Aunque es un placer, siempre es difícil hablar del señor Coetzee, como lo es el hecho de intentar recomendar objetivamente algo que nos apasiona. Pero como este blog siempre fue más de gustos que de expertos, puedo decir sin temor que J. M. ha vuelto a complacerme en grado sumo. Que me agrada su mezcla de dureza y ternura, su forma de narrar fría y profunda a partes iguales.
Me gusta acompañar a este chico a punto de abandonar la infancia por las calles de Worcester y Ciudad del Cabo. Compro su pasión por el críquet, su fustración con los boy scouts, su accidental entrada en el catolicismo y, sobre todas las cosas, su relación con la madre, tan real y delicada.
Ya vendrán "Juventud" y "Verano" y acabaré diciéndoos siempre lo mismo: nunca perdáis la oportunidad de leer a Coetzee.
Traducción: Juan Bonilla