Es un hecho establecido que los nativos americanos llegaron mayormente desde Asia oriental a través del estrecho de Bering a partir de fechas no más tempranas que el 25000 a.C.
Estas migraciones, sin embargo, no fueron las últimas, pues tenemos constancia de la aparición de nuevas culturas procedentes de Asia alrededor del 3000 a.C. en Alaska, Canadá y las Aleutianas, que darían lugar a los pueblos paleo-esquimales, quienes serían posteriormente sustituidos por la cultura Thule (Ancestros de los modernos inuit).
Entre los inuit y los pueblos nativos descendientes de la primera oleada, encontramos a los pueblos na-dené. Está claro que no llegaron al continente con estos últimos, hecho demostrado por los análisis genéticos, sin embargo su afiliación lingüística les diferencia de los inuit, por lo que su origen ha sido un asunto algo enigmático. Es probable que sean, al menos hasta cierto punto, descendientes de los paleo-esquimales, hipótesis apoyada por estudios de ADN.
Algo interesante de estas últimas migraciones es que permiten establecer una conexión lingüística entre el nuevo y el viejo mundo. Mientras que las lenguas resultado de la primera migración empezaron a diferenciarse de las de Siberia hace unos 27000 años se complica la comparación lingüística, problema con el que no contamos con lenguas que comenzaron a separarse hace unos 22000 años menos.
Consecuencia de ello es el establecimiento de un vínculo entre la familia lingüística na-dené y la familia lingüística yenisei, compuesta por una serie de lenguas, muchas de ellas ya extintas, localizadas a lo largo del río homónimo en el oeste de Siberia. De esta forma se ha establecido con una cierta seguridad la familia dené-yenisei, la única agrupación conocida de lenguas precolombinas que abarca territorios más allá de América y el estrecho de Bering.
La conclusión más obvia que podría sacarse es que un grupo de los primitivos dené-yenisei migró hacia América, engendrando a los paleo-esquimales/na-dené mientras que otro grupo se quedó en Asia, dando lugar a los yenisei.
La consecuencia lingüística de verificarse esta teoría es que los yenisei formarían su propia clado lingüístico, mientras que los emigrantes formarían el suyo propio. Sin embargo esto no se verifica una vez realizados análisis computacionales de los idiomas en cuestión, sino que las lenguas yenisei aparecen agrupadas con el eyak y el tlingit, esto es, con una fracción de las lenguas na-dené habladas en las costas del sur de Alaska.
Esta clasificación parece, por tanto, apoyar una hipótesis alternativa, que los primitivos dené-yenisei habitaron en la zona de Beringia, posiblemente ya en la propia Norteamérica, y desde allí algunos de ellos migraron hacia Siberia, dando lugar a los yenisei.
Una vez establecidos en Asia oriental y pasados varios miles de años acabarían organizándose en estructuras políticas de gran tamaño que llegarían a poner en constante alerta al imperio chino a partir del siglo V a.C. siendo la más importante de ellas la confederación de los Xiongnu.
Es cierto que la identificación de los Xiongnu con los yenisei no está exenta de polémica, sobre todo dado que la lengua Xiongnu no nos es muy bien conocida. Sin embargo, contamos con ciertos ejemplos como el Xiongnu sak-dak (zapato), comparable con el yenisei sagdi (zapato). Además, cierto poema en lengua Jie (Idioma que se considera relacionado con el Xiongnu) ha podido ser traducido recurriendo a la gramática y vocabulario yenisei.
La historia de los Xiongnu, sin embargo, no acaba en el Asia oriental, sino que ya en 1748 el francés Joseph de Guignes sugirió que los famosos hunos, los invasores procedentes de Oriente que pusieron en peligro al Imperio Romano durante el siglo V d.C. eran sus desendientes. Los argumentos esgrimidos en este sentido se basan en fuentes históricas y en evidencias arqueológicas, como las similitudes entre calderos hunos y Xiongnu.
El legado de los yenisei no termina aquí, sino que también se ha especulado con su influencia sobre una lengua hablada en el centro de Europa, como es el húngaro. Algunas palabras de estas lengua han sido comparadas con otras encontradas en el Códice huno de Isfahan y en las lenguas yenisei, encontrando similitudes interesantes, como el húngaro ég “cielo” (Huno ige y yenisei es), hegy “montaña” (Huno jagh y yenisei qaj) u orr “nariz” (Huno ore y yenisei olgen).
Es cierto que las hipótesis planteadas en este artículo, si bien se apoyan en argumentos convincentes, son en buena medida especulatorias. Sin embargo, la posibilidad de que un grupo de nativos americanos regresase a Eurasia y acabase conquistando buena parte del continente hasta llegar a Europa es algo que, por extraño que resulte, ha de tenerse en cuenta.
BIBLIOGRAFÍA
- “Una visión del México prehispánico” de Román Piña Chan
- “Na-Dene populations descend from the Paleo-Eskimo migration into America” de Pavel Flegontov et al.
- “Linguistic Phylogenies Support Back-Migration from Beringia to Asia” de Mark A. Sicoli y Gary Holton.
- “Tracing Human Movements from Siberia to the Americas: Insights from Genetic Studies” de Theodore G. Schurr
- Xiongnu | People & History | Britannica
- “Did the Xiong-un Speak a Yeniseian Language” de Alexander Vovin
- “Huns and Xiongnu Identified by Hungarian and Yeniseian Shared Etymologies “ de Jingyi Gao