Cuatro días intensos en Jordania dan para mucho. De ahí que recuerde con cariño, quizás más que en otras ocasiones, los hoteles donde me alojé. Los necesitaba más que nunca por el ritmo impuesto por el viaje organizado y también las ganas de estar un rato a solas, dándome un baño o simplemente descansando y asimilando a un país tan diferente y maravilloso. Por otro lado, señalar, que como se trataba de la invitación del organismo de Turismo para conocer el país, los alojamientos eran algunas de las mejores opciones del país; lo que evidentemente tenía también su atractivo.
Así lo confirmaron las instalaciones, las cómodas camas, el espacio con el que contaban, el servicio de cocina, el trato de sus empleados o las sorpresas, como actuaciones musicales en alguno de ellos. Desde luego es difícil encontrar un pero en opciones de alojamiento donde todos constantemente se esfuerzan porque disfrutes del mejor servicio. Quizás, en todo caso, mencionar que en algunas ocasiones tenían tantas luces que era un calvario por las noches encontrarlas para poder apagarlas y dormir plácidamente. Que sean así todos los problemas…
Apunto también que todos ellos son hoteles de cierto lujo, situados entre las cuatro y cinco estrellas, con todas las comodidades que yo puedo imaginar, WiFi incluido y un personal siempre atento y dispuesto a ayudarte. Alojamientos donde los precios rondan los 110 euros la noche -no al alcance de todos, claro está-, pero que si buscas comodidad, encontrarás toda la del mundo. Os describiré uno a uno y mi experiencia allí, si bien como siempre no estuve demasiado en sus instalaciones porque el viaje mandaba. En un país tan apasionante como Jordania, todo tiempo es poco.
Intercontinental Amman Hotel
Quizás recuerdo este hotel con una sonrisa porque fue el primero. Porque allí comenzaba la aventura. De hecho, pasamos poco tiempo en él. Pero las instalaciones del Hotel Intercontinental Amman, sus restaurantes y sobre todo, el desayuno y servicio fueron realmente geniales. Aunque parecía un edificio antiguo, el mobiliario y la comodidad en todos los frentes hicieron que fuera una experiencia muy agradable. La habitación, además de espaciosa y con una cámada comodísima, era uno de esos espacios que según los miras, quieres que sean tuyos desde el primer momento. Pero tristemente no podía ser así; fue bonito mientras duró. Además, despedirnos en la entrada del hotel, con una música tocando el piano, fue una forma ideal de comenzar el día.
Crown Plaza Dead Sea Hotel
Para la visita al Mar Muerto, el hotel será una decisión importante. En mi opinión, flotar sobre las aguas del punto más bajo del planeta es toda una experiencia, pero resulta un poco incómoda para quedarte toda la tarde en la playa. El agua es tan salada que el cuerpo –al menos, el mío- se queda resentido de tal baño. De ahí que el hotel Crown Plaza Dead Sea, quizás aún más, resultase tan impresionante. Su carta de presentación es envidiable: Varias piscinas, acceso privado a la playa y empleados para ayudarte en lo que necesites, unas habitaciones modernas y con terraza, el mejor spa de todo el país y un servicio de comida de los que más me gustó en todo el viaje.
De hecho, a la vuelta de nuestro baño en el Mar Muerto, disfrutamos como niños en su piscina central, a partir de la cual están repartidos los apartamentos, y fue una experiencia de esas que forman parte del viaje como cualquier otra actividad. Tras este momento en lugar de ir al spa, decidí ir a la habitación y aprovechar también sus comodidades, ya que la altísima temperatura exterior, animaba también a un rato tranquilo en la habitación.
Aunque quizás no fuera solo eso, ya que cuando recuerdo la experiencia en este hotel, no puedo dejar de clasificar a todos los alojamientos que visité y decidir sin miramientos que este fue el que más me gustó; sin duda alguna. Todo, hasta el último detalle, estaba cuidado. Y uno no puede sino rendirse ante tal expresión de buenhacer.
Moevenpick Petra Hotel
Otro de los hoteles de los que disfruté en Jordania fue el Moevenpick Petra Hotel, situado en el punto más turístico del país. Cerca de la entrada a la ciudad antigua y distribuido en torno a una lujosa y cómoda estancia principal, este alojamiento vuelve a tener poco que decir, ya que sus servicios volvieron a ser de lo mejor que he disfrutado en mi vida. Otro punto a su favor es que tiene piscina, algo que vendrá muy bien si llegas de andar todo el día por Petra y quieres un poco de paz. Yo no la disfruté porque elegí tumbarme un rato antes de seguir con la ruta, quizás más intensa que en cualquier otro momento del viaje.
La cocina es otro de sus fuertes y aunque algunos platos sabían diferentes, tenían la misma calidad y abundancia que en el hotel anterior. Casi todo fue inmejorable, además de resultar acogedor, ya que cuando decidimos tomarnos algo en su espacio central, si no hubiéramos estado tan cansados, podríamos habernos quedado allí toda la noche…
La Meridian Amman Hotel
El último de los hoteles en el que me alojé quizás fue el que más frío me pareció en un primer momento: el hotel Meridian Amman. Más grande que los anteriores, no fue sin embargo más frío en otros sentidos. Las instalaciones de nuevo eran para poder haber elegido pasar allí las horas viajeras y sus empleados, de nuevo, se desvivían por hacer de nuestros días los más confortables ever. No obstante, no hicimos comidas ni paramos demasiado, ya que desde allí saldríamos al día siguiente para volver a casa.