El caso mas escandaloso e injusto es el de los políticos, a los que no se les exige prácticamente nada para ser alcaldes, ministros o hasta presidentes. Ellos, con descaro arrogante, se niegan a ser examinados y controlados, lo que hace posible que cualquier imbécil o desalmado llegue a la cúspide del poder, desde donde se puede causar daños a millones de personas y hasta destruir el planeta. Hítler, Stalin, Mao, Pol Pot, Idi Amín, Ceaucescu y otros muchos canallas y miserables alcanzaron el poder sin que nadie les controlase, a pesar de que eran bestiales asesinos. Los políticos deben ser controlados y se les debe exigir equilibrio psíquico, preparación, valores, solvencia ética y sometimiento a las reglas de la democracia. A los ciudadanos nos va la vida en ello. Un piloto loco o un capitán de barco demente pueden causar cientos o quizás mil muertos, pero Mao, Stalin y Hítler asesinaron a millones de ciudadanos y practicaron el genocidio.
¡Ya está bien de ciudadanos cobardes y permisivos con nuestros líderes!