Indignación

Publicado el 03 octubre 2014 por Catalega @Catalega

Indignación. Esa es la palabra, eso es lo que he sentido al conocer lo publicado por el diario El Mundo esta semana. Indignación de ver como se han dilapidado millones de euros a costa de los ciudadanos, de los que pagamos impuestos, de los que sostenemos este sistema con nuestro trabajo. Para algunos estas acciones de administradores y directivos de Caja Madrid serán “el chocolate del loro”, aunque como decían ayer por la tarde en una tertulia radiofónica al loro ya lo hemos matado de sobredosis de chocolate..., pero para mí es otro motivo de indignación y otro motivo para seguir dando guerra e intentando mejorar esta sociedad. Para los que no hayáis tenido noticia, resulta que en Caja Madrid, entre los años 2003 a 2012, consejeros y directivos de la Caja se gastaron 15,2 millones de euros utilizando tarjetas de crédito no declaradas. Y en este escándalo no se escapa nadie. El ex presidente Miguel Blesa, en ocho años facturó 436.700 euros con esta fórmula. Hasta Rodrigo Rato gastó por un importe de 47.700 euros, aunque hace unos meses devolvía esa cantidad. Pero también hay consejeros de Izquierda Unida, del PSOE y del PP, representantes de la CEOE (empresarios) y, como no, de los sindicatos, de UGT y CCOO. En total fueron unas 86 personas las que cargaron a las tarjetas gastos privados como viajes particulares, gastos de supermercados, restaurantes y demás, además de efectivo en cajeros. Un ejemplo más del despilfarro, del cachondeo que se ha vivido en este País a costa de lo público, ¡cómo el dinero público no es de nadie! Pues sí, resulta que sí lo es, porque los ciudadanos hemos tenido que poner mucho dinero en Caja Madrid, y el resto de cajas, para su rescate. A mí me importa un bledo que estas prácticas se sigan en el Santander, en el BBVA o en el Sabadell, porque responden ante sus accionistas, pero que sea una caja la que se ha dedicado a esto me indigna. Y me planteo estas preguntas, ¿qué finalidad tenían estas dádivas? (la respuesta parece clara), ¿esta era una práctica solo de Caja Madrid o también se ha seguido en otras cajas? Habría que investigarlo, ¡digo yo!