India y China crecen económicamente a un ritmo muy superior a todo el resto del mundo. El carbón es el combustible más utilizado y en gran parte artífice de este crecimiento. Sin embargo, a pesar de que la economía, según los expertos va viento en popa, el país no sale de la pobreza extrema que tiene atrapadas a muchas regiones y lo que es peor: tanto agua como tierra y atmósfera están siendo contaminadas a un ritmo extremamente peligroso. El medioambiente, especialmente en zonas cercanas a las grandes urbes, está sufriendo una alarmante degradación y ello conlleva una reducción importante de la producción agrícola y del sustento de millones de personas que viven de ella.
En efecto, el crecimiento económico basado en la exportación y alimentado por combustibles fósiles está arruinando a millones de personas y amenazando peligrosamente la seguridad alimentaria del país. Entre 2000 y 2010 en India, la contaminación debida al ozono propició la pérdida de 3,5 millones de toneladas de maíz y de 2,1 millones de toneladas de arroz. Estas pérdidas suponen el 9,2% de la necesidad anual de cereales del país (esta candidad perdida podría alimentar a 94 millones de ciudadanos indios que viven por debajo del umbral de la pobreza). Estas cifras se revelan en un reciente estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores y publicado en la revista Geophysical Research Letters.
El ozono troposférico se sitúa en los primeros diez kilómetros de la atmósfera y está formado por agentes contaminantes llamados “precursores”, que se transforman debido al efecto del calor y los rayos solares. La composición es básicamente a base de Oxido de Nitrógeno, Monóxido de Carbono y de Compuestos Orgánicos Volátiles generados por la quema de combustibles fósiles como el carbón, la gasolina, el diesel y algunos procesos industriales. El aumento vertiginoso que ha conocido el uso del automóvil particular en India, la producción de energía eléctrica mediante la quema de carbón y la incineración de residuos al aire libre, son las principales causas de que el aumento de la contaminación esté causando tantos daños en India.
Investigadores del Instituto de Tecnología y la Colorado State University de Massachusetts demostraron el año pasado que la combinación del cambio climático con la contaminación por ozono troposférico podría amenazar gravemente el abastecimiento alimentario mundial durante las próximas décadas. El “smog” podría aumentar de manera significativa el riesgo de malnutrición en los países en vías de desarrollo. En India, la contaminación atmosférica es uno de los mayores problemas del país. El aire de Nueva Delhi está considerado como el más contaminado del mundo.
La contaminación debida al ozono provoca problemas del aparato respiratorio y muertes prematuras en las grandes ciudades indias antes de alcanzar sin obstáculos las zonas más alejadas. En el ámbito rural, el ozono reduce la actividad de fotosíntesis de las plantas, dañando el desarrollo y provocando importantes descensos del rendimiento agrícola y de la calidad de los productos. Las zonas rurales más cercanas a las ciudades, en las que se practica la agricultura como forma de vida, son las que más están sufriendo los efectos de la contaminación. Uno de los cultivos más afectados es el del algodón, actividad de la que vive el 58% de la población. El cultivo del algodón, afectado por la contaminación por ozono, ve su cosecha reducida un 5,3% anual, al igual que el maíz (5%), la soja (2%) y el arroz (2,1%). Traducidos a cifras económicas, los efectos de la contaminación debida al crecimiento, suponen unas pérdidas anuales para el país de 1.290 millones de dólares. La agricultura industrial, que se implantó con fuerza en India desde 1970, no redujo la malnutrición, especialmente en los niños: la mitad de los niños menores de 5 años siguen sufriendo malnutrición.
Actualmente, la contaminación causada por el ozono puede agravar este problema y amenazar seriamente la seguridad alimentaria del país.
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