Indemnización por Accidente recuerda la importancia del cuidado de los neumáticos y su papel en la seguridad vial
Es de sobra conocida la importancia de los elementos de seguridad activa y pasiva del vehículo, conceptos habituales en la prueba teórica del carné de conducir. Desde Indemnización por accidente, abogados especialistas en accidentes de tráfico recuerdan la necesidad de conocer muy bien todos los factores que pueden influir cuando se produce un siniestro en las carreteras. Entre los componentes de la seguridad activa –los que ayudan a evitar o minimizar la posibilidad de un accidente– se encuentran los neumáticos, a los que a veces quizás no se presta la atención que se debiera pese a que son nada menos que el punto de contacto del vehículo con la vía al conducir.
Hay quien afirma que, a nivel de prevención, puede resultar más seguro un coche antiguo con unos buenos neumáticos en óptimas condiciones que uno moderno equipado con todas las últimas prestaciones pero que lleve las ruedas en mal estado de conservación. Por supuesto, existen otros muchos factores a tener en cuenta, pero cabe no menospreciar la importancia que tiene disponer de unas ruedas apropiadas para mantener el control deseable sobre el comportamiento del vehículo.
En este sentido, no hay más que remitirse a las estadísticas. Según los datos más recientes que ofrece la DGT, en el año 2016 se produjeron en España hasta 462 accidentes con víctimas en los que estaban implicados vehículos con neumáticos muy desgastados o defectuosos, un factor cuya incidencia supera al de cualquier otra anomalía técnica registrada en las estadísticas: dirección, frenos o reventones.
Y sin embargo, AECA-ITV informa de que en ese mismo año un 22% de los vehículos que no superaron la inspección reglamentaria poseían defectos graves en el grupo formado por neumáticos, ejes y suspensiones, lo que parece indicar que aún queda mucho trabajo de sensibilización por delante.
Desde Indemnización por Accidente recuerdan que el estado y la calidad de las ruedas influyen sobre la estabilidad, la suspensión o las distancias de frenado del vehículo, así como, por supuesto, en su adherencia. Según José Luis Gil, Investigador y reconstructor de accidentes “Así, estamos ante un componente que puede marcar la diferencia a la hora de solventar maniobras complicadas –curvas pronunciadas, frenazos en seco…– o preservar la seguridad cuando se conduce en condiciones externas adversas, como sucede en pavimentos irregulares o muy especialmente sobre suelos mojados”.
A este respecto, recuerda que “existen estadísticas que afirman que se puede reducir hasta un 20% la distancia de frenado en una vía mojada en función del tipo y la conservación de los neumáticos que se emplee; de igual modo, se trata de uno de los factores más importantes para evitar el fenómeno del aquaplaning”.
¿Cómo asegurarse de que los neumáticos son seguros?
Cuando se trata de velar por que los neumáticos se mantengan en las condiciones apropiadas para una conducción segura, ¿en qué hay que fijarse? En primer lugar, en los niveles de presión del aire, que merece la pena revisar con la mayor frecuencia posible y siempre antes de cualquier desplazamiento prolongado, aunque los vehículos más modernos ya tienen sistemas electrónicos integrados para este cometido. Conviene recordar que cada neumático posee unas indicaciones específicas que se pueden consultar con facilidad y que la comprobación manual se debe hacer con el coche en frío o casi, para obtener la precisión deseable. Además, es necesario tener en cuenta que si en algún momento se prentende transportar una carga más elevada de lo habitual conviene añadir presión adicional.
Otra recomendación básica es la comprobación de los surcos del dibujo de las ruedas, que indica si se ha llegado a un nivel de desgaste por encima de lo adecuado. El mínimo legalmente aceptado es de 1,66 milímetros, pero es importante tener en cuenta que a medida que se reduce la profundidad del dibujo aumentan proporcionalmente las distancias de frenado, en particular en vía mojada. Por supuesto, al revisar los neumáticos siempre es importante asegurarse de que no haya deformaciones o desgastes visibles a simple vista, que exigirían consultar lo antes posible con un especialista.
Por otro lado, más allá de la seguridad, cabe citar otro aspecto por el que resulta recomendable estar muy atentos al estado de las ruedas como es el de la eficiencia. Desde 2012, los neumáticos ya constan de su propia etiqueta energética europea, y merece la pena considerar el ahorro de combustible que puede suponer apostar por una calificación más alta. Pero no solo influyen en el rendimiento las características de fabricación del neumático, sino también especialmente su presión.