India, soñolienta y agotadora

Por Salvador Aznar @SalvadorAznar

Barrendero descansando sobre un cañón en el fuerte de Jodhpur


En cada una de las ocasiones, en las que he tenido la oportunidad de compartir las experiencias vividas en la India, con otros viajeros, siempre acabamos recordando lo cansino que llega a ser el trato diario con los ciudadanos indios, y digo ciudadanos y no habitantes, porque este interesado acoso continuo al visitante, es un fenómeno propio de las grandes ciudades y que por suerte aún no se practica en las zonas rurales. Esta hiperactividad en busca de la subsistencia diaria, también parece agotar a los propios actores que aprovechan cualquier momento y lugar, para caer extenuados en los brazos de Morfeo. 

Cualquier lugar es bueno, para dormitar un poco

El frenético ritmo de vida de las ciudades indias, donde parece que nunca se duerme, pasa factura a sus moradores, y es frecuente encontrarlos dormitando en los lugares más insospechados e inverosímiles, bajo nuestro prisma occidental. Un vigilante que duerme a pierna suelta en la garita, un jardinero que descansa bajo la estatua de algún insigne ciudadano e incluso una enfermera de quirófano, que da unas cabezadítas entre operaciones.

Los conductores de ricksaws, tuc-tucs ó auto taxis, también se suman a esta costumbre necesaria de dormitar, mientras se espera a un nuevo cliente, que necesite sus servicios de transporte.

En algunos momentos, me dediqué a documentar fotográficamente esta peculiar manera de dormir a plazos, durante la jornada de trabajo, por los lugares que iba visitando, suscitando con ello la sorpresa y hasta las risas entre los personajes fotografiados, cuando se percataban de mi extraña actitud.