Indignados

Publicado el 17 mayo 2011 por Biologiayantropologia

'No te preguntes qué es lo que la sociedad puede hacer por tí, sino qué es lo que tú puedes hacer por tu sociedad', afirmaba J.F. Kennedy. Aunque habría que añadir también: 'vela para que, en tu nombre y en tus barbas, no te tomen el pelo'.

Tiempos inciertos, tiempos de crisis. Oportunidades. Retos a los que enfrentarse. O somos parte de la solución, o formamos parte del problema. Ante una sociedad desencantada –y en mi opinión, bien desencantada- de los cantos de sirena de los políticos, de los financieros y el misterioso juego de las fuerzas de mercado, del absentismo y la dejación de deberes que, paradójicamente, se declaran como derechos... cuando los que nos gobiernan, con toda justeza, son considerados (por los ciudadanos) como el tercer problema del país –por detrás del paro y de la crisis económica-, podría suscitarse un estado de postración, de melancolía, de abatimiento. Pero también es el momento de reaccionar, de suscitar la esperanza, en nosotros mismos y en nuestro rededor. No se trata de un 'buenismo', de una ingenuidad de quien está en Babia, a la luna de Valencia... Sino de quién es consciente y asume las riendas de su propio valor. Ya lo dice el refrán popular: 'para las cuestas arriba yo quiero mulo, que las cuestas abajo yo me las subo'. Se precisa coraje y no dejarse llevar por el ambiente de derrotismo que puede impregnarnos hasta los tuétanos, como un olor pestilente que se pega a las ropas y nos anega en su podredumbre. Es lo que acaba de suceder este fin de semana en numerosas ciudades españolas con la plataforma de internautas 'Democracia real ya'.
Este envalentamiento ante la que está cayendo (y la que se avecina), no es una mera cuestión de tener 'reaños', de agresividad; sino que ha de llevarnos a una actitud de cooperación, a arrimar el hombro, y hacer que la 'democracia participativa' sea una realidad, en todos los entornos. Es difícil, lo sé. Lo fácil, a lo que nos hemos acostumbrado, es a pensar que la vida es jauja, que sólo tienes que pensar en ti. ¡Cuánto dolor y decepción nos habríamos ahorrado! ¡Cuánta soledad en medio del bullicio! ¡Cuánto egoísmo sembrado a la sombra de la solidaridad!
'Poderosa es la bondad que habita en el corazón humano, la dulzura cotidiana que nos lleva a acudir al calor del hogar y no a encender hogueras con neumáticos en medio de la calle'... Esto es lo que nos dice Stéphane Hessel quien, a sus 93 años, ha querido despertar las conciencias de sus conciudadanos, especialmente de los jóvenes. Se titula Indignez-vous! (¡Indignaos!). Nos anima a que no seamos unos 'pasmaos' a
nte lo que sucede, ni a que permanezcamos al margen de lo que acontece, como idiotas que están sentados ahí, sino que aboga por una participación consciente, y no solamente a través de los partidos -¡si al menos fuesen democráticos!-, sino en toda la sociedad civil.

Sabemos que las cosas no terminan de funcionar, pero desconocemos las causas, quien tiene la culpa y en qué medida participamos también nosotros de este desaguisado; y, sobre todo, qué nos corresponde a nosotros hacer, cómo actuar. Hoy se trata de no sucumbir bajo el terremoto del consumismo voraz y de la distracción mediática, del ¡sálvese quien pueda!, mientras nos aplican los recortes. Es la valentía de la bondad. La resistencia cívica y civil.