Por medio de siete pequeñas obras, algunas de ellas con títulos en euskera, los dos instrumentistas incursionan con gran control técnico y agilidad virtuosística en un singular conglomerado de melodías y ritmos de diferentes colores y texturas, firmadas por autores como Carlos Ibarra, Tomás Aragüés, Martin Zalba, Carlos Villasol, Jabier Ituarte, Gabriel Erkoreka y Félix Ibarrondo. Aunque en todas estas composiciones está presente en mayor o menor medida la referencia ineludible de la música tradicional vasca, ya sea en sentido más literal o evocativo, a medida que avanza el disco hallamos piezas de un lenguaje más abstracto, minimalista o abiertamente experimental que abandona la exuberancia de la melodía amplia y abierta para centrarse en un discurso musical más rítmico, esquemático y sobre todo más contrastante entre ambos instrumentos.
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