Aunque, no todas ellas hayan gozado de la misma calidad y fortuna que el clásico de Spielberg. Incluso, hay algunas tan descabelladas como sus propios títulos indican; Sharknado, El ataque del tiburón de tres cabezas, Snow Sharks o Mega Shark vs. Kolossus, pero no vamos a desviarnos del tema, no quiero entrar en tierras pantanosas.
El séptimo film de Jaume Collet-Serra, The Shallows, en el contexto se refiere a la marea baja, motivo por el que su protagonista lo va a pasar realmente mal. La película ha sido renombrada por en nuestro país como Infierno azul, por unos traductores, que sin duda, se han puesto en la piel de la protagonista.
Serra nos presenta un survival horror honesto y sin demasiadas pretensiones que juguetea con la serie B. Su estreno se ha producido este mismo fin de semana de julio, ideal para quitarle a cualquiera las ganas de pisar una ola.
Nancy es una joven que trata de superar la pérdida de su madre. Un día, haciendo surf en una playa solitaria se queda atrapada en un islote a sólo cien metros de la costa. El problema consiste en que un enorme tiburón blanco se interpone entre ella y la otra orilla.
El guión escrito por Anthony Jaswinski, guionista de Vanishing on 7th Street, no es es tremendamente original. Pero por imposible que parezca, consigue que la historia avance cuando a ésta parecen acabarse los recursos argumentales en su ajustada duración de 90 minutos.
El infierno no deja de ser un adjetivo que usamos cuando experimentamos situaciones desagradables o importunas. De ahí viene la expresión ‘esto es un infierno’ que, tan a menudo, usamos gratuitamente en el ámbito laboral.
Pero el infierno no siempre es como lo imaginamos, rodeado de llamas y de un intenso color rojo. El infierno de de Nancy es muy distinto y peor de lo que imaginamos, tiene mucha agua y es azul.
Nancy es interpretada por una exuberante Blake Lively (Linterna verde), actriz que nos muestra en el film algo más que su impactante físico, con el que el público heterosexual se deleitará las pupilas en varias ocasiones a lo largo del mismo.
La evolución de víctima a heroína consigue hacernos vibrar con cada nueva secuencia hasta el clímax final, que es de aplauso.
Es cierto que Serra no tiene una filmografía impecable, pero tiene obras tan recomendables como La casa de cera o La huérfana (y ahora también la presente Infierno azul).
Aun con todas las diferencias argumentales, técnicas, desarrollo y de puesta en escena, entre ambas películas, es inevitable no referenciar la obra de Spielberg en alguna de sus notables secuencias ideadas por Collet-Serra.
Éste sabe mover y colocar la cámara con presteza en cada uno de los planos, tanto fuera como debajo del agua.
The Shallows abandona el hiperrealismo característico de algunos survival en el tramo final, pero me ofrece todo lo que yo espero de un survival horror. El realizador catalán afincado en los EE.UU, nos brinda un survival tremendamente bien ejecutado, que durante tres cuartas partes de la película ha conseguido que me retuerza en tensión máxima en la butaca como si fuese una toalla empapada a la que están escurriendo.
Todo ello gracias al muy logrado apartado sonoro y la bien ejercida banda sonora de Marco Beltrami, compositor de películas como Scream, La jungla 4.0 o Vuelo nocturno. La composición para The Shallows, desprende la intensidad apabullante tan característica de Hans Zimmer pero sin abusar de la partitura, que se guarda para momentos muy concretos.
Infierno azul se toma libertades argumentales y licencias en ciertas escenas, pero su intensidad, su gran realización y su proximidad al cine de terror la convierten en una propuesta altamente recomendable, más todavía si te encantan los survivals. Un consejo, no vayas solo a la playa.