Infantería libio-fenicia

Por Eliasamoros

Como veréis estoy escribiendo sobre las tropas del ejército cartaginés, lo estoy partes, haciendo en y lo podéis ver en el "ejército de Cartago" en etiquetas.Os dejo con la entrada que esta vez va sobre la infantería libio-fenicia.

Los infantes o lanceros libio-fenicios constituian las fuerzas más leales y capaces del ejército cartaginés. Hacia el siglo III a.c. los libio-fenicios eran la única etnia bajo dominio cartaginés, y estaba obligada a suministrar soldados a la ciudad.Aunque una vez reclutados recibian un salario igual al de los mercenarios.Polibio afirma que los libio-fenicios constituian el núcleo de caballería, aparte de suministrar tropas de infantería.

Antes de la Primera guerra púnica los libio-fenicios iban equipados con corazas y yelmos de hierro y un gran escudo blanco.Marchaban muy lentamente en una formación cerrada como la de la falange macedonia.Les apoyaban contingentes de carros de guerra de diseño semita, muy utilizados en los conflictos coloniales.

Al comienzo de la guerra se les describe equipados al estilo hoplita tardío, como los mercenarios griegos. Portaban yelmo metálico, grebas, una coraza de lino, escudos redondos y lanzas largas similares a la sarissa, además de espadas cortas.También usaban, en otras ocasiones, armaduras capturadas a los principes y asteros romanos, sobre todo tras la victoria de Aníbal Barca en la batalla del Lago Trasimeno (218 a. C.); las completaban con cascos tracios o capturados al enemigo, y una lanza corta o jabalina (longche), de la que derivaba su nombre de longchoporoi.Cuando Aníbal se disponía a invadir Italia, dejó en Hispania a 450 jinetes y 11.850 infantes libio-fenicios al mando de su hermano Asdrúbal.

Armadura

Los lanceros iban equipados de manera similar a los hoplitas helenísticos. Este equipo constaba de una lanza pesada de 5 a 7 m de longitud, con punta y contera de hierro, que se manejaba con ambas manos. Además, portaban una espada larga para el combate a corta distancia y un escudo redondo de 60 cm de diámetro y forma cóncava, pensado para embrazarse, que contaba con una empuñadura (antilabé) en su extremo y una correa (telamon) que permitía transportarlo con comodidad, al tiempo que, enrollada en el brazo izquierdo y pasada alrededor del cuerpo, permitía fijarlo mejor en la carga.Los escudos de la falange cartaginesa estaban generalmente pintados de blanco. Los motivos decorativos más característicos eran la estrella, la palmera o el caballo, símbolos de la ciudad de Cartago, como demuestran sus monedas.Estos mismos escudos son descritos por Mamerco, tirano de Catania, tras conseguirlos de una parte de los mercenarios griegos de Timoleón:

Estos escudos teñidos de púrpura, incrustados de oro, marfil y coral, los hemos tomado con la ayuda de pequeños y pobres escudos carentes de valor.

Los elementos defensivos de la panoplia se completaban con un casco tracio de carrilleras fijas, cimera metálica y cogotera saliente, aunque en la descripción de la Batalla del Crimiso se cita que el batallón Sagrado de Cartago usaba cascos de bronce cónicos carentes de visera; una coraza metálica musculada, realizada en hierro y utilizada indistintamente junto a la griega de lino, que en el siglo III a. C. sería sustituida por las cotas de malla de procedencia itálica; y grebas de bronce decoradas de caña alta que protegían la pierna desde el tobillo hasta el inicio del muslo, por encima de la rodilla, y se aseguraban con correas de cuero. Bajo la armadura llevaban túnicas de color rojo, y calzaban sandalias. Gracias a ello aguantaron el primer choque con vigor y, gracias a sus corazas de hierro, sus cascos de bronce y los grandes escudos que les cubrían, pudieron rechazar los tiros de jabalina.

Los despojos de la Batalla del Crimiso formaron el trofeo de Timoleón, cuyas tropas tardaron dos días en recoger los equipos del ejército cartaginés. Las armas que envió a Corinto decoraron los templos de la ciudad y fueron la envidia de todas las ciudades de Grecia, no sólo por su riqueza, sino por ser las únicas que no habían sido obtenidas gracias a la victoria sobre otros griegos.