“Si habláis de nosotros... haced uso del estándar universal de ética periodística, contextualizad, investigad a fondo, desechad los estereotipos, entended nuestra identidad y al menos reconoced que hay 54 países en África y no sólo los 10 azotados por conflictos”. Moshoeshoe Monare
El libro, que se puede leer online aquí ha dado la palabra a diversos periodistas africanos para que expliquen y critiquen también libremente la información que desde el Norte ofrecemos sobre África.
Entre los participantes se encuentran Jean-Arsénee Yao, historiador y periodista de Costa de Marfil que trabaja en Mundo Negro y que en su texto critica la información que se hace a veces en los periódicos españoles, escribiendo sobre un país desde otro, o haciendo prevalecer los titulares sensacionalistas sobre los puramente informativos.
Colabora también la etíope Tigist Kassa Milko, miembro de Panos Eastern Africa que, en su texto “El Paraíso humanitario” carga las tintas contra el trabajo de algunas ONGs, según ella guiadas únicamente por la financiación -“Hoy en día, el Sida está pasado de moda y la mayoría de las ONG ha perdido interés en su financiación o en hablar de ello. Ahora toca hablar sobre el medio ambiente y el cambio climático”- y contra algunos de sus compañeros africanos que “retratan África erróneamente para ganar premios internacionales de periodismo como el Premio del Periodismo Africano de la CNN y otros”.
Por su parte, el sudafricano Moshoeshoe Monare, redactor jefe de The Star, pone la atención sobre los propios medios de su país: analiza las noticias enviadas por la SAPA South African Press Association (similar a EFE), de donde buena parte de los periódicos toman sus noticias y llega a la conclusión de que la mayoría de los temas son siempre sobre asuntos negativos. Además, remarca que la propia SAPA toma sus informaciones de “diversas agencias de noticias occidentales”. La pescadilla que se muerde la cola.
En el libro encontramos también al fotógrafo Mamadou Gomis ,el periodista burundés Alexis Sinduhije , la activista sudanesa Lubna Hussain, el analista Sheriff Moumina Sy, la reportera Adie Vanessa, de Nigeria, la experta en comunicación Hortense Yawa Djomeda (de Togo) y la especialista en género y redes sociales Zeïneb Toumi, que escribe sobre la revolución en Túnez y la importancia que Internet ha tenido en la misma.
Ángela Francisco, la única mujer piloto africana,
trabaja para las Líneas Aéreas de Mozambique.
Imagen extraída del cuadernillo 'Si hablas de nosotros'
Eso sí, todo esto no significa que sólo los africanos puedan escribir sobre África. De hecho, en muchas ocasiones un análisis externo puede ser menos tendencioso, más exacto o con una visión más amplia que el que se realiza desde dentro [Sin ir más lejos, en España algunos historiadores extranjeros como Antony Beevor, Ian Gibson, Stanley Payne o Paul Preston son todavía un referente para estudiar la Guerra Civil, por ejemplo]; el problema es que, a veces, a base de ignorar lo que los propios africanos piensan o dicen, los medios -y copio del prólogo- “dan la impresión de que los africanos no pueden analizar las realidades que viven o padecen, como si no pudieran explicarse a sí mismos”. Y esto, a fuerza de repetirse durante medio siglo –ya en los años 80 lo denunciaba el llamado Informe Mac Bride-, es lo que termina por perpetuarse en el imaginario colectivo. Es por eso que hay que buscar alternativas y hacer más plural el discurso. Es por esto que es tan recomendable este libro.
«Debemos correr el riesgo de decepcionar a la gente
que vive del fantasma de África mostrando un África real».
Fernando Alvim, artista plástico angoleño.