Dice el juez Garzón: "Alguien ha dicho que nos ha tocado vivir los tiempos de la vergüenza, la mediocridad y la renuncia". Vergüenza "por el abandono de los principios que nos deberían ayudar a afrontar y superar los retos de una crisis económica fabricada por un capitalismo rampante"; mediocridad "porque se ha desarrollado una visión alicorta de la situación política y económica"; y renuncia, "porque todos, en un escenario de corresponsabilidad, estamos consintiendo y propiciando esa situación". El otrora superjuez, hoy linchado por sus propios compañeros de un modo vergonzoso, escribe de tal guisa en el libro dirigido por José Luis Sampedro, "Reacciona", consecuencia directa de "Indignaos", del francés Stephane Hessel. Acción, reacción y compromiso. Crece la ola. Sostiene Sampedro: "¿Qué hacer? "Como he dicho muchas veces, actualmente el dinero es la medida de todas las cosas, confundimos economía de mercado con sociedad de mercado, convirtiendo todo en mercancía hasta el punto de aceptar la corrupción, es decir, la compraventa de seres humanos como algo natural que se avala en las urnas. Educados en este ambiente y con la finalidad de ser competitivos, productivos e innovadores, es decir, de tratarnos unos a otros a empujones, es difícil mantener la dignidad si no es mediante la autoreeducación". http://www.elpais.com/articulo/cultura/Sampedro/indigna/reacciona/elpepucul/20110403elpepicul_3/Tes Al tiempo, los jóvenes sin futuro se organizan. Anuncian una manifestación para el jueves, en Madrid, pero en Cádiz funciona desde hace meses un colectivo llamado Estado del Malestar, del mismo corte, aún en fase de gestación, que inunda las redes sociales de consignas inconformistas y propuestas diversas. http://www.elpais.com/articulo/economia/Juventud/futuro/manifiesta/jueves/elpepueco/20110405elpepueco_9/Tes En Cádiz, precisamente, se cumplen 199 años de La Pepa, viva La Pepa, líder del paro y la economía submarina. Rubalcaba 2012 suena a coincidencia. Rubalcaba se presenta por Cádiz. Cádiz se presenta al mundo como la vieja rica de libertades y derechos menguantes. Sus políticos andan a la gresca, cantan "Ahí está, ahí está la puerta de Alcalá" y juegan a los barquitos. Agua, tocado, hundido. Y la gente hace cola en la caja de sorpresas. Las niñas "aborrecentes", como ha dicho un padre sevillano gracioso en la radio, guardan su cola particular, ajenas al mundanal cambalache, a las puertas del concierto del Justin no sé qué. ¡En horas de colegio! Total, sólo pierden dos días, apunta un progenitor secuestrado por su propia desidia, amordazado, entregado, encarajotado por las circunstancias. Ah, las circunstancias. Aro, aro.