La información nos vuelve poderosos. Por ese motivo donde existe la información se produce una carrera para conquistarla. Quien lo consiga podrá controlarla, procesarla, interpretarla y formatearla. Si la convierte en algo escaso e inaccesible tendrá la capacidad de filtrarla, de influir sobre quienes toman decisiones y de influir sobre aquellos que la interpretan.
Quien controla la información puede utilizarla para manipular a los demás. Sólo necesitará ocultar aquella información que encuentre peligrosa. A veces basta sólo con omitirla. Algunos lo hacen sin llegar siquiera a considerarse manipuladores sino, simplemente, como personas que desarrollan una estrategia que le ayuda a defenderse legítimamente de posibles amenazas.
Quien controla la información puede falsearla y utilizarla para mentir, pues la mentira es una valiosa herramienta para controlarnos. Gracias a la mentira, el mentiroso podrá distorsionar nuestra percepción de la realidad y saboteará nuestra lógica al objeto de guiar nuestro comportamiento en la dirección que le acerque a sus intereses.
Quien controla la información puede utilizarla para confundirnos. El mundo es muy complejo y la información nos ayuda a entenderlo. Gestos tan simples como inundarnos de información o entregar información difícil de procesar nos saturan y desmontan nuestra capacidad de análisis dejándonos en un estado de infoxicación que nos impiden tomar las decisiones que más se ajustan a nuestros intereses.
Quien controla la información puede destruirla, también la puede negar. En muchas ocasiones no le interesará que los demás tengan la imagen completa de la realidad, y recurrirá a ocultarla para mantenerla a buen recaudo.
Quien controla la información la puede tergiversar. La puede utilizar para seducirnos y conseguir que le compremos, que le votemos o que le apoyemos. Sólo tiene que construir un discurso que minimice los datos negativos y amenazantes de su propuesta y resalte su parte más positiva y más atractiva.
La información nos vuelve poderosos. La lucha por conquistarla y acceder a ella explica muchos de los comportamientos que usted percibe a su alrededor. Cuando se convierte en un objeto de codicia pierde su pureza y su inocencia pues, para muchas personas, la transparencia y la verdad pasa a convertirse en una gran amenaza. Lo más preocupante es que, cuando hemos llegado a ese punto, jugar con honestidad nos puede dejar en clara desventaja. Muy inquietante.
NOTAS
Puede encontrar más información sobre los juegos de poder en torno a la información, la manipulación y las mentiras Claude Steiner, Henry Minztberg y Annette Simmons.