Desde que abrí los ojos sabía que sería un día perfecto. Por fin podría ver a uno de mis grupos favoritos y disfrutar de un concierto que sabía que sería inolvidable. La mañana se pasó interminable hasta que cogimos el coche dirección Madrid centro y nos plantamos al lado del Palacio de los Deportes.
Desde el principio pensé que habría muchísima más gente esperando y haciendo cola. Pero era septiembre y todavía estábamos en verano. ¿Quién en su sano juicio moriría de calor por un concierto? Pues yo y mi acompañante sin ir más lejos. No tardamos mucho en sentarnos en el suelo, hacer nuestros pequeños grupos y tirar mucho de agua fresquita y Coca Cola.
Fue duro ver como los "VIPS" pasaban antes que nosotros. Sí, nosotros que también teníamos pista pero no éramos tan importantes. Espero que disfrutaran de una hora menos de calor y del centro de la pista. Yo lo disfruté desde primera fila pero en el lateral y os aseguro que se veía genial y lo disfruté aún más.
¿Todavía no os he dicho a quién fui a ver? Nada más y nada menos que Nightwish, que si bien no tiene a Tarja como voz principal, cuenta con Floor Jensen que es espectacular y con un vozarrón de los que quitan el hipo. Así que las puertas se abrieron y nos pusimos en primera fila para empezar con las mejores dos horas de mi vida.
Los artistas invitados no lo hicieron nada mal y aunque la música en español no me llama mucho... ¡Fue entretenido! Pero mi corazón palpitaba pensando cuándo empezarían y fue escuchar la melodía para que casi se parara. Y digo casi porque después volvió a la vida con las primeras notas de "Shudder Before the Beautiful" y casi se me saltan las lágrimas al verles tan cerca.
El concierto empezó a todo volumen con "Yours Is an Empty Hope" o ese "Bless the Child" que tanto nos emocionó. Y poco a poco, Nightwish nos abrió las puertas de su magnífico "Storytime" para después recomponerse y volver a su último disco con canciones como "My Walden", "Weak Fantasy" o el magnífico "Élan". (Todavía puedo escucharme gritar ese "They will guide you from the light" o el "Meet me where the cliff greets the sea").
Pero todos deseábamos escuchar canciones de otros discos, esas que no habíamos podido disfrutar desde hacía mucho tiempo. Porque Nightwish llevaba sin pisar España demasiado tiempo y eso se notaba en nuestras ganas. Así que nos complacieron con canciones como "The Poet and the Pendulum", "7 Days to the Wolves", "Nemo" o "Sleeping Suns".
Creo que todos los fans saltamos de alegría cuando Floor nos recompensó con una canción tremendamente especial. "Stargazers" sonaba y todos nos volvimos locos. Pero yo vibré con mis propias canciones, esas que quería que tocaran y que tuve la suerte de escuchar en directo por fin.
Todavía noto la emoción recorrer mi cuerpo cuando recuerdo ese "I Want My Tears Back", que siempre ha conectado conmigo, pero también ese "Last Ride of the Day". Pero el que me rompió el corazón fue ese "Ghost Love Score", que deseaba escuchar desde hacía mucho tiempo y del que grabé (o más bien me grabaron porque yo estaba dándolo todo) los cinco primeros minutos.
La piel de gallina con esa canción, que si bien está pensada para Tarta con Floor también suena a magia y misterio. Todas estas canciones fueron conectadas con la interactuación de cada uno del grupo. Sus idas y venidas por el escenario, dejándonos sonrisas y gritos al aire que acogimos con mucho agrado.
Y como siempre digo... Todo lo bueno tiene un final. Lo supe cuando escuché las primeras notas de "The Greatest Show on Earth" y sabía que sería el final del concierto. ¿Por qué? No lo sé. Quizá fue mirar el reloj y ver que ya habían pasado más de dos horas de concierto o quizá mi cuerpo lo supo antes que mi mente.
Una canción que conecta con todos. Con la Naturaleza, los animales y también con nosotros mismos. Ver a Nightwish interpretando esta canción para despedirse fue posiblemente lo mejor que pudo haber. Recuerdo que mi piel se puso de gallina cuando chillé a voz en grito ese "We Were Here". Esas palabras consiguen despertar algo en mí y de esa manera se despidieron.
Sin duda, nos habríamos quedado toda la noche gritando y pidiendo otra canción más. Yo lo habría hecho y sé cuál habría pedido. Me faltó ese "Ever Dream", " When Your Lips Are Still Red" o ese "I Wish I Had An Angel". Aunque no es justo decir esto. Posiblemente yo hubiera querido que tocaran todas las canciones de todos los discos. ¿Os imagináis?
Sé que voy a publicar esta entrada un mes después de ese concierto pero todavía lo tengo muy vivo en mi memoria. Fue un espectáculo que no olvidaré y que recordaré hasta que se vuelva a repetir. Porque espero que haya una próxima vez, que pueda volver a escucharles en concierto y que me incluyan otra vez dentro de ese magnífico "circo" que solo ellos saben montar.