INCREÍBLE
Pero cierto. Desgraciadamente es cierto que la juez Mª Isabel Rodríguez se empecina en su decisión de mantener a Zaplana en prisión pese a que los médicos han avisado de que su vida corre peligro y allí no puede recibir el tratamiento adecuado.
Tampoco permite visitas, ni familiares ni de esas que para los creyentes suponen un alivio espiritual.
Esa carga de subjetividad impartiendo justicia no puede ser tolerada por una sociedad normal, denota un claro ensañamiento por parte de esta mujer malvada, de esta pécora.
Si intolerable es su comportamiento no menos increíble resulta que el órgano de gobierno de los jueces, CGPJ, permanezca mudo, como si esto no fuera con ellos y mereciera una inhabilitación.
Probablemente Zaplana está implicado en casos de corrupción, pero ningún enfermo terminal merece este inhumano tratamiento.