Infancia, salud y ciudad: retos para esta relación

Por Everde @BlogEverde
Asistentes y ponentes, durante la Jornada. Las reflexiones generadas en las mesas redondas de nuestra Jornada Infancia, Salud y Ciudad nos conducen de manera inevitable a plantearnos cuáles son los retos que tenemos todos los que nos hallamos involucrados en el bienestar de la infancia. Nosotros hemos individualizado algunos, pero, en realidad, cada uno de ellos conduce a los demás porque todos forman parte de una gran propuesta que los engloba a todos, como señaló el presidente de la Fundació Roger Torné, Joan Roma, que se refirió a ella como “un horizonte de largo aliento, porque supone una nueva mirada social a la salud infantil”.
1. Inversión en la primera infancia: necesidad social La presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), Begoña Domínguez, fue muy clara respecto a las consecuencias de la inversión sanitaria en laprimera infancia, demostrando que tiene la mayor tasa interna de retorno, especialmente entre los 0-3 años, antes, incluso que la escuela. Es la fase más importante del desarrollo infantil ya que si bien hay una gran sensibilización del niño y la niña al medio ambiente, también su familia se halla en su momento más receptivo a  la educación para la salud. Por ello, reclamar acciones conjuntas de las diferentes administraciones públicas para que ayuden, habiliten y formen a las familias no solo es un imperativo legal: también es la oportunidad de actuar con una visión de futuro, en un contexto, eso sí, en el que los niños y niñas no sean tomados como sujetos en los que hay que invertir en ellos para luego obtener réditos futuros. Eso supondría considerar que el valor de las personas estaría en función de su empleabilidad y utilidad. Las desigualdades también influyen de forma muy intensa en la salud infantil afectando a  sus posibilidades de desarrollo. El director de la Agencia de Salut Pública de Barcelona, Xavier Llebaria, dejó claro que “los niños y niñas procedentes de entornos socialmente desfavorecidos obtienen resultados académicos peores, que les llevan a obtener trabajos peores y remuneraciones peores”. Es decir, que la pobreza condiciona el desarrollo socioeconómico pero también la salud de los niños y lo hace más allá de la infancia. En consecuencia, no se puede desligar la salud infantil de la desigualdad social en la que se desarrolla la vida del niño o la niña, por lo que es preciso una intervención en diferentes ámbitos que considere la vulnerabilidad socioeconómica como un grave factor de distorsión social que repercute en la salud de los ciudadanos, ya que la opción saludable no siempre es la más económica para ellos. 2. La fuerza de la prevención El concepto de prevención en tanto que promoción de la salud fue nombrado en todos los ámbitos de la Jornada. Sin embargo, nos gustaría hacer mención expresa de las intervenciones de los doctores Domínguez y Manuel Praena, coordinador este último del Grupo de Vías Respiratorias de la AEPap, ya que defendieron de forma clara y concisa la necesidad de la prevención y resumieron los obstáculos a los que se enfrentan los pediatras de Atención Primaria para llevarla a cabo, concluyendo además, que la promoción de la salud no puede ser un objetivo exclusivo del sistema sanitario. De hecho, la propia delegada de Salud del Ayuntamiento de Barcelona, Cristina Iniesta, destacó que “la salud se construye fuera del sistema sanitario”. Algunos de los obstáculos para esa promoción de la salud son de carácter interno sanitario y son consecuencia de una política y de unos gestores del sistema de salud que priorizan resolver la enfermedad y no promocionar la salud. En consecuencia, el foco de atención del sistema sanitario se ha colocado en el hospital y no en la Atención Primaria. Si a ello sumamos la presión asistencial existente a causa de los recortes, para los pediatras de Atención Primaria es muy difícil encontrar tiempo para dedicarlo a la prevención y la promoción de la salud. Pero también hay otros obstáculos externos al ámbito sanitario, ya que los doctores consideraron, al igual que lo hace la Fundació, que la promoción de la salud debería ser un trabajo conjunto de todo el sistema y que no puede ser abordada únicamente desde el ámbito sanitario. No obstante, ambos reconocieron que es muy difícil salir del entorno sanitario y trabajar conjuntamente con el educativo y el comunitario porque no hay redes que lo faciliten. 3. Colaboración La salud infantil se ve influenciada desde antes de nacer por multitud de factores. Así lo demuestra este gráfico de la Doctora en Psicología de la Universitat Autònoma de Barcelona, Isabel Sierra, que muestra los diferentes niveles que se suman a la hora de construir la salud de los individuos que viven en una ciudad, en especial la de los niños y niñas. En cada uno de esos niveles no solo participa la administración pública sino que intervienen otros estamentos y otros sectores de la sociedad influyendo sobre las familias, que son la base donde se asienta la salud en los primeros años del niñoLa colaboración es, en realidad, la única forma posible de abordar la promoción de la salud y debe estructurarse en el ámbito público mediante una gobernanza multinivel que facilite la relación entre los distintos niveles de actuación. A la vez, el gran reto estriba en arbitrarla más allá del sistema sanitario y en que las vías de entendimiento y colaboración generadas permitan que las familias cuenten con información seria y rigurosa, así como con instrumentos y medios para llevarla a la práctica. La presidenta de la AEPap también mostró gráficamente cómo la salud de la que gozamos es el resultado de múltiples intervenciones e interacciones que deberían estructurarse y no dejar que siguieran actuando como compartimentos estancos, y destacó a los medios de comunicación como una poderosa herramienta de generación de opinión. Sin embargo, desde este ámbito se evidenciaron algunos obstáculos para lograrlo, entre ellos, la falta de periodistas especializados en salud y una falta de consenso generalizado, no solo entre los medios sino en la propia sociedad, sobre el rol que deben tener en la generación de información seria y rigurosa en el ámbito de la salud. 4. Cambio del concepto salud Como les decía al inicio, un reto conduce a otro y éste, al anterior y al siguiente, y así llegamos a la necesidad de un cambio de paradigma en el concepto de salud y, muy especialmente, en el concepto de salud infantil. Necesitamos que la sociedad abandone la concepción asistencial de la salud, como recordó el diputado de Bienestar Social, Salud Pública y Consumo de Barcelona, Josep Oliva, y que lasfamilias comprendan en toda su magnitud que unas conductas determinadas influyen en la salud de sus hijos porque es entonces cuando actúan en consecuencia. Sin embargo, es preciso que la información les llegue bajo diferentes ópticas y enfoques. También que las políticas sanitarias de las diferentes administraciones públicas caminen coordinadas en la misma dirección. Porque -volvemos a hacer hincapié en ello- no podemos responsabilizar cien por cien a las familias de su estado de su salud. Procurar que asuman y comprendan en toda su extensión el papel que ocupan en el mantenimiento de las necesidades de los niños no nos puede llevar a pensar que pueden hacerlo en solitario. Ni mucho menos. Necesitamos impulsar un cambio en la visión de los ciudadanos pero también darles medios para que lo hagan posible porque, como reconoció la concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de Avilés, Yolanda Alonso, en esta localidad están encontrándose con verdaderas dificultades para desarrollar iniciativas para la salud en aquellas familias con una situación socioeconómica vulnerable. Así que no podemos hablar de familias en general sin contextualizarlas. En cada uno de los municipios, en cada uno de sus barrios, los indicadores de salud cambian, como cambian también las tipologías de las familias y su situación socioeconómica. De forma que la responsabilidad individual de las familias no puede desligarse de la social que ejerce la administración pública en todas sus esferas y, desde luego, de todos los que estamos involucrados en la mejora del bienestar infantil.
PorSoledad Románel 28 de octubre del 2014. Publicado en fundrogertorne.org