'Infierno blanco' Una mirada a la muerte

Publicado el 22 febrero 2012 por La Mirada De Ulises

[6/10]   Ottway es un hombre desesperado que se dispone a suicidarse cuando el aullido de un lobo atrae su atención y le disuade. Es el último día de trabajo en una explotación petrolífera de Alaska, cuando el avión que se encarga de transportar a los trabajadores a sus casas se estrella entre las nevadas montañas. Del siniestro hay siete supervivientes que tendrán que luchar contra el frío, el hambre y la desorientación geográfica, a la vez que enfrentarse a una manada de lobos salvajes que les persiguen y que van cobrándose sus víctimas. “Infierno blanco” es la historia de unos hombres que huyen de la muerte que les acecha cada noche entre las sombras, y también de la vida por el miedo que supone la realidad. Joe Carnahan nos ofrece una angustiosa aventura de supervivencia y de encuentro con la muerte, al abrigo de algunos recuerdos y afectos que la hagan más cálida y soportable.

Es realmente un “infierno blanco” el que sufren las víctimas, con algunas circunstancias que invitan a hacerse preguntas trascendentales y otras más interiores que sólo de manera velada se irán conociendo. En algún caso, su condición de ex-convictos y desecho de la sociedad hace que el pasado no sea muy atractivo, que el miedo se haya instalado en su corazón hasta congelarlo, que la falta de futuro invada y suma al alma en la oscuridad. Ottway se ha erigido en líder natural del grupo… alentado por esa voz interior que continuamente le dice “no tengas miedo”, mientras se debate entre el agnosticismo y el deseo de creer en algo, entre las dudas del camino a seguir y el convencimiento de que tendrá que enfrentarse con el Alfa de la manada. Es una lucha a muerte con esos animales salvajes, pero también con otros demonios interiores que le acosan sin respiro y con una vida que hace tiempo le dio la espalda; es como si el destino y un lobo asesino le hubieran prorrogado sus días para mostrarle algo nuevo o quizá para arrebatarle lo único que le quedaba.

En esta aventura de infiernos blancos y negros, la ambientación es fundamental para crear un entorno hostil y transmitir al espectador sensaciones de desesperación, miedo, soledad… y no sólo por la amenaza de los lobos sanguinarios, sino por el propio hastío vital de los caminantes. En ese intento resulta extraordinaria la fotografía, habitualmente en la penumbra y entre gélidos ambientes, lo mismo que un trabajo de sonido que genera tensión y angustia crecientes. La banda sonora quizá esté excesivamente subrayada en su pretensión de insuflar dramatismo a las escenas, con algunos golpes efectistas que tratan de asustar y sorprender al espectador… y sacar de la atonía un relato lineal y previsible. Bien rodada, sin embargo el guión se hace reiterativo y la historia más alargada de lo necesario.

En definitiva, es la lucha por el territorio y por una “guarida” de felicidad, entablada entre un grupo humano y otro animal, con la Naturaleza erigida en protagonista especial y los recuerdos familiares como única arma para mirar a la muerte, cuando Dios parece callar. De gran intensidad es la escena en que Ottway se encara y desafía al Todopoderoso para clamar que se muestre “como algo real” y le ayude, prometiéndole incluso que en ese caso creerá en Él, lo mismo que ese plano final en negro, coherente con el tono de toda la historia infernal. Buen trabajo de Liam Neeson, con una mirada profunda y humana que sabe consolar al agonizante, enfrentarse al lobo feroz y retar a la misma muerte… quizá porque ya no tiene miedo.

Calificación: 6/10

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