Indignante, solo se me ocurre esa palabra para describir la situación y los acontecimientos más recientes que están movilizando a la juventud (y a los no tan jóvenes) a salir a la calle.
Todo empezó el 15 de mayo, con la convocatoria por parte de Democracia Real Ya (plataforma no adscrita a ningún partido político ni su maquinaria electoralista). Repercusión en los medios de las manifestaciones: mínima, al menos en los primeros momentos. Miles de personas se manifestaron en las convocatorias de, al menos, 50 ciudades españolas, los medios que hablaron simplemente comentaron un escueto miles, con la boca pequeña. Lejos quedan esas luchas de números entre convocantes, medios afines y polícia. Claro: los convocantes sólo querían hacer ver su malestar, los medios afines deben callar, ya que esto va en contra de los que les dan de comer (los medios cobran por la publicidad que ofrecen de las grandes manifestaciones de los grandes sindicatos, partidos y plataformas) y, como no podía ser de otra forma, la polícia protege al poder, pisoteando los derechos y la voz del pueblo que lucha, entre otras cosas, contra que les redujesen un 5% su salario.
Indignante es que en la TVE, la televisión de todos, durante la noche del domingo ni hiciesen referencia alguna a estas manifestaciones. Pero aún más indignante es que al día siguiente sólo comentasen unos disturbios aislados efectuados por los 4 de siempre. Pero aquí no acaba mi indignación, puesto que, en una entrevista reciente, la presentadora de Los desayunos de TVE hablaba de lo imparcial que es la televisión pública. ¡Y una leche! Será imparcial para los de siempre, para los que sustentan el Poder, para los banqueros, para los políticos corruptos, para los dos partidos mayoritarios (antes sólo lo era para uno de ellos)… eso no es imparcialidad, eso es ser un vendido.
Me indigna que no se retransmitan las protestas pacíficas, poruqe estas no venden, porque no pueden ser desprestigiadas ni mostradas como lo que son, un ejemplo de que, hora más que nunca, la juventud está involucrada y pide, clama, por un cambio. No perdón, no lo pide, lo exige. Pues sí, ya no pedimos, la época de llorar ya terminó. Somos nosotros, los estudiantes, los trabajadores, los parados, los que levantaremos el país el día de mañana. Somos nosotros los que cobramos una miseria, mientras que otros que viven de nuestro trabajo, o mejor dicho, de los impuestos que todos pagamos, cobran infinitamente más.
Me indigna profundamente que desde TVE se diga que el sueldo de un parlamentario son 2000 y pico euros, me indigna tanto ya que eso es como decir que una funcionaria cobra menos de 900 (ejemplo de una enfermera en Galicia). Señores, los complementos son parte del sueldo, seamos realistas y contemos la verdad.
Me molestan, y me indignan, las falacias, la malas interpretaciones que a la iniciativa #nolesvotes le dan los medios. No se pide la abstención, lo que se pide es el voto responsable. No me voy a quedar en casa el 22-M, voy a ir a votar, a plasmar con un voto en blanco, o con un voto a un partido minoritario, mi descontento con los poderes y la situación actual. Voy a protestar porque, al igual que se nacionalizó la deuda de los bancos, quiero que se nacionalicen sus beneficios.
Porque estoy cansado de ver como a gente que no puede pagar su hipoteca por culpa de la Crisis económica, consecuencia de la mala praxis de los bancos, tenga que devolver su piso y, encima, seguir pagando.
Estoy cansado de que la polícia cargue contra una concentración pacífica, la Acampada de la Puerta del Sol en Madrid ayer, sin provocación ninguna, sin signos de violencia por parte de los asistentes. Me indigna que esperaran a las 5 de la madrugada para hacerlo, para que la gente no fuese testigo del mal hacer, de la desmesura, de la violencia empleada.
Me indigna todavía más que usen el pretexto de que más de 19 personas no se pueden congregar en la vía pública sin permiso, cuando para la venta de entradas de grupos, con el lanzamiento de películas de culto, con la presentación de ciertos productos tecnológicos, se concentran muchas personas, sin permiso ni licencia. Pero claro, estos no protestan, estos no son un peligro, por lo tanto se puede publicitar en los medios de comunicación, en telediarios y periódicos. Son sólo una anecdota.
Nosotros, los jóvenes cansados de que se nos ignore, de que los poderes actuales no ejerzan su poder conforme marca y necesita el pueblo, de que se promulguen leyes para sustentar las cosas y beneficiar a los de siempre, de que se limpien los trapos sucios de unos cuantos con el jabón de la mayoría….
NO NOS CALLAREMOS MÁS
Ahora, hago una reflexión sobre diferentes protestas recientes. En Egipto, entre otros muchos casos, el pueblo se levantó pidiendo más derechos, más libertad, democracia. Esta lucha fue aplaudida por los políticos de España y del mundo.
¿Que pasa con España? ¿Tenemos que irnos fuera, a otro país, a pedir lo mismo para que se nos escuche?
Si el 15 de Mayo ocurriese en Libia, seríamos héroes de la libertad. Como pasa en España, somos antisistema.
En Egipto, el Libia y en todos los países que están sufriendo (en el mejor sentido de la palabra sufrir) un cambio hacia el respeto de los derechos humanos, los poderes instalados en su poltrona mandaron las fuerzas policiales, ejército… a la calle a acallar las revueltas. En España, se manda a antidisturbios a disolver manifestaciones, a detener a los manifestantes, a apalearlos para que no repitan… Vivimos, muy señores míos, y a pesar de que nos duela, en un sistema muy similar a una dictadura. Mucho tenemos que aprender de los pueblos del norte, como Islandia. Mucho tienen que aprender nuestros políticos de Alemania, donde un político dimitió poruqe se destapó que había copiado parte de sus tesis doctoral… Aquí robas, y encima te llevan de paseo debajo del brazo del político de turno (caso Rumasa).
Sal a la calle y protesta. Tu voz tiene valor, tu voto no tiene precio.