La semana pasada, el Parlamento indonesio aprobó una nueva legislación que endurece las penas para los acusados de violencia sexual contra menores y que incluye desde la pena de muerte hasta el seguimiento electrónico para aquellos delincuentes puestos en libertad tras cumplir condena.
Por otra parte, las asociaciones médicas de Indonesia han remitido sus objeciones éticas al Ejecutivo, por sus restricciones a la adopción de los castigos químicos.
El presidente indonesio, Joko Widodo, propuso el cambio legislativo en mayo después de que una niña de 14 años fuera violada en grupo y posteriormente asesinada en una escuela de la isla de Sumatra.
El suceso provocó manifestaciones de activistas e incendió las redes sociales con llamadas a endurecer los castigos para los delitos de pederastia.
“Nuestra Constitución respeta los derechos humanos pero cuando se trata de crímenes sexuales no puede haber concesiones. Vamos a ser duros y muy firmes y daremos el máximo castigo por crímenes sexuales”, ha dicho Widodo. “En mi opinión, la castración química, si se aplica de forma consistente, reducirá los delitos sexuales y con el tiempo los barrerá”.
El presidente indonesio ha advertido de que, si los médicos se niegan a llevarla a cabo, la justicia podría recurrir a facultativos militares para realizarlas.
Aquí os dejamos algunos datos en relación a la castración química en Rusia:
Fuentes: laguiadelvaron 20minutos elperiodico bbc.co.uk indiatimes