Inés y la alegría

Publicado el 30 septiembre 2014 por Aleon @Aleonpizarro
de Almudena Grandes.

Esta lectura pertenece a la Lectura Conjunta organizada por el blog Hojas de Alisio para leer los Episodios de una Guerra interminable de Almudena Grandes durante este último trimestre del año.
También esta lectura la incorporo al Mes Temático Guerrero organizado por Laky del blog Libros que hay que leer.

Título: Inés y la alegríaAutora: Almudena GrandesEditorial: Tusquets, 2012.Páginas: 736
Resumen oficial.
Inés y la alegría: Toulouse, 1939. Carmen de Pedro, responsable en Francia de los diezmados comunistas españoles, se cruza con Jesús Monzón; años después, en 1944, Monzón contará con un ejército de hombres dispuestos a invadir España. Entre ellos está Galán, quien cree que, tras el desembarco aliado y la retirada de los alemanes, es posible establecer un gobierno republicano en Viella. 
No lejos de allí, Inés, que apoyó la causa republicana durante la guerra, oye a escondidas el anuncio de la operación Reconquista de España en Radio Pirenaica, y se arma de valor, y de secreta alegría, para dejar atrás los peores años de su vida.
Impresión personal.
Como ya he comentado anteriormente, este libro pertenece a un ambicioso proyecto de Almudena Grandes, un proyecto que representa un homenaje a Benito Pérez Gáldos y sus Episodios Nacionales. El proyecto denominado Episodios de una Guerra Interminable constará de las siguientes novelas:
  • Inés y la alegría.
  • El lector de Julio Verne.
  • Las tres bodas de Manolita.
  • Los pacientes del doctor García.
  • La madre de Frankestein.
  • Mariano en el Bidasoa.
Si bien el nombre de Inés y la alegría no le va mal a la novela en general, creo que quizá le hubiera ido mejor el nombre de "Inés, La cocinera de Bossost" que era el nombre por el que realmente se la llegó a conocer en España y Francia donde se exilió. Al hilo de esto, empiezo comentando de esta novela lo que me han seducido, me han entusiasmado, me han emocionado y también, me han cabreado sus personajes. Creo que nunca podré olvidar a sus dos personajes principales, a Inés y Galán, dos luchadores natos por la libertad, cada uno a su manera y cada uno con sus motivaciones iniciales, unos motivos que van evolucionando a la vez que evolucionan sus vidas y su relación. En primer lugar, tenemos a Inés, a la que conocemos antes de la guerra, en el seno de una familia acomodada y con unas fuertes raíces en la falange. Una mujer joven encerrada en las cadenas del convencionalismo social de la época, tratada por sus familiares como si fuera tonta y hubiera que protegerla de todo y mantenerla al margen de la realidad familiar y del país.
Una Inés que nos sorprenderá tanto como sorprende a su propia familia, ya que en cuanto la dejan sola en Madrid comienza a moverse por esa ciudad y a conocer la realidad que la rodea, pero desde un punto de vista diferente a la doctrina propia de su clase social. En resumen, en esos años una Inés en la que despiertan las ideas de libertad, solidaridad, dignidad e igualdad. Esta ideología la acompañará toda su vida y serán las que la llevarán, en cuanto tiene oportunidad, a escapar y unirse a aquellos que defienden esto mismo, a enamorarse y convivir con un guerrillero comunista, a formar parte de un grupo de mujeres que sufren y luchan por la misma causa que ella. Acompañando a este cariz más político y militante, Inés es una mujer muy sensible, cariñosa y entrañable hasta el extremo, comprensiva y alegre y, sobre todo, una excelente cocinera. Una cocinera que se crece ante los problemas y las situaciones extremas. Experta en rosquillas de esas que hacían nuestras madres y abuelas, de potajes contundentes, de estupendas sopas de ajo y de unos postres inolvidables.
Por otro lado, tenemos a Galán el compañero guerrillero y comunista de Inés, un personaje en el que se aprecia mayor evolución que en el caso de Inés por motivos justificados derivados de su actividad política en el ámbito del Partido Comunista. Son muchas las ocasiones en las que Galán, que parte de un idealismo base en la zona minera asturiana, se ve progresivamente decepcionado por las decisiones carentes de humanidad y de compromiso de los dirigentes del PCE en el exilio respecto de sus bases que son las que realmente están luchando porque haya un cambio en Europa y en España. De hecho, si no fuera por miedo a las represalias, Galán hubiera abandonado la organización del partido. Desencanto tras desencanto, traición tras traición, derrota tras derrota y pérdida tras pérdida Galán irá asumiendo como imposible de realizar aquello en lo que había creído y a lo que había dedicado gran parte de su vida. En muchas ocasiones, es sólo su relación con Inés la que lo mantiene entero mentalmente y lo levanta cada vez que se hunde.
Alrededor de estos dos personajes encontramos unos personajes tan entrañables, comprometidos y humanos como todos los guerrilleros compañeros de Galán (Lobo, Bocas, Comprendes, Zurdo, ...) y de Inés (Amparo, Angelines, Mercedes, ...mujeres de los anteriores), además de una serie de personajes políticos reales como La Pasionaria, Jesús Monzón, Carrillo, Carmen de Pedro, ...., manipuladores, ajenos muchas veces al sufrimiento de sus propios camaradas, fríos y calculadores para los que el Partido está por encima de cualquier cosa.
Inés y la alegría es un novela histórica, una novela que nos acerca a los hechos que acontecieron en 1940 con la invasión del Valle de Arán por parte del ejército  de exiliados en Francia pertenecientes al PCE, unos hechos que acontecieron realmente y que han sido silenciados tanto por el régimen de Franco como por el Partido Comunista. Basándose en este hecho histórico, Almudena Grandes lo recupera para la memoria, le da el valor que realmente tuvo y lo humaniza contándonos los hechos de manera ficticia desde el punto de vista de los protagonistas que lo vivieron en primera persona. Por eso no es sólo una novela histórica, sino que es una novela de personajes, de personajes muy humanos que disfrutan de las pequeñas cosas en el ámbito de una posguerra en la que son perdedores, de personajes en el fragor de la batalla y en la segunda derrota que sufren tras el intento de recuperar el poder en España y de nuevo el retorno al exilio. En ese clima mantener la alegría es fundamental e Inés la simboliza a través de sus platos, de sus rosquillas de tal manera que el arreglo culinario más simple es suficiente para mantenerse "vivo" en ese ambiente y no rendirse. 
También es una novela de amor y ¡¡¡ufff!!!! qué historia de amor más preciosa. La he disfrutado a tope y también la he envidiado. Cuanto sentimiento genialmente transmitido tanto del lado de Inés como del lado de Galán. El hecho de que ambos nos cuenten lo que sienten y lo que viven en primera persona de forma alterna, te acerca mucho más a sus circunstancias y, en verdad, que sientes con ellos.
A la vez que Inés y Galán cuentan en primera persona los hechos que van aconteciendo, se introducen una serie de capítulos escritos en tercera persona que intenta situarnos en los hechos históricos reales que estaban aconteciendo pero desde las actuaciones en las altas esferas del Partido Comunista. Al principio, me ha costado muchísimo trabajo enterarme de que iba esta parte (ya digo que la primera vez) y me perdía con los personajes reales porque sólo me sonaba La Pasionaria. Al resto de capítulos de este estilo si les he cogido el sentido, entre otras cosas porque he leído entre medias en internet parte de la historia de los personajes reales que aparecen (Jesús Monzón, Carmen, la propia Pasionaria, etc.) pero la verdad es que me molestaba que me cortarán la preciosa historia que me estaban contando los personajes ficticios, de los que me he sentido mucho más cerca que de éstos reales que manipulaban los hilos de sus vidas.
En conclusión, me ha encantado esta novela. Si no le he dado un diez ha sido precisamente por estos capítulos disfrazados de realidad que me han estorbado y distraído de lo que me apetecía continuar leyendo, pero es una excelente novela, muy bien escrita pero sobre todo llena de sentimientos, de humanidad, de lucha y derrota, de superación y de entereza. La recomiendo totalmente. Creo que tardaré en olvidar a esta cocinera y a su guerrillero idealista.