Revista Psicología

Información básica sobre el trastorno del espectro autista

Por Mundotlp @MundoTLP
Información básica sobre el trastorno del espectro autista
Los trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo que puede provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales significativos. A menudo, no hay indicios en el aspecto de las personas con TEA que los diferencien de otras personas, pero es posible que quienes tienen un TEA se comuniquen, interactúen, se comporten y aprendan de maneras distintas a otras personas. Las destrezas de aprendizaje, pensamiento y resolución de problemas de las personas con TEA pueden variar; hay desde personas con muy altos niveles de capacidad (dotadas, o gifted en inglés) y personas que tienen muchas dificultades. Algunas necesitan mucha ayuda en la vida diaria, mientras que otras necesitan menos.Actualmente, el diagnóstico de TEA incluye muchas afecciones que solían diagnosticarse por separado e incluyen el trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera (PDD-NOS, por sus siglas en inglés) y el síndrome de Asperger. Hoy en día, a todas estas afecciones se las denomina trastornos del espectro autista.

Signos y síntomas

Las personas con un TEA a menudo tienen problemas con las destrezas sociales, emocionales y de comunicación. Es posible que repitan determinados comportamientos o que no quieran cambios en sus actividades diarias. Muchas personas con TEA también tienen distintas maneras de aprender, prestar atención o reaccionar ante las cosas. Algunos de los signos comienzan durante la niñez temprana y, por lo general, duran toda la vida.Los niños o adultos con TEA podrían presentar las siguientes características:
  • No señalar los objetos para demostrar su interés (por ejemplo, no señalar un avión que pasa volando).
  • No mirar los objetos cuando otra persona los señala.
  • Tener dificultad para relacionarse con los demás o no manifestar ningún interés por otras personas.
  • Evitar el contacto visual y querer estar solos.
  • Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.
  • Preferir que no se los abrace, o abrazar a otras personas solo cuando ellos quieren.
  • Parecer no estar conscientes cuando otras personas les hablan pero responder a otros sonidos.
  • Estar muy interesados en las personas pero no saber cómo hablar, jugar ni relacionarse con ellas.
  • Repetir o imitar palabras o frases que se les dicen, o bien, repetir palabras o frases en lugar del lenguaje normal.
  • Tener dificultades para expresar sus necesidades con palabras o movimientos habituales.
  • No jugar juegos de simulación (por ejemplo, no jugar a “darle de comer” a un muñeco).
  • Repetir acciones una y otra vez.
  • Tener dificultades para adaptarse cuando hay un cambio en la rutina.
  • Tener reacciones poco habituales al olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las cosas.
  • Perder las destrezas que antes tenían (por ejemplo, dejar de decir palabras que antes usaban).
Los trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo provocada por diferencias en el cerebro. Los científicos desconocen exactamente qué provoca estas diferencias en la mayoría de las personas con TEA. Sin embargo, algunas tienen una diferencia conocida, como una afección genética. Existen muchas causas para los TEA, si bien aún la mayoría son desconocidas.A menudo, no hay indicios en el aspecto de las personas con TEA que los diferencien de otras personas, pero es posible que se comuniquen, interactúen, se comporten y aprendan de maneras distintas a otras personas. Las capacidades de aprendizaje, pensamiento y resolución de problemas de las personas con TEA pueden variar; hay desde personas con muy altos niveles de capacidad (dotadas, o gifted en inglés) y personas que tienen muchas dificultades. Algunas necesitan mucha ayuda en la vida diaria, mientras que otras necesitan menos.Actualmente, el diagnóstico de TEA incluye muchas afecciones que solían diagnosticarse por separado e incluyen el trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera (PDD-NOS, por sus siglas en inglés) y el síndrome de Asperger. Hoy en día, a todas estas afecciones se las denomina trastornos del espectro autista.Los TEA comienzan antes de los 3 años de edad y duran toda la vida de la persona; no obstante, los síntomas pueden mejorar con el tiempo. Algunos niños con TEA muestran indicios de problemas futuros en los primeros meses de vida. En otros casos, es posible que los síntomas no se manifiesten hasta los 24 meses o incluso después. Algunos niños con un TEA parecen desarrollarse normalmente hasta los 18 a 24 meses de edad y después dejan de adquirir destrezas nuevas o pierden las que tenían antes. Los estudios realizados han mostrado que entre un tercio y la mitad de los padres de niños con TEA observaron un problema antes del primer año de vida de sus hijos y entre el 80 % y 90 % de los padres detectaron problemas antes de los 24 meses.Es importante destacar que algunas personas que no tienen un TEA también pueden presentar algunos de los síntomas. Pero, en el caso de las personas con TEA, los problemas hacen que la vida sea muy difícil.Posibles “signos de alarma”Las personas con un TEA pueden presentar las siguientes características:
  • No responder a su nombre para cuando tienen 12 meses de edad.
  • No señalar los objetos para demostrar su interés (no señalar un avión que pasa volando) para cuando tienen 14 meses de edad.
  • No jugar juegos de simulación (jugar “a darle de comer” a un muñeco) para cuando llegan a los 18 meses de edad.
  • Evitar el contacto visual y querer estar solos.
  • Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.
  • Presentar retrasos en las destrezas del habla y el lenguaje.
  • Repetir palabras o frases una y otra vez (ecolalia).
  • Dar respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace.
  • Irritarse con los cambios pequeños.
  • Tener intereses obsesivos.
  • Aletear las manos, mecerse o girar en círculos.
  • Tener reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las cosas.

Destrezas sociales

Los problemas sociales son uno de los síntomas más comunes de todos los tipos de TEA. Los problemas sociales de las personas con un TEA no son simplemente “dificultades” sociales, como ser tímidos. Son dificultades sociales que pueden generar problemas graves en la vida diaria.Algunos ejemplos de los problemas sociales relacionados con los TEA son los siguientes:
  • No responder al nombre para cuando tienen 12 meses de edad.
  • Evitar el contacto visual.
  • Preferir jugar solos.
  • No compartir intereses con los demás.
  • Interactuar únicamente para llegar a una meta deseada.
  • Tener expresiones faciales apáticas o inadecuadas.
  • No comprender los límites del espacio personal.
  • Evitar o resistirse al contacto físico.
  • No sentir el consuelo que le dan otras personas cuando están angustiados.
  • Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.
Los bebés con un desarrollo típico se interesan por el mundo y las personas que los rodean. Para cuando cumplen el primer año de vida, los niños pequeños con desarrollo típico interactúan con los demás haciendo contacto visual, repitiendo palabras y acciones, y usando gestos simples como aplaudir y decir “adiós” con la mano. Los niños con un desarrollo típico también muestran interés por los juegos sociales como las escondidas y las palmaditas con las manos. Pero los niños pequeños con un TEA pueden tener mucha dificultad para aprender a interactuar con otras personas.Es posible que algunas personas con TEA no se interesen en absoluto en los demás. Otras, tal vez, quieran tener amigos pero no comprendan cómo entablar las relaciones de amistad. A muchos niños con un TEA les cuesta mucho aprender a turnarse y compartir, bastante más que a los otros niños. Esto puede hacer que los otros niños no quieran jugar con ellos.Las personas que tienen un TEA pueden tener problemas para demostrar sus sentimientos o hablar de ellos. También es posible que tengan problemas para comprender los sentimientos de los demás. Muchas personas con un TEA son muy sensibles al tacto y, posiblemente, no quieran que se las abrace. Los comportamientos autoestimulantes (p. ej., aletear con los brazos) son habituales en las personas con TEA. La ansiedad y la depresión también afectan a algunas personas que tienen un TEA. Todos estos síntomas pueden hacer que los otros problemas sociales sean aún más difíciles de manejar.

Comunicación

Cada persona con TEA tiene distintas destrezas de comunicación. Algunas personas pueden hablar bien. Otras no pueden hablar en absoluto o hablan muy poco. Cerca del 40 % de los niños con un TEA no hablan nada. Entre el 25 % y el 30 % de los niños con TEA dicen algunas palabras entre los 12 y 18 meses de edad y después dejan de hacerlo.1 Otros pueden hablar pero no hasta entrada la niñez.Algunos ejemplos de problemas de comunicación relacionados con los TEA incluyen los siguientes:
  • Presentar un retraso en las destrezas del habla y el lenguaje.
  • Repetir palabras o frases una y otra vez (ecolalia).
  • Invertir los pronombres (p. ej., decir “tú” en lugar de “yo”).
  • Dar respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace.
  • No señalar ni responder cuando se les señala algo.
  • Usar pocos o ningún gesto (p. ej., no decir adiós con la mano).
  • Hablar con un tono monótono, robótico o cantado.
  • No jugar juegos de simulación (p. ej., no jugar “a darle de comer” al muñeco).
  • No comprender los chistes, el sarcasmo ni las bromas.
Las personas con TEA que hablan pueden usar el lenguaje de maneras poco habituales. Es posible que no puedan poner palabras en oraciones reales. Algunas personas con TEA dicen solo una palabra por vez. Otras personas repiten las mismas palabras o frases una y otra vez. Algunos niños repiten lo que dicen los demás, una afección que se denomina ecolalia. Pueden repetir las palabras inmediatamente después de que las escucharon o después. Por ejemplo, si le pregunta a alguien con un TEA: “¿Quieres jugo?”, es posible que la persona repita “¿Quieres jugo?” en lugar de responder la pregunta. Si bien muchos niños que no tienen TEA atraviesan una etapa en la que repiten lo que escuchan, habitualmente se les pasa para cuando tienen tres años. Algunas personas con un TEA pueden hablar bien pero podrían tener dificultades para escuchar lo que dicen los demás.Las personas con TEA pueden tener dificultades para usar y comprender los gestos, el lenguaje corporal o el tono de voz. Por ejemplo, las personas con TEA pueden no comprender qué significa decir adiós con la mano. Es posible que las expresiones faciales, los movimientos y los gestos no coincidan con lo que están diciendo. Por ejemplo, es posible que sonrían cuando dicen algo triste.Las personas con TEA podrían decir “yo” cuando quieren decir “tú” o viceversa. Es posible que su tono de voz suene monótono, robótico o agudo. Las personas que tienen un TEA podrían pararse demasiado cerca de las personas con quienes hablan o hablar de un tema de conversación durante demasiado tiempo. Podrían hablar mucho sobre algo que les gusta, en lugar de tener una conversación recíproca con la otra persona. Algunos niños con destrezas de lenguaje bastante buenas hablan como pequeños adultos, sin poder expresarse como se expresan comúnmente los niños.

Intereses y comportamientos poco habituales

Muchas personas con TEA tienen intereses o comportamientos poco habituales.Algunos ejemplos de intereses y comportamientos poco habituales relacionados con los TEA incluyen los siguientes:
  • Formar líneas con juguetes u otros objetos.
  • Jugar con los juguetes de la misma forma todas las veces.
  • Mostrar interés por partes de los objetos (p. ej., las ruedas).
  • Ser muy organizados.
  • Irritarse con los cambios pequeños.
  • Tener intereses obsesivos.
  • Tener que seguir determinadas rutinas.
  • Aletear las manos, mecerse o girar en círculos.
Los movimientos repetitivos son acciones que se repiten una y otra vez. Pueden incluir una parte del cuerpo o todo el cuerpo, o incluso un objeto o juguete. Por ejemplo, las personas con un TEA pueden pasar mucho tiempo aleteando los brazos de manera repetitiva o meciéndose de lado a lado. Pueden encender y apagar una luz o hacer girar las ruedas de un automóvil de juguete de manera repetida. Estos tipos de actividades se conocen como autoestimulación o “conductas estereotipadas”.Las personas con TEA frecuentemente se desenvuelven si tienen rutinas. Un cambio en la rutina habitual del día, como hacer una parada en el camino de la escuela al hogar, puede ser algo muy angustiante para las personas con TEA. Podrían “perder el control” y tener una “crisis” o berrinche, en especial si están en un lugar desconocido.Algunas personas con TEA también podrían crear rutinas que parecen inusuales o innecesarias. Por ejemplo, mirar por todas las ventanas cuando pasan por un edificio o querer mirar siempre un video de inicio a fin, incluidos los anticipos y créditos. Si no se les permite seguir este tipo de rutina, esto puede provocar gran frustración y berrinches.

Otros síntomas

Algunas personas con TEA tienen otros síntomas. Estos pueden incluir los siguientes:
  • Hiperactividad (exceso de actividad)
  • Impulsividad (actuar sin pensar)
  • Corta capacidad de concentración
  • Agresión
  • Autolesionarse
  • Berrinches
  • Hábitos de alimentación y sueño poco habituales
  • Estado de ánimo o reacciones emocionales poco habituales
  • Falta de miedo o más miedo de lo esperado
  • Reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto o el tacto de las cosas
Las personas con TEA pueden tener respuestas poco habituales al tacto, el olor, los sonidos, el aspecto y el gusto de las cosas. Por ejemplo, es posible que tengan poca reacción o una reacción exagerada al dolor o a un ruido fuerte. Podrían tener hábitos alimentarios anormales. Por ejemplo, algunas personas con un TEA limitan su alimentación únicamente a algunas comidas. Otros pueden comer cosas que no son comestibles como tierra o piedras (esto se denomina pica). Además, podrían tener problemas como estreñimiento o diarrea crónicos.Las personas con TEA pueden tener hábitos del sueño extraños. También pueden tener estados de ánimo o reacciones emocionales anormales. Por ejemplo, es posible que se rían o lloren en momentos inusuales, o bien, que no demuestren una respuesta emocional en momentos en los que es de esperarse. Además, es posible que no le tengan miedo a cosas peligrosas y que le tengan miedo a objetos o situaciones inofensivos.

Desarrollo

Los niños con TEA se desarrollan a ritmos distintos en áreas diferentes. Es posible que muestren un retraso en las destrezas del lenguaje, sociales y del aprendizaje, mientras que sus destrezas para caminar y trasladarse sean prácticamente iguales a las de otros niños de su edad. Es posible que sean muy buenos para armar rompecabezas o resolver problemas de computadora pero que tengan dificultades con actividades sociales tales como hablar o hacerse amigos. Los niños con un TEA también podrían aprender una destreza difícil antes de aprender una más sencilla. Por ejemplo, es posible que un niño lea palabras largas pero que no pueda decir qué sonido tiene la letra “b”.Los niños se desarrollan a su propio ritmo, de modo que puede ser difícil predecir exactamente cuándo aprenderán una destreza en particular. Pero existen indicadores del desarrollo específicos para cada edad que se utilizan para medir el progreso social y emocional de un niño durante los primeros años de vida. 

Diagnóstico

El diagnóstico de los TEA pueden ser difíciles de hacer debido a que no existen pruebas médicas, como un análisis de sangre, para diagnosticarlos. Para llegar a un diagnóstico, los médicos observan el comportamiento y el desarrollo del niño.
A veces, los TEA pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los 2 años de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede considerarse muy confiable.1 Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son mucho más grandes. Este retraso significa que hay niños con TEA que podrían no obtener la ayuda temprana que necesitan.El diagnóstico de los trastornos del espectro autista (TEA) pueden ser difíciles de hacer debido a que no existen pruebas médicas, como un análisis de sangre, para diagnosticarlos. Para hacer un diagnóstico, los médicos observan el comportamiento y el desarrollo del niño.A veces, los TEA pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los 2 años de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede considerarse muy confiable.1 Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son mucho más grandes. Este retraso significa que es posible que hay niños con TEA podrían no obtener la ayuda que necesitan.El diagnóstico de un TEA consta de dos pasos:
  • Evaluación del desarrollo
  • Evaluación diagnóstica integral

Evaluación del desarrollo

La evaluación del desarrollo es una prueba corta que indica si los niños están aprendiendo las destrezas básicas a su debido tiempo o si es posible que tengan retrasos. Durante la evaluación del desarrollo, es posible que el médico les haga algunas preguntas a los padres o que hable y juegue con el niño durante el examen a fin de observar cómo aprende, habla, se comporta y se mueve. Un retraso en cualquiera de estas áreas puede ser señal de que hay un problema.Se les debe hacer evaluaciones para detectar retrasos del desarrollo y discapacidades a los niños en las visitas de rutina al médico a las siguientes edades:
  • 9 meses
  • 18 meses
  • 24 o 30 meses
  • Es posible que se necesiten hacer más evaluaciones si un niño tiene riesgo alto de tener problemas del desarrollo por haber nacido prematuro, tener bajo peso al nacer o por otros motivos.
Además debe evaluarse a todos los niños específicamente para detectar TEA durante las visitas de rutina a las siguientes edades:
  • 18 meses
  • 24 meses
  • Es posible que se necesiten hacer más evaluaciones si un niño tiene riesgo alto de tener un TEA (p. ej., si tiene una hermana, hermano u otro familiar con un TEA) o si presenta comportamientos que, a veces, se relacionan con este tipo de trastorno.
Es importante que los médicos evalúen a todos los niños para detectar los retrasos en el desarrollo pero, en especial, que controlen a los que tengan un riesgo más alto de problemas del desarrollo debido a que nacieron prematuramente, tuvieron bajo peso al nacer o tienen un hermano o hermana con un TEA.Si el médico de su hijo no lo controla regularmente con este tipo de pruebas de evaluación del desarrollo, pídale que lo haga.Si el médico observa cualquier signo de problema, se necesita hacer una evaluación diagnóstica integral.

Evaluación diagnóstica integral

El segundo paso del diagnóstico es una evaluación integral. Esta revisión minuciosa puede incluir observar el comportamiento y desarrollo del niño, y entrevistar a los padres. Es posible que también incluya una evaluación de la audición y la vista, pruebas genéticas, neurológicas y otras pruebas médicas.En algunos casos, el médico de atención primaria podría decidir remitir al niño y su familia a un especialista para que le haga más evaluaciones y determinar el diagnóstico. Los especialistas que pueden hacer este tipo de evaluación incluyen los siguientes:
  • Pediatras del desarrollo (médicos que tienen una capacitación especial en el desarrollo de los niños y en los niños con necesidades especiales)
  • Neurólogos pediatras (médicos que tratan el cerebro, la columna vertebral y los nervios)
  • Sicólogos o siquiatras para niños (médicos que saben sobre la mente humana)

Tratamiento

Actualmente, no existe una cura para los TEA. Sin embargo, las investigaciones muestran que los servicios de tratamiento de intervención temprana pueden mejorar el desarrollo de estos niños.2, 3 Los servicios de intervención temprana ayudan a los niños desde el nacimiento hasta los 3 años (36 meses) de edad a aprender destrezas importantes. Estos servicios pueden incluir terapia para ayudar al niño a hablar, caminar e interactuar con los demás. Por lo tanto, es importante hablar con el médico de su hijo lo antes posible si piensa que su hijo tiene un TEA u otro problema del desarrollo.Incluso si a su hijo no se le ha diagnosticado un TEA, podría reunir los requisitos para recibir servicios de tratamiento de intervención tempana. La Ley para la Educación para Personas con Discapacidades (IDEA, por sus siglas en inglés) establece que los niños menores de 3 años (36 meses) de edad que estén en riesgo de tener retrasos del desarrollo podrían reunir los requisitos para recibir servicios. Esos servicios se prestan mediante un sistema de intervención temprana en su estado. A través de ese sistema, puede solicitar una evaluación.Además, el tratamiento de síntomas particulares, como la terapia del habla para los retrasos en el lenguaje, no requiere que espere hasta recibir un diagnóstico formal de TEA.No existen medicamentos que puedan curar los TEA ni tratar los síntomas principales. Sin embargo, existen medicamentos que pueden ayudar a algunas personas que tienen un TEA a funcionar mejor. Por ejemplo, algunos medicamentos pueden ayudar a controlar los altos niveles de energía, la incapacidad para concentrarse, la depresión o las convulsiones.Es posible que los medicamentos no afecten a todos los niños de la misma manera. Es importante trabajar con un profesional de atención médica que tenga experiencia en el tratamiento de niños con TEA. Los padres y profesionales de atención médica deben vigilar de cerca el progreso y las reacciones del niño mientras toma los medicamentos para asegurarse de que cualquier efecto secundario del tratamiento no supere los beneficios.También es importante recordar que los niños con TEA pueden enfermarse y lastimarse igual que los niños que no tienen TEA. Los exámenes médicos y odontológicos regulares deben ser parte del plan de tratamiento del niño. A menudo, es difícil saber si el comportamiento del niño está relacionado con el TEA o es provocado por otra afección. Por ejemplo, golpearse la cabeza puede ser un síntoma de TEA o puede ser una señal de que el niño tiene dolores de cabeza. En estos casos, se necesita un examen físico minucioso. Vigilar un desarrollo saludable significa prestar atención no solo a los síntomas relacionados con el TEA sino también a la salud física y mental del niño.

Servicios de intervención temprana

Las investigaciones muestran que los servicios de tratamiento de intervención temprana pueden mejorar considerablemente el desarrollo del niño.Los servicios de intervención temprana ayudan a los niños desde que nacen hasta los 3 años (36 meses) de edad a aprender destrezas importantes. Los servicios incluyen terapia para ayudar al niño a hablar, caminar e interactuar con los demás. Por lo tanto, es importante hablar con el médico de su hijo lo antes posible si piensa que su hijo tiene un TEA u otro problema del desarrollo.Incluso si a su hijo no se le ha diagnosticado un TEA, podría reunir los requisitos para recibir servicios de tratamiento de intervención tempana. La Ley para la Educación para Personas con Discapacidades (IDEA, por sus siglas en inglés) establece que los niños menores de 3 años (36 meses) de edad que estén en riesgo de tener retrasos del desarrollo podrían reunir los requisitos para recibir servicios. Esos servicios se prestan mediante un sistema de intervención temprana de su estado. A través de ese sistema, puede solicitar una evaluación.Además, el tratamiento de síntomas particulares, como la terapia del habla para los retrasos en el lenguaje, no requiere que espere hasta recibir un diagnóstico formal de TEA. Si bien la intervención temprana es extremadamente importante, la intervención puede ser útil a cualquier edad.

Tipos de tratamiento

Existen muchos tipos de tratamiento disponibles. Por ejemplo, el entrenamiento auditivo, el entrenamiento con pruebas discretas, la terapia con vitaminas, la terapia antilevadura, la comunicación facilitada, la musicoterapia, la terapia ocupacional, la fisioterapia y la integración sensorial.Generalmente, los distintos tipos de tratamiento pueden dividirse en las siguientes categorías:
  • Enfoques en torno al comportamiento y la comunicación
  • Enfoques en torno a la alimentación
  • Medicamentos
  • Medicina complementaria y alternativa

Enfoques en torno al comportamiento y la comunicación

De acuerdo con los informes presentados por la Academia Estadounidense de Pediatría y el Consejo Nacional de Investigación, los enfoques en torno al comportamiento y la comunicación que ayudan a los niños con TEA son aquellos que ofrecen estructura, dirección y organización para el niño, además de participación familiar.
Análisis conductual aplicado
Un enfoque de tratamiento destacable para las personas con TEA se denomina análisis conductual aplicado (ABA, por sus siglas en inglés). El ABA ha sido aceptado ampliamente por profesionales de atención médica y se ha utilizado en muchas escuelas y centros médicos de tratamiento. El ABA fomenta los comportamientos positivos y desalienta los negativos a fin de mejorar una variedad de destrezas. Se hace seguimiento y se mide el progreso del niño.Otras terapias que pueden formar parte de un programa completo de tratamiento para los niños con TEA incluyen las siguientes:
Enfoque basado en el desarrollo, las diferencias individuales y las relaciones interpersonales (DIR, por sus siglas en inglés o floortime)
El DIR se centra en el desarrollo emocional y de las relaciones (los sentimientos, las relaciones con los cuidadores). También se centra en la forma en que el niño lidia con la vista, los sonidos y los olores.
Tratamiento y educación de niños con autismo y discapacidades de la comunicación relacionadas (TEACCH, por sus siglas en inglés)
El método TEACCH utiliza pistas visuales para enseñar destrezas. Por ejemplo, las tarjetas con imágenes pueden ayudar a enseñarle a un niño cómo vestirse dividiendo la información en pasos pequeños.
Terapia ocupacional
La terapia ocupacional enseña destrezas que ayudan a la persona a vivir de la manera más independiente posible. Estas destrezas pueden incluir vestirse, comer, bañarse y relacionarse con las personas.
Terapia de integración sensorial
La terapia de integración sensorial ayuda a la persona a lidiar con la información sensorial, como lo que ve, escucha y huele. La terapia de integración sensorial puede ayudar al niño al que le molestan ciertos sonidos o que no quiere que lo toquen.
Terapia del habla
La terapia del habla ayuda a mejorar las destrezas de comunicación de una persona. Algunas personas pueden aprender destrezas de comunicación verbal. Para otras, el uso de gestos o paneles con imágenes es más realista.
Sistema de comunicación por intercambio de imágenes (PECS, por sus siglas en inglés)
El sistema PECS usa símbolos con dibujos para enseñar destrezas de comunicación. Se enseña a la persona a usar símbolos con dibujos para hacer preguntas y responderlas, y tener una conversación.

Enfoques alimentarios

Algunos tratamientos nutricionales han sido elaborados por terapeutas de reputación confiable. Sin embargo, muchos de estos tratamientos no cuentan con la base científica necesaria para hacer una recomendación general. Un tratamiento no comprobado puede ayudar a un niño, pero no a otro.La mayoría de las intervenciones biomédicas contemplan cambios en la alimentación. Estos cambios incluyen eliminar ciertos tipos de alimentos de la dieta de un niño y la utilización de suplementos vitamínicos o minerales. Los tratamientos nutricionales se basan en la idea de que las alergias a los alimentos o la falta de vitaminas o minerales causan síntomas de TEA. Algunos padres creen que los cambios en la alimentación pueden provocar cambios en la manera en que un niño siente o actúa.Si usted está pensando en cambiar la alimentación de su niño, hable primero con su médico. O hable con un nutricionista para asegurarse de que su niño está recibiendo vitaminas y minerales importantes.

Medicamentos

No existen medicamentos que puedan curar los TEA ni tratar los síntomas principales. Pero existen medicamentos que pueden ayudar a algunas personas con los síntomas relacionados. Por ejemplo, algunos medicamentos pueden ayudar a controlar los altos niveles de energía, la incapacidad para concentrarse, la depresión o las convulsiones.

Tratamientos complementarios y alternativos

Para aliviar los síntomas de TEA, algunos padres y profesionales de atención médica utilizan tratamientos que están fuera de lo que el pediatra recomienda habitualmente. Estos tipos de tratamiento se conocen como tratamientos complementarios y alternativos (CAM, por sus siglas en inglés). Pueden incluir alimentación especial, quelación (un tratamiento que busca eliminar los metales pesados, como el plomo, del cuerpo), sustancias biológicas (p. ej., la secretina) o técnicas manipulativas del cuerpo (como la presión profunda).Estos tipos de tratamiento generan mucha controversia. Antes de comenzar uno de estos tratamientos, analícelos minuciosamente y hable con el médico de su hijo.

Causas y factores de riesgo

No se conocen todas las causas de los TEA. Sin embargo, hemos aprendido que, probablemente, existan muchas causas para múltiples tipos de TEA. Puede haber muchos factores distintos que hagan que un niño tenga más probabilidades de tener un TEA, incluidos factores ambientales, biológicos y genéticos.

¿A quiénes afecta?

Los TEA ocurren en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos, pero es 4.5 veces más frecuente en los niños que en las niñas.

Si tiene alguna inquietud

Si piensa que su hijo puede tener un TEA o que puede haber un problema en la forma en que juega, aprende, habla o actúa, comuníquese con el médico de su hijo y coméntele sus inquietudes.Si usted o el médico siguen teniendo inquietudes, pídale al médico que lo remita a un especialista que pueda evaluar a su hijo en mayor profundidad. Los especialistas que pueden hacer una evaluación en mayor profundidad y llegar a un diagnóstico son los siguientes:
  • Pediatras del desarrollo (médicos que tienen una capacitación especial en el desarrollo de los niños y en los niños con necesidades especiales)
  • Neurólogos pediatras (médicos que tratan el cerebro, la columna vertebral y los nervios)
  • Sicólogos o siquiatras para niños (médicos que saben acerca de la mente humana)
Al mismo tiempo, llame al sistema público de intervención infantil temprana de su estado para solicitar una evaluación gratuita a fin de saber si su hijo reúne los requisitos para recibir servicios de intervención. A veces, a esta evaluación se la llama evaluación “Child Find”. No es necesario que espere a que el médico le dé una remisión o haga un diagnóstico para hacer esta llamada.El lugar al que debe llamar para obtener una evaluación gratuita del estado depende de la edad de su hijo:
  • Si su hijo aún no ha cumplido los 3 años, comuníquese con su sistema local de intervención temprana.
  • Si su hijo tiene 3 años o más, comuníquese con el sistema de educación pública local.
    • Incluso si su hijo todavía es demasiado pequeño para el jardín de infantes o no está inscrito en la escuela pública, llame a su escuela primaria  o a la junta de educación local y pida hablar con alguien que pueda ayudarlo a conseguir una evaluación para su hijo.
Las investigaciones muestran que los servicios de intervención temprana pueden mejorar considerablemente el desarrollo del niño. A fin de asegurarse de que su hijo alcance su máximo potencial, es muy importante obtener ayuda para los TEA lo más pronto posible.


IMPORTANTE:MundoTLP es un sitio web de información dirigido a un público general no especializado. Bajo ningún concepto debe ser tomado como sustituto del criterio médico. Si tiene cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su médico o especialista. Fuente: cdc.gov
http://elmundotlp.blogspot.com/es

Volver a la Portada de Logo Paperblog