sus contradicciones todo lo posible pero llegará el día que tengan que definirse y entonces llegará el sucio barro, los lloros y las pablamentaciones.