Los medios de comunicación llevamos años haciendo públicos todos estos desmanes, pero el efecto parece ser el contrario al deseable en una democracia que se precie de serlo. La gente está harta; la gente no tiene conciencia de que nos están robando a todos, de que es nuestro dinero; a la gente le preocupan otros problemas, según la encuesta del CIS, como el paro, la inmigración, la vivienda, la educación o los nacionalismos. Quizás hace falta algo más de presión por parte de los medios, un mensaje claro, del tipo: "te están robando a ti", y una exigencia continua de dimisión o destitución de los corruptos. Hay que hacer algo.
Los medios de comunicación llevamos años haciendo públicos todos estos desmanes, pero el efecto parece ser el contrario al deseable en una democracia que se precie de serlo. La gente está harta; la gente no tiene conciencia de que nos están robando a todos, de que es nuestro dinero; a la gente le preocupan otros problemas, según la encuesta del CIS, como el paro, la inmigración, la vivienda, la educación o los nacionalismos. Quizás hace falta algo más de presión por parte de los medios, un mensaje claro, del tipo: "te están robando a ti", y una exigencia continua de dimisión o destitución de los corruptos. Hay que hacer algo.