En cualquier ámbito del negocio, la generación, recolección, interpretación y toma de decisiones en base a la información es vital para la empresa. Ya sea para una proyección financiera de ventas para el próximo año, el desarrollo de un producto o el afinar los detalles de la próxima campaña de marketing.Tampoco hay duda de que la tendencia a profesionalizar la información en las empresas ha trascendido a niveles nunca antes vistos en particular en la última década.Empresas como Google, Salesforce y varias de tendencia tecnológica basan sus decisiones en información pura. Este enfoque ingenieril le da una certidumbre a sus decisiones dejando a un lado al histórico “instinto” de negocio tan utilizado por décadas atrás.Sin embargo, este enfoque no ha dejado de causar controversia e incluso tiene detractores acérrimos. Factores como correlación de datos entre diversos contextos, representividad de la información (realmente la muestra tomada por Marketing es representativa del mercado meta ¿?) y en muchos de los casos resulta contra-intuitiva (es decir, no sigue una lógica “normal”).Podría concluirse que si bien la información permite tener una mejor idea de las preferencias y orientaciones del mercado, debe de ser un medio y no el fin en la estrategia de toma de decisiones.A fin de cuentas, muchas decisiones en empresas como Apple, Dell o Microsoft no podrían haberse tomado si no hubieran seguido, hasta cierto punto, el “instinto” de sus ejecutivos aunado a la evidencia que la información proporcionaba.
Sin duda el asunto del manejo de la información es controversial. Contradictoriamente parece más un tema de arte que de método científico.
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