Las organizaciones tienen hoy dos grandes retos, diferentes pero complementarios. Uno, pasar de entender la productividad como algo que sólo se consigue a nivel organización (cadena de producción) a entenderla como algo que se consigue principalmente a nivel individuo (cada persona, una fuente de productividad). Y, dos, superar la idea de que la innovación es un acto individual y esporádico (“se me ha ocurrido algo en la ducha”) para entender que debe ser un acto en equipo y sistemático (se puede alimentar y dinamizar un equipo para que de él se derive innovación de forma sistemática).
Una empresa que entiende estos dos retos, va por buen camino…
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