Pongámonos en situación: estamos en un restaurante y la cuenta para dos personas asciende a unos 40 euros. ¿Cuánto dejaríamos de propina? La gran mayoría de la población española no subiría de los 3 o 4 euros.
En otra mesa, acaban de comer dos personas procedentes de Estados Unidos, su cuenta es similar a la nuestra, sin embargo, la propina que dejan sobre la mesa es de 10 euros.
¿Cómo se explica esto? ¿Somos más tacaños?
La respuesta es no, todo se debe simplemente a una gran diferencia entre ambos modelos, como a continuación paso a explicar (y si vais a viajar próximamente a Norteamérica ya estáis sobre aviso):
La palabra “tip” es más de lo que para nosotros significa una simple propina, ya que el concepto se eleva hasta algo parecido a unos “gastos del servicio”, aunque obviamente no es nada obligatorio.
Estas tips se dan en sitios en los que el servicio juega un papel importante, como pueden ser bares, restaurantes (entre un 15 y un 20% de la factura es lo normal) (excluyendo lugares del estilo McDonalds donde está todo muy mecanizado y nada personalizado), recepcionistas de hoteles o incluso taxistas (aunque estos últimos en menor medida).
Por ello, el sistema retributivo que tienen muchos de estos trabajadores se basa en una parte fija, que en muchas ocasiones supone un salario bastante bajo y luego una parte variable proveniente de estas propinas, las cuales pueden ser de una elevada cantidad dependiendo del establecimiento y su tipo de clientes.
Por todo ello, la amabilidad y trato del personal de estos lugares por norma general es muy bueno, ya que de ello dependerá directamente que el cliente deje más o menos propina, con lo cual de algún modo se están incentivando las ganas, la motivación y el buen trato del personal.
Además, una buena experiencia del cliente dentro del local hará que las probabilidades de retorno sean mucho mayores, ya que aunque un negocio esté perfectamente ubicado para nosotros y tenga una relación calidad-precio muy buena, el factor “servicio al cliente” es uno de los más determinantes a la hora de que el cliente regrese.
Estos trabajos (sobre todo en el caso de la hostelería y los bares), tienen un componente distintivo para la mentalidad norteamericana, ya que son trabajos con baja remuneración, con horarios muy largos y con los que muchos de ellos se sienten identificados, ya que es muy común que muchos jóvenes trabajen en este sector durante un periodo de tiempo como uno de sus primeros trabajos para ganar su primer dinero (por ejemplo en época estival), por lo que se ve también como una manera de ayudarles.
En mi opinión, ningún sistema es mejor o peor que el otro, solo son distintos, como distintas son también las condiciones que los rodean. Ahora bien, la amabilidad del servicio (incentivado o no por las propinas) sí que juega un papel crítico para el futuro del negocio.